Respira, Rebecca, respira - Bárbara Alves

Qué raro es verme a mí leyendo chick lit¿verdad? Pero para todo hay un momento en esta vida y si salvo alguna reseña de mi querida Bridget Jones, concretamente Bridget Jones. Loca por él, es un género que no se asoma por este blog, en enero, dispuesta a salir de mi zona de confort, me animé con una novela que llamó mi atención en cuanto me la presentaron desde Ediciones B. Hoy os hablo de Respira, Rebecca, respira.

Sinopsis

¿Te has probado toda la ropa del invierno pasado y solo te sirve la bufanda?¿Tienes un sueldo asombroso, capaz de dar risa y pena al mismo tiempo?
¿Tus hijos te vuelven loca (y no precisamente de amor)?
¿El grupo de WhatsApp con tus amigas está lleno de calificativos cariñosos como «zorra» o «hija de puta»?
¿Tu marido es un genio del escaqueo?
¿Hay veces que te gustaría desaparecer del mundo con un bote gigante de Nutella?
Si has contestado «sí» a tres o más de estas preguntas, entonces no hay duda: esta es tu novela. Necesitas urgentemente una buena dosis de risas y lectura.
Rebecca, la protagonista de esta novela, tiene tres hijos, un marido guapísimo con tendencia al escaqueo, una madre pesada y adorable, un trabajo de mierda y un grupo de amigas totalmente locas.
Rebecca piensa que los problemas son muy maleducados. Tienen la fea costumbre de aparecer todos juntos, sin avisar.
Rebecca es imperfecta, malhablada, ingeniosa y sincera.
Tal vez como tú…

Mi opinión

Rebecca es una mujer de treinta y ocho años casada con Diego, un hombre muy atractivo según nos cuenta ella misma, y madre de tres hijos con edades desde la adolescencia hasta los dos años. Su vida es un caos, Diego no la ayuda en casa y sus continuas ausencias, con un horario de trabajo demencial, así como una actitud un tanto esquiva en los últimos tiempos hacen que Rebecca sospeche que hay otra mujer en su vida. Una mujer sin duda más guapa y, sobre todo, más delgada porque Rebecca, según nos cuenta ella misma, está bastante pasada de peso. Además, se siente profundamente insatisfecha en su trabajo como recepcionista en un gimnasio vip donde todo el mundo luce cuerpazo y derrocha glamur menos ella…
Afortunadamente lo que sí tiene Rebecca son unas amigas estupendas que incondicionalmente están de su parte siempre y una madre que a pesar de ser un tanto despistada está dispuesta a echarle una mano siempre que lo necesita. Y a pesar de ello Rebecca es incapaz de ver las cosas buenas que tiene, su actitud es siempre negativa, entra en un bucle de quejas del que es incapaz de salir. Se queja de su trabajo, pero es incapaz de buscar soluciones. Se queja de su sobrepeso, pero mata la ansiedad a base de comida y vive instalada en el sedentarismo. Se queja de que nadie la ayuda en casa, pero es que tampoco ella hace gran cosa en casa. Me ha sido imposible entenderla, me he divertido con ella y me ha hecho reír en más de una ocasión, pero también me ha sacado de mis casillas por su actitud y por su vocabulario, especialmente el utilizado para referirse a otras mujeres más delgadas, más guapas, con mejor trabajo… Rebecca y sus amigas son muy malhabladas, incluso entre ellas mismas y eso me ha chocado muchísimo, no voy a decir que yo jamás diga un taco, pero sí puedo afirmar que nunca me dirijo a mis amigas, ni nadie de mi entorno lo hace, de la forma en que lo hacen ellas, ni hablo en los términos que lo hacen ellas, especialmente para referirse a otras mujeres con una de esas palabras tan insultantes que en la boca de una mujer hacia otra me parece sencillamente imperdonable.
Obviando esta pega debo decir que me he divertido con Respira, Rebecca, respira. A pesar de no sentirme identificada en absoluto con ella, y eso que soy mujer, madre y trabajadora, su lectura me ha aportado la ligereza y los momentos de dejarme llevar que necesitaba. Sus personajes son sin duda extremos y aún así en muchas ocasiones resultan entrañables para al momento siguiente verse envueltos en una situación tan descabellada que inevitablemente te arranca, si no una carcajada, sí una gran sonrisa. Una novela que, además, tiene a su favor que se lee sin apenas darte cuenta, la prosa es sencilla y el estilo de la autora es fresco y ágil e intercala en muchas ocasiones conversaciones de WhatsApp que confieren mayor agilidad aún a la narración.
En definitiva, Respira, Rebecca, respira es una novela ligera y divertida perfecta para pasar el rato cuando nuestra cabeza no está para lecturas más exigentes.

Ficha técnica