Reseñas Paradise y Retorno a Paradise – Simone Elkeles

Reconozco que en un principio no tenía en mente leer esta bilogía (sobretodo después del cierre catastrófico de la serie anterior de la autora), pero Arsénico me comentó que no estaba tan mal, leí la reseña de Natalia y me entró el gusanillo, y después la editorial me ofreció el segundo, así que compré el primero y esperé a tenerlo para ponerme con ambos.

Empecé Paradise anteayer y ayer terminé Retorno a Paradise. ¿La opinión final en general? Que el primero está bien (aunque no es la maravilla del siglo) y el segundo podrían habérselo ahorrado. Ahora os cuento…

Abrí Paradise y me di cuenta de que la novela estaba narrada a dos voces: la de él y la de ella, la de Caleb y la de Maggie. Como en su anterior saga, se alternan capítulos de ambos protagonistas narrando la historia sin solaparse unos con otros. No sé si será una fórmula que la autora utilizará en sus futuros libros, pero lo que sé es que funciona: si habéis leído a Elkeles sabréis que este tipo de narración le da dinamismo a sus historias y que gracias a una narración bastante equilibrada entre diálogo (diálogos rápidos, cortos y directos) y descripción, la lectura es más que rápida.

Nada ha sido lo mismo desde que Caleb Becker atropelló ebrio a Maggie Armstrong tras una fiesta alocada. A pesar de meses de terapia, Maggie no ha conseguido superar su cojera, su vida social es prácticamente nula y la solicitud para una beca que le permitiría estudiar fuera, y así escapar de las miradas de lástima que la rodean, ha sido cancelada.
Caleb regresa a Paradise después de un año cumpliendo condena en un reformatorio. Pero la vuelta a casa se ha convertido en un infierno, su familia y su exnovia le parecen extraños y él siente que ya no encaja en ningún sitio.

Caleb y Maggie se sienten rechazados por quienes les rodean. Pero cuando la verdad sobre el accidente sale a la luz, todo cambia de nuevo, y Caleb y Maggie solo se tendrán el uno al otro para superarlo.

Por otro lado, y para empezar a sacar chicha al asunto, voy a quejarme un poco; primero: del argumento. La historia empieza con Caleb, que sale del correccional de menores tras haber atropellado a Maggie una noche que iba borracho y con Maggie, que ahora está coja de por vida por culpa del accidente y se hunde en su miseria. Lo primero que me pregunto yo es… ¿tiene Simone Elkeles algún trauma infantil? ¿alguna mala experiencia con bandas callejeras o chicos conflictivos? ¿por qué de nuevo esos roles? La historia tiene potencial, no es una cosa habitual que nos hablen de un tipo borracho que atropella a una chica y su relación posterior al accidente, pero da la sensación de que aunque la autora quiera sacar trapos sucios y hacerla más dura, se reprime porque es una novela juvenil (¿quizá por el qué dirán?) y la llega a endulzar sobremanera (casi convirtiéndola en una calcomanía a su saga anterior) sin interiorizar realmente en un asunto tan “fuerte” como es eso.
Da la sensación de que Elkeles quiere quitarse esos pelillos de la lengua, pero se deja alguno: sus protagonistas utilizan palabras mal sonantes, se trata el tema del sexo, las drogas y el alcohol, el tema del vandalismo,… pero no acaba de soltarse como creo yo que a ella le gustaría; no es que quiera que haya sangre y desenfreno por doquier, pero sí que no esperaba que endulzara tanto esta novela.

Y es que Paradise y Retorno a Paradise son dos novelas totalmente juvenil romántica. Con montañas de azúcar que después se desmoronan porque aparece el tira y afloja de los protagonistas pero que más tarde se habrán vuelto a amontonar porque la situación así lo ha requerido. Ya me gustan ya, las novelas juveniles romanticonas, pero esta no me la esperaba de este modo: me ha gustado la parte dulce porque Elkeles sabe crear momentos especiales (soy una ñoñas aquí donde me veis), pero también quería algo más de garra y fachada por parte de Maggie, que literalmente se tira a los brazos del tipo que la atropelló (y no me vale que estuviera colada por él antes de todo), y que Caleb no me fuera en plan gallito y después fuera un terroncito como todos los personajes masculinos que he conocido de la autora (aunque en este caso Caleb me ha parecido más estudiado que Alex, Carlos o Luis, me han sido casi hermanos gemelos todos).

En el primer libro veremos cómo Caleb se da cuenta de que Maggie es importante para él (hello?? antes pasaba de su culo aunque la viera cada día y ahora de la noche a la mañana se da cuenta de lo guapa y especial que es?) y cómo Maggie se deja re-enamorar (que flipo en colores porque no me cabe en la cabeza que la atropelle y después se vuelva loca por él) y descubriremos un secretillo que hay por ahí del que yo no me di cuenta hasta el final y que sobretodo explica el comportamiento y los pensamientos de Caleb (porque había veces que pensaba “pero te estás oyendo?” y al final acabé entendiendo varias cosas).

En el segundo nos reencontraremos con ambos en un campamento de re-INICIO para

chicos que han tenido problemas con la conducción y el alcohol. Esta segunda parte ha sido un libro que, creo yo, está de más: no aporta nada nuevo a la historia y se empieza a hacer repetitivo de cara a la mitad del libro, acaba siendo como un bucle porque los protagonistas llevan el mismo rollo todo el tiempo (ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora tampoco…); sí que aparecen nuevos personajes que llaman más la atención que los secundarios de la primera parte (aunque nadie supera a la abuela), pero ese tira y afloja repetitivo y esa Leah [Spoiler: vaya tela con la niña: su hermano le salva el pellejo y lo único que sabe decir es “no sé de qué me estás hablando” y comportarse como una idiota… Fin Spoiler] a la que me han quedado ganas de estrangular por el morro que llega a tener, no me han hecho disfrutar del libro como hubiera querido.

Eso y los errores de edición: se los perdoné al primero porque no soy tan mala gente como parece (y solo Dios sabe lo que me costó), pero me negué a pasar por alto los de la segunda novela. Todavía no me explico cómo no arreglan estas cosas (ese “cuRo” que en realidad era un “cuLo” ha quedado marcado en bastantes retinas), ¿qué les costará a las editoriales prestar el archivo a alguien para que lo lea y revise antes de llevarlo a imprenta si es que ellos no ven esos errores? Es que en serio, no han sido dos o tres, sino que durante toda la novela me he ido topando con errores de ese tipo que me han entorpecido la lectura y me han hecho cabrear (pareceré exagerada, pero si lo leeréis me entenderéis, porque no entiendo cómo dejan pasar estas cosas).

En mi opinión, estos dos libros podrían haber sido un libro único acortando un poquito el rollo del segundo o simplemente eliminándolo del todo y quedándonos con ese final “agridulce” del primero que le va mucho más a la historia.

La bilogía se lleva un tres porque es amena, entretenida y hace que se despierten las mariposas que tenemos en el estómago (encantará a los totalmente románticos), pero –sobretodo el segundo- tiene otras cosas bastante flojas que no dejan que asome más puntuación (como los errores de edición, esa segunda parte “de más”, el enamoramiento instantáneo o algunos personajes superficiales).

Estos dos libros han sido libros “de vaciado”: esos que lees sin pensar y que van bien tras una lectura durilla, tras una tarde de estudio o de trabajo agobiante, o en temporada de estrés; una lectura para vaciar la mente. Desconectas y pasas un rato entretenido, pero ya.

Nia