Revista Historia

Rito Francés: De las Luces al siglo XXI.

Por Masonaprendiz

Podría decirse que el Rito es la cualidad más íntima de la Masonería especulativa, es donde se recoge el acervo simbólico que predispone a sus usuarios, los masones, hacia el diálogo donde el librepensamiento y el uso de la razón aportan los argumentos, así como la tolerancia ante la disensión.

En sus inicios documentales se recogen en un único Rito los diferentes rituales que, según ocasión, nuestra Masonería empleaba en sus reuniones; tenidas ordinarias, de aumento de grado, de celebración, de despedida o fúnebre... y pocas más, pero todas ellas desarrolladas desde la simbolización de objetivos, métodos, herramientas i costumbres de los antiguos constructores. Este modelo ha sido definido como "Masonería en estado puro"; porque Masonería es eso... ¡Construcción!

A partir de los años veinte del S. XVIII, se produjo una gran expansión de la Masonería, no solamente en Londres, también en toda Inglaterra pasando y asentándose en la Europa -continental -especialmente en Francia-, y en las colonias americanas; fue esta una época en que la religión era marca de identidad y en la que la burguesía aspiraba a la nobleza y la nobleza gustaba de jugar con el ocultismo; todo ello produjo efectos sociales, de los que la Masonería no pudo librarse y que influyeron en su Rito.

Así a los Rituales se añadieron nuevos símbolos y el Rito fue incrementado en nuevos grados de los más diversos orígenes (religioso, militar, nobiliario, místico, esotérico, mágico, ocultista...) sin relación con el oficio de constructor ni con sus objetivos ni con parecido alguno a sus plantillas laborales.

Por parte de algunas logias del entonces joven Gran Oriente de Francia, hubo varios intentos de frenar esta proliferación de símbