Revista Filosofía

Ricardo Luque - Cerrando filas

Por Hetairo
Ricardo Luque - Cerrando filas
Cerrando filas
César Ricardo Luque santana
Exitoso sin duda resultó el encuentro entre dirigentes y militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Nayarit, en torno a la figura del diputado federal Guadalupe Acosta Naranjo. En dicha reunión, estuvieron presentes también los alcaldes perredistas del norte del estado, a saber, de Acaponeta, Tecuala, Rosamorada y Huajicori. Esta actividad política se realizó el domingo 24 de octubre por la mañana en el Salón “Quinta Nena” de la ciudad de Tepic, el cual se vio completamente abarrotado. Resulta interesante añadir que no hubo acarreos ni refrigerio para los asistentes, sino que prevaleció la austeridad en ese sentido.
Para el perredismo local, este acto político fue muy importante e incluso histórico porque no se recuerda un acto de unidad tan contundente. En efecto, todos los dirigentes de las distintas corrientes de este partido, manifestaron sin ambages su respaldo pleno al diputado Naranjo, mostrando con ello no sólo una actitud de elemental responsabilidad ante la sociedad y el momento histórico, sino reconociendo en él un liderazgo que se ha ganado a pulso, pues creo que nadie le regatea a estas alturas de la vida, la enorme proyección que ha conseguido y sus grandes cualidades de líder. Habla bien también, del grado de madurez alcanzado por los dirigentes de las distintas expresiones del PRD nayarita. De este modo, pudieron hacer a un lado sus divergencias que los venía manteniendo confrontados entre sí durante mucho tiempo causando una grave división entre ellos. En este tenor, Arturo Marmolejo Rivera, uno de sus dirigentes históricos, manifestó que no sólo era necesario hacer a un lado sus diferencias atávicas, sino que también era importante restañar las heridas que éstas les dejaron al paso del tiempo. Las circunstancias donde se combina una alta probabilidad de que la izquierda conquiste el próximo año las instancias del poder público, como el poder ejecutivo y el poder legislativo, a través de una amplia alianza política y de gobierno, así como la necesidad de superar el mal gobierno realizado por Ney González, ameritan para ellos el cierre de filas para lograr esos objetivos, y desde ahí, enarbolar un proyecto distinto al actual, que sólo ha logrado deteriorar el tejido social e hipotecar el futuro de los nayaritas.
La lista de oradores fue larga pero sus discursos emotivos, destacados los pronunciados por los alcaldes perredistas, particularmente por el de Acaponeta, Saulo Lora. Pero sin duda, el discurso más esperado y más aplaudido, fue el de Guadalupe Acosta Naranjo, quien hizo gala de sus cualidades de tribuno, haciendo pronunciamientos políticos muy importantes, mismos que seguramente otras crónicas complementarán a la que aquí se realicen.
Al principio, su alocución fue tranquila, pausada, relatando en grandes trazos su fecunda pero sinuosa trayectoria política de 29 años, desde su etapa estudiantil, después como luchador social, más adelante como representante popular, luego funcionario público, hasta lo que consideró su logro personal más significativo que fue dirigir al partido del sol azteca a nivel nacional, mismo que muchos años atrás, no sólo fundara, sino que tuvo el privilegio junto con Arturo Marmolejo, de figurar entre los 300 convocantes a la iniciativa del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que dio lugar al nacimiento del PRD, el partido de izquierda más importante que ha tenido el país.
Luego de este recuento, enfocó su discurso político a una serie de problemas muy relevantes: aseveró que busca en serio la candidatura del PRD y de una eventual alianza política y de gobierno con otras fuerzas políticas y sociales, y que en modo alguno está dispuesto a participar con las “manos amarradas”, exigiéndole al dirigente estatal de su partido, Rodrigo González Barrios, que convoque a todos los aspirantes internos y externos por el PRD a la candidatura al gobierno del estado de Nayarit, a un debate de ideas para contrastar ante la ciudadanía los proyectos de gobierno de cada uno. No obstante, ratificó lo que ha dicho en otras ocasiones de que de nos ser él, el abanderado del PRD, apoyará sin reservas a quien resulte favorecido por la aceptación ciudadana, y que considera que éstos deben de pronunciarse de igual manera. Huelga decir que el tono de esta parte del discurso fue más enjundioso que al principio, donde las dotes del gran orador que es Naranjo, atraparon la atención del público y desbordó su entusiasmo. Desde el comienzo de su discurso, a diferencia e los que ocurrió con otros oradores que desde luego fueron escuchados con respeto por los asistentes, con Naranjo reinó un silencio muy especial que denotaba una gran expectativa para oír sus pronunciamientos, silencio que luego se convirtió en algarabía y aplausos con cada pronunciamiento relevante. El dominio de la palabra, la ilación coherente de ideas, los cambios apropiados de ritmo y en el tono de su voz, la claridad de exposición, la seguridad de sus afirmaciones y su actitud desafiante ante los retos, mantuvo al auditorio pendiente de cada cosa que decía y de cada explicación que daba, festejándole sus dichos a cada momento.
Insistió en que es la hora de poner sobre la balanza las trayectorias, experiencias y capacidades de todos los aspirantes de cara a la sociedad. Centró sus baterías en criticar al gobierno de Ney González al que consideró un gobierno de ocurrencias y el peor que hemos padecido los nayaritas. Señaló cuatro grandes errores del actual gobernador: primero, el dejar la educación en manos del cacique magisterial Liberato Montenegro lo cual ha traído nefastas consecuencias, asegurando que de ser él el gobernador, le pondrá a éste un freno y convertirá a la educación en todos sus niveles, en la palanca de desarrollo del estado; segundo, la inseguridad pública, donde es evidente que el gobierno de Ney González se mantiene sospechosamente como mero espectador, permitiendo que estén muriendo decenas de personas inocentes, así como jóvenes reclutados por el crimen organizado ante la indiferencia e incompetencia de un gobierno “nini” (sic) que ni trabaja ni resuelve nada; tercero, el abandono del campo porque sólo tiene ojos para la Riviera Nayarit, siendo el campo un gran potencial económico porque en Nayarit dijo, “existe la mejor agua, las mejores tierras y los mejores campesinos”; y cuarto, el tremendo endeudamiento público que va a dejar maniatado al próximo gobierno, advirtiendo a los banqueros que el nuevo gobierno encabezado por él no reconocerá esa deuda porque no la contrajo el pueblo de Nayarit, convocando al mismo tiempo a sus correligionarios a dar la batalla para impedir que se concrete este último endeudamiento.
Hubo otros tópicos que se me escapan de momento o que por las limitaciones de espacio no puedo comentar, sin embargo, puedo añadir que aventuró algunas interesantes propuestas de gobierno para una reforma político-electoral que responda a una auténtica vocación democrática y no a los manoseos oportunistas y facciosos como los que realizó Ney González en contubernio con su mayoría priista, como en los tiempos del Gran Elector, donde los diputados sólo levantaban el dedo para aprobar lo que les indicaba el gobernador, traicionando con ello a sus electores. También esgrimió en grandes líneas su proyecto para reactivar el campo, para impulsar la educación, generar empleos, entre otros.

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