Revista Cine

Reseñas cine: “Noche de miedo”

Publicado el 04 septiembre 2011 por Juancarbar

Resulta difícil, en ocasiones, dilucidar qué clase de méritos tienen en cuenta las productoras cinematográficas estadounidenses a la hora de establecer qué películas son merecedoras de remake. En el caso de “Noche de miedo”, la cinta con la que Tom Holland debutó en 1985 (tres años antes de dirigir la primera entrega de “Muñeco diabólico”), las razones parecen restringirse a la oportunidad coyuntural: ¿qué mejor que desempolvar un envejecido serie B vampírico con protagonistas adolescentes para aprovechar la inercia comercial de títulos como “Crepúsculo” o “True Blood”? Los chupasangres venden y hay que explotar el filón.

Reseñas cine: “Noche de miedo”

La nueva versión, dirigida por Craig Gillespie (“Lars y una chica de verdad”, “Cuestión de pelotas”), sigue a pies juntillas las líneas argumentales de la original: Charley Brewster (Anton Yelchin, visto en el reboot de “Star Trek” a cargo de J.J. Abrams y en la reciente “El castor” de Jodie Foster) es un adolescente que vive con su madre (desaprovechada Toni Colette, protagonista principal de la teleserie “United States of Tara”) en una tranquila urbanización. El chaval lleva un tiempo saliendo con Amy, una de las macizas oficiales del instituto (guapísima Imogen Poots, descubierta hace unos años en otra cinta de terror, “28 semanas después”), y no ve la hora de despedirse de la virginidad y dar rienda suelta a las fantasías que nacen de sus entrañas. Cuando una serie de brutales asesinatos comience a alterar la habitual imperturbabilidad local, Charley empezará a sospechar que su nuevo vecino, el atractivo y noctámbulo Jerry (Colin Farrell, pasándoselo teta), es en realidad un vampiro que planea desangrar el barrio puerta por puerta.

Reseñas cine: “Noche de miedo”

A grandes rasgos, esta nueva “Noche de miedo” se limita a revestir las escasas virtudes y los numerosos defectos de su homóloga ochentera con esa pátina de modernidad que se impone en toda recreación al uso, pero poco más. La narración se traslada desde la nada identificable ciudad norteamericana de la primera versión hasta las cercanías de Las Vegas para permitir que el nuevo Peter Vincent (Roddy McDowall en el 85; aquí David Tennant, décimo en el linaje de protagonistas de esa institución televisiva británica que es “Dr. Who”) deje de ser una parodia del Van Helsing de los films de la Hammer para convertirse en un ilusionista al más puro estilo David Copperfield (el ex de Claudia Schiffer, al que conviene no confundir con el personaje de Charles Dickens). Ahora los protagonistas llevan piercings, se conectan a internet con sus iPhones y coleccionan zapatillas deportivas, y parece obvio que el Jerry encarnado por Farrell tiene más aspectos en común con el chulesco Eric de “True Blood” que con el clásico vampiro stokeriano al que remitía Chris Sarandon en la cinta original, pero todo lo demás (la mojigatería de algunas escenas, la unidimensionalidad de todos los personajes, el indiscutible aroma a carne de videoclub/descarga) sigue estando exactamente donde lo dejaron. Para más inri, la actual encarnación de “Noche de miedo” logra corregir algunas de las torpezas narrativas de su predecesora (aquel vampiro milenario que huía de la casa de una posible víctima para no ser descubierto por la madre de ésta, por ejemplo) para incurrir en otras más notables y chirriantes (“deus ex estaca” incluido, y hasta aquí puedo leer).

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Es cierto que el reparto está ahora bastante más acertado que en la primera versión, por mucho que uno se pregunte en qué demonios pensaba Colin Farrell (un tipo que, recordemos, ha trabajado a las órdenes de Steven Spielberg, Oliver Stone, Terrence Malick, Michael Mann, Woody Allen o Peter Weir) cuando decidió aceptar un papel tan alimenticio e intrascendente. También que hay bastantes más escenas de acción, lo cual se agradece, y que el acabado estético de la nueva cinta luce a años luz del original gracias a la siempre apreciable fotografía del español Javier Aguirresarobe y a un par de escenas sorprendentemente bien planificadas (la sigilosa huida de la casa de Jerry y la persecución de la furgoneta, que remiten respectivamente a “Parque Jurásico” y “La guerra de los mundos”, ambas de Spielberg). Pero, desgraciadamente, “Noche de miedo” 2011 sale perdiendo en la comparativa con su (ya de por sí olvidable) referente en uno de los pocos aspectos que podrían salvarla de la quema: el encanto.

Reseñas cine: “Noche de miedo”

Llamadme nostálgico si queréis, pero hay algo en el trabajo artesanal de los efectos especiales del cine de los 80, esa rudimentaria ingeniería de criaturas animatrónicas, esqueletos que se licuan en stop motion y maquillajes de prótesis plasticosas, que me transmite bastante más amor al género que el desalmado carrusel de FX digitales de turno que acompaña a cada film fantástico aparecido en el tercer milenio. Por mucho que el nuevo Yoda poligonal pueda blandir un sable láser a velocidades de vértigo en “La venganza de los Sith”, mi corazón siempre pertenecerá a esa marioneta a la que Frank Oz insufló vida en “El imperio contraataca”. Del mismo modo, los nosferatu de texturas hiperrealistas de la última “Noche de miedo” palidecen en comparación con aquella alegremente repugnante transformación de lobo a hombre que Rata, el amigo geek de Charley en la versión original (sustituido aquí por el aún más geek Ed, al que da vida Christopher Mintz-Plasse), sufría en los últimos compases del film de Holland.

Reseñas cine: “Noche de miedo”

Mientras la película de 1985 se padecía con ternura gracias a su autoconsciente condición de parodia sin pretensiones, la cinta de 2011 se descubre desde el principio como una intentona oportunista de lograr unos mínimos de rentabilidad sin estrujarse demasiado el cerebro; ni siquiera para escribir unas líneas de guión que no provoquen vergüenza ajena desde sus primeros minutos. Tampoco puedo decir que me sienta decepcionado: desde que se abrió la veda del remake indiscriminado, la necedad campa a sus anchas por las salas de proyecciones.

(“Noche de miedo” se estrena en los cines de España el próximo 9 de septiembre).

Tags: el castor, Noche de miedo, true blood


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