Revista Diario

Resolviendo dudas sobre el yodo

Por 1maternidad_diferente


Últimamente no dejo de seguir recibiendo consultas sobre el yodo y la necesidad o no de suplementar en la lactancia... ¿Qué pasa si no lo he tomado hasta ahora? Yo tomo mucho pescado y sal yodada ¿no es suficiente? ¿Qué me puede pasar si no lo tomo? ¿No es capaz el organismo de fabricar yodo?

Ahí van mis últimas investigaciones sobre el tema del yodo. No pretende ser un compendio completo porque ya escribí otro post hace tiempo sobre el tema del yodo, que es complementario a este... Así que si llegáis aquí con el objetivo de leer sobre yodo y lactancia, mejor primero el otro artículo y luego este... Pero, pongámonos con el tema...

El cuerpo y el yodo
Como ya vimos en el anterior post sobre el yodo, su principal cometido es el de garantizar un correcto funcionamiento de la glándula tiroidea. El cuerpo humano no puede sintentizar el yodo (como sí ocurre con otros micronutrientes, como la vitamina D), por lo que necesitamos obtener nuestro aporte diario a través de la alimentación.

Normalmente, y según la escasa información que he sido capaz de localizar al respecto, el organismo contiene entre 20 y 30 mg de yodo. El 75% de las reservas corporales, como es lógico, se encuentra en la glándula tiroides, donde es utilizado para en la síntesis de las hormonas tiroideas.

Cuando dejamos de consumir yodo en las cantidades necesarias, el organismo comienza a utilizar las reservas almacenadas y, si estas no se reponene, se puede llegar a un agotamiento de las reservas corporales, que desembocaría en una reducción de la producción de hormonas tiroideas, desequilibrando así el metabolismo corporal.

Productos marinos
La principal fuente de yodo en la alimentación hoy en día son los productos del mar. El problema es que por ejemplo, las algas tienen "demasiado" yodo y eso es tan perjudicial como tomar "muy poco" yodo. Y, por otro lado, si aumentamos el consumo de pescado para aumentar la aportación de yodo en la dieta, pues aumentamos también la ingesta de contaminantes asociados, como el mercurio o las dioxinas, cuyo contenido es especialmente preocupante en los peces que están al final de la cadena alimenticia (atún o pez espada, los peces grandes que se alimentan de otros peces).

Por eso las recomendaciones más recientes apuntan a que no se debería exceder el consumo de 2-3 raciones por semana de estos pescados e incluso hay algunos que van más allá diciendo que se deberían evitar por completo durante el embarazo.

Según la Asociación Española de Pediatría, las necesidades de yodo de las madres lactantes son de 200 mg de yodo al día (50 mg más que un adulto normal, que son los que irían destinados al bebé). Con la alimentación normal (consumo de 2 a 4 raciones de pescado a la semana + sal yodada) se calcula que la ingesta es de 150 microgramos, por lo que sería necesario tomar suplemento.

Yodo y pescado
Os copio también un texto de Alba Lactancia Materna sobre el yodo y el pescado:

"Debes recordar que se aconseja a toda mamá que amamanta que tome cada día un suplemento con 200 microgramos (mcg) de yodo, además de sal yodada, según indica nuestro Ministerio de Sanidad . En la lactancia aumentan las recomendaciones de este mineral, y es difícil cubrirlas con la dieta. Nada menos que un tercio de la población presenta déficit de yodo. Como ejemplo, 4 raciones de pescado a la semana (dos de blanco y dos de azul) sólo aportan el 5% de las recomendaciones de ingesta de este mineral en la lactancia".

En el curso de asesoras de lactancia de Fedalma que hicimos hace poco hubo una discusión bastante interesante sobre este tema y recuerdo que el profesor del tema, Julio Basulto (nutricionista), decía que para obtener todo el yodo necesario del pescado había que tomar cantidades tremendas. Creo recordar que era algo así como 800 gramos al día de pescado... Una pena no haberme copiado la información.

