Rienda suelta…

Asomo de nuevo, casi de puntillas y con miedo a no estar a la altura.

En realidad necesitaba esta desconexión, había demasiada información en mi cabeza y un gran compromiso por hacer las cosas bajo el prisma que me fui forjando poco a poco y que había ido compartiendo con vosotros, pero que al mismo tiempo me estaban asfixiando.

Supongo que a veces no llega con la teoría… queremos ir más lejos, poner “todo” en la práctica y ahí también pueden surgir  obstáculos,  porque no todos vamos en la misma dirección en el mismo momento impidiendo/retrasando el avance que nos gustaría y preguntándonos ¿cómo, no es posible si sé perfectamente los pasos a seguir? pero… no es suficiente. No estamos solos, en esta aventura que es la vida,  puede que necesitemos de los demás para llevar a cabo algunos de nuestros sueños y… puede ser complicado, entendible sí, pero complicado.

Aún así, lo realmente importante es seguir en la buena dirección, no coger caminos secundarios que aunque más fáciles  suelen ser mucho menos gratificantes y completamente frustrantes, supongo. Así que… aquí vuelvo dispuesta a seguir aprendiendo con vosotr@s para afianzarme todavía más, si cabe, en las convicciones que hace tiempo tengo e intentar conseguirlas 100%.

Desde hoy os invito a seguir curioseando (aunque sé que muchos de vosotr@s nunca dejasteis de hacerlo) y también quiero dar las gracias a dos personas muy especiales que forman parte de esa sección tan importante del blog que son vuestros comentarios: gracias Nago por animarme siempre a seguir con este proyecto y gracias Iñigo por darme ese fuerte “empujón” a continuar con lo que hago y me gusta que es: compartir información “alternativa”. Y aprovechando este momento de públicas gratificaciones… GRACIAS Elis por entenderme y hacer siempre que vea el vaso… medio lleno.

Ahora me toca ponerme las pilas para la siguiente entrada porque esta fue muy fácil

tan solo le di rienda suelta… a mi corazón.