respeto y equilibrio

De repente un día despiertas, sales del letargo de la hipocresía, ves cómo es la realidad que nos rodea y vuelves en definitiva al origen, a ser un niño, te conviertes en INOCENCIA, con la inocencia va incluida la pureza, la autenticidad, la genialidad, el berrinche, la alegría, la espontaneidad y un sinfín de sentimientos mezclados que convierten la vida en una constante aventura. 
Primero sufres la depresión correspondiente al sufrimiento que supone despertar, despertar en un mundo INJUSTO, cuando aspiras a vivir en equilibrio y equidad. Después conoces el sentimiento que supone la impotencia, impotencia por tener que aceptar esta realidad sin posibilidad de cambiarla, más tarde nace la pena, pena por las gentes que crees que nunca despertaran y morirán sin saber que existe otra forma de vivir esta vida y  sientes pena porque su inconsciencia, sus actos, contribuyen a la destrucción de esta hermosa tierra por no tener consciencia y por no poder observar como lo hacemos los que hemos despertado y como lo que haces sin CONCIENCIA, termina en muerte, contaminación y odio.
Vivir cada día como si fuese el último, dejar de hacer planes futuros sobre millones imaginarios o reales que destruyen el equilibrio de una vida sana, feliz y sostenible. Olvidar la competitividad que lleva al odio y a la avaricia, olvidar la ambición que te convierte en esclavo de lo que persigues. Valorar lo más básico, ser humilde para agradecer y perdonar. Conservar lo que nos han prestado, la tierra, los árboles, el agua y mantenerlo intacto para los que vendrán, igual que nuestros antepasados cuidaron y mantuvieron para que llegase hasta nuestras generaciones.
 RESPETO Y EQUILIBRIO, esa es la única forma de vida SOSTENIBLE, ser ejemplo y dejar de ser la CAUSA, olvidar las culpas y enmendar nuestros errores. Cada uno de nosotros, somos responsables, somos parte activa en el todo, somos un granito de arena, pero cada granito cuenta, de algo pequeño nace lo inmenso… Seamos ejemplo para nosotros mismos, intentemos ser lo que nos gustaría que fuesen, como un espejo que refleja lo que nos agrada y olvida lo que no nos gusta.