Revista Baloncesto

Ricky y Grimau lideran la remontada azulgrana para acabar con el fortín del Pisuerga

Publicado el 12 diciembre 2010 por Toni_delgado @ToniDelgadoG

Ricky y Grimau lideran la remontada azulgrana para acabar con el fortín del Pisuerga

Ingles, Barnes y Van Lacke luchan por una pelota -EFE.

A grandes problemas, grandes soluciones. Ése podría ser el eslogan para describir cómo se repuso el Barça en el Polideportivo Pisuerga, donde llegó a ceder por 14 puntos en el ecuador del segundo cuarto y acabó ganando por 55-65 ante un Blancos de Rueda Valladolid que se olvidó de cómo había asfixiado a los azulgrana y quiso correr y resolver rápido como su rival. Al conjunto de Porfirio Fisac le pudo el cuento de la lechera y se descompuso ante el repertorio de Ricky Rubio (14 puntos, siete asistencias y cinco rebotes) y Roger Grimau (12 tantos), los líderes de la reacción de los visitantes, que se sobrepusieron a otra nueva lesión –de Jaka Lakovic, con un esguince en el tobillo izquierdo– y a su pobre balance en tiros libres (12/24) y triples (3/20). El Barça pudo minimizar esas carencias gracias a su fiabilidad al contraataque (consiguió 14 puntos así) y su extrema mejoría en defensa, pues sólo recibió diez puntos en el último cuarto, donde anotó 22. Los azulgrana alcanzaron la segunda posición de la Liga ACB empatados con el Caja Laboral, que perdió en Bilbao por 99-95, y se colocan a un triunfo del Real Madrid, al que se enfrentarán el próxima día 30.  
El hilo conductor del partido fue siempre Ricky, incluso en el inicio, cuando el Barça se comportó como un equipo sin alma, incómodo ante la incisiva agresividad del Blancos de Rueda Valladolid. Entonces el base azulgrana fue el único el único capaz de meter la pelotita en el aro –el Barça parecía jugar a meter los aros en el cuello de las botellas como se hace en los parques de atracciones o en las ferias– en el primer cuarto, cuando los visitantes cedieron 17 puntos y aportaron ocho. Siete de ellos fueron de Ricky, con dos canastas en juego y un tiro libre, una faceta esquiva para el equipo durante todo el encuentro. 2/6 desde la línea de personal fue el mínimo acierto de Grimau, el protagonista del final de la primera parte.
“De atrás hacia delante”
Lo había advertido Fisac, que utilizó las felicitaciones a sus jugadores –elogió sobre todo a su pareja interior titular, Lamont Barnes y Eulis Báez– y apremió al grupo a no tener prisa, a tomarse el partido como hasta entonces “de atrás hacia delante” para mantener una ventaja más que merecida de 12 puntos, que llegó a ser de +14. Pero el Blancos de Rueda Valladolid se ahogó de gloria y quiso ampliar la renta con ataques cortos y tiros mal seleccionados. Un desconcierto que no desaprovechó el conjunto azulgrana para irse al descanso con un parcial de 0-9 (30-25), gracias al primer triple (¡de once intentos!) de Terence Morris y seis puntos consecutivos del capitán Grimau, a la contra. Por fin el Barça podía correr. 
Anulado Fede Van Lacke, los locales carecieron de un líder sólido, pues la actuación de Jason Robinson y sobre todo de Marcus Slaughter fue discontinua e insuficiente para contrarrestar el espectáculo propuesto por Ricky, la defensa de Víctor Sada y Boniface Ndong, que añadió 12 rebotes a sus siete puntos. Con dos pérdidas infantiles de Maxi Stanic comparecieron los locales en el último período. Dos regalos que agradeció Grimau para poner a su equipo por primera vez por delante (45-46 a 9m 08s). Los azulgrana, muy intensos y seguros en el último tramo, pasaron a gobernar el encuentro, crecidos ante un rival que quiso reponerse intentando triples imposibles. 
 Blancos de Rueda Valladolid (17+13+15+10) 55: Dumas (4), Van Lacke (3), Robinson (11), Báez (16) y Barnes (10) –quinteto inicial–, Martín, Diego García (8), Slaughter (3), Isaac López y Stanic. Barça (6+19+18+22) 65: Ricky Rubio (14), Grimau (12), Ingles (11), Morris (8), Vázquez (2) –quinteto inicial–, Lakovic, Sada (11), Perovic y Ndong (7).

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