En psicología la presión está referida especialmente a la ansiedad y a la tristeza, siendo el estado anterior el de calma y bienestar.En otras ocasiones he hablado de conceptos que por separado son muy importantes para entender cómo nos sentimos. Conceptos como:
- resiliencia,
- exigencia,
- necesidad de control,
- locus de control,
- egodistonía,
- optimismo
- ypesimismo
Ante situaciones como un posible despido, semanas de trabajo con muchas cosas pendientes que no acaban de resolverse, pérdidas de personas queridas, diagnóstico de enfermedades graves… En función de nuestras características de personalidad y nuestras habilidades, se producirán diferentes niveles de desgaste en nosotros mismos. No a todo el mundo le afectan de igual modo estos acontecimientos. Hay quienes se hunden y otros que salen más reforzados, o por lo menos no dañados. A esto se le llama resiliencia. Según lo resiliente que es cada uno, así hará frente a sus circunstancias con mayor o menor éxito.Resiliencia: capacidad de los materiales para deformarse y volver a su estado previo.
No a todo el mundo le afectan de igual modo los mismos acontecimientos
Por tanto, ¿qué características debe potenciar una persona para protegerse de la ansiedad y la tristeza?
Todas las características están entrelazadas. Son habilidades que se complementan y potencian la resiliencia. Veamos las principales:- Conseguir que las situaciones a las que uno se enfrenta sean un reto,
Algo deseado, o por lo menos aceptado. Enfrentarse a una tarea y estar deseando alejarse todo el tiempo, no hace que la percepción sea de reto. En todo caso se generará desesperanza y deseo de acabar lo antes posible.
Esto multiplica el desgaste y dificulta la percepción de satisfacción cuando se alcanzan las metas. Así que es bueno preguntarse, ¿..y yo qué quiero?, ¿quiero afrontar lo que hay? Si la respuesta es “no”, o “quiero que cambien los demás”, lo mejor será dejar lo antes posible la situación si no queremos desgastarnos en exceso.
- Capacidad para crear expectativas realistas.
- Optimismo, en comparación al pesimismo.
La tendencia del pesimista es la de destinar mucha energía a encontrar las soluciones que necesita. Puede creer que si no se presiona y no está atento a lo negativo, no conseguirá su fin y fracasará.
Por tanto el pesimismo tiene partes buenas pero ayuda poco a la resiliencia de cada uno. Perseguir el éxito desde el pesimismo desgasta. En cambio hacerlo desde el optimismo implica en parte saber adaptar las expectativas, y ser capaz de hacer renuncias para conseguir el máximo dentro de unos márgenes realistas.
- Niveles de exigencia y capacidad para hacer renuncias.
Quizás para entonces sea tarde y deberemos pagar con excesiva ansiedad o tristeza, por no haber renunciado a algo previamente. De hecho a menudo si no hacemos las renuncias a tiempo, pasará lo que tenga que pasar, pero no será usted quien lo haya decidido.
Cabría añadir podemos renunciar a no hacer determinadas cosas, a posponer nuestro planes, pero también a veces hay que renunciar al aprecio de otros por decir algo incómodo, a no acabar una tarea de manera perfecta…
- Darle la importancia correcta a las cosas.
No ser capaz de calibrar adecuadamente la importancia de lo que ocurre alrededor nuestro, puede potenciar enormemente la vivencia de malestar. Si nos enfocamos en el daño que nos producen los diferentes acontecimientos nuestra resiliencia se irá al traste
- Capacidad para afrontar las críticas
- Locus de control.
Sin embargo, cuando es interno conseguimos seguridad, disminuimos la percepción de incertidumbre y amenaza. Potenciamos la autoestima y la resiliencia. Potenciar el locus de control interno nos hace mas resistentes ante la ansiedad y la tristeza.
- Apoyos sociales y actividades de ocio.