Algas
Muchas mamás se preguntan si pueden tomar algas o, en caso de que las hayan incorporado en su dieta habitual, cómo puede influir su consumo en la ingesta de yodo. La información recopilada por Julio Basulto en este sentido (y apoyada en abundante bibliografía científica) indica que:

  • Una ración de 8 gramos de un gran número de algas puede aportar entre el 670% y el 43.030% de las recomendaciones de ingesta de yodo.
  • Así, la alta cantidad de yodo de las algas puede producir efectos adversos tanto en la madre como en el bebé lactante.
  • Además, pueden estar contaminadas con metales pesados.
  • Los muchos reclamos de salud sobre las algas estás infundados.
  • Mejor no tomarlas.
Una objección normal a este tipo de recomendaciones es que los japoneses consumen una gran cantidad de yodo "y no les pasa nada". En este sentido, cabe destacar que los niponen han desarrollado una "resistencia" a grandes cantidades de yodo en su dieta, debido a que gran parte de su ingesta de verduras procede de las algas; aún así, no se libran de los efectos del exceso de yodo, y la población de este país tiene más probabilidades de sufrir enfermedades derivadas los efectos acumulativos del exceso de yodo.

¿Que pasa si no tomo yodo?
Pues pasar, pasar...no pasa nada. No van a venir los servicios sociales a quitarte la custodia de tu hijo por no tomar yodo. Nuestras madres y nuestras abuelas no tomaron yodo y aquí estamos nosotras. Pero hoy en día se sabe que el consumo de yodo en la población española es inferior a los niveles óptimos para un correcto funcionamiento del organismo, por lo que también sabemos que si tomamos sal yodada prevendremos la aparición de trastornos relacionados con el tiroides.

Además, en la lactancia, al aumentar las necesidades de yodo (para la mamá y el lactante) es necesario suplementar. La suplementación con yodo en la lactancia tiene como finalidad asegurar que el bebé recibe el yodo que necesita a través de la leche materna. La cantidad de yodo que haya en la leche depende de la ingesta de la madre, por eso es hay que tener en cuenta qué cantidad de yodo se está tomando.

La Organización Mundial de la Salud considera que la carencia de yodo en el organismo es la principal causa en el mundo que se puede prevenir de lesión cerebral del niño durante el embarazo y la lactancia, además de ocasionar otro tipo de alteraciones en su desarrollo físico y mental. Por otro lado, la falta de yodo en el bebé también puede provocar, según confirma Armando en el blog Bebés y más, "bocio (aumento del tamaño de la tiroides) que puede ocasionar problemas respiratorios y/o de deglución". "La carencia de yodo provoca además retraso en el desarrollo del Sistema Nervioso Central así como en el crecimiento y la maduración de los huesos del bebé", añade este blogger, padre y enfermero.

Así lo explica Carlos González en su consultorio de la revista Ser Padres

¿Qué pasa si tomo demasiado yodo?
Según Medline Plus:

Los adultos deben evitar el uso prolongado de dosis superiores a 1100 mcg por día (el Nivel Máximo de Ingesta Tolerable (UL) sin supervisión médica adecuada. En los niños, la dosis no debe exceder a los 200 mcg por día para los niños de 1 a 3 años, 300 mcg por día para los niños de 4 a 8 años, 600 mcg por día para niños de 9 a 13 años de edad, y 900 mcg por día para los adolescentes. Estos son los Límites Máximos de Ingesta Tolerables (UL).
Existe la preocupación de que tanto en los niños como en los adultos el consumo más alto puede aumentar el riesgo de efectos secundarios tales como problemas de la tiroides. En cantidades altas el yodo puede producir sabor metálico, dolor de dientes y encías, ardor en la boca y la garganta, aumento de la salivación, inflamación de la garganta, malestar estomacal, diarrea, debilidad, depresión, problemas en la piel y muchos otros efectos secundarios.

Ya puestos...
Y ya que entramos en materia y seguro que esta duda le surge a muchas madres, no, no se debe usar povidona yodada (betadine) durante el embarzo y el postparto. Si os interesa saber más sobre este tema, aquí tenéis una interesante discusión al respecto en un foro de matronas:http://foro.comadronas.org/showthread.php?tid=1963

¿Esta información te ha resultado útil? Mi blog es un proyecto altruista, sin publicidad ni otro tipo de ingresos, redactado arañando tiempo a mi familia, mi sueño y muchas otras cosas.


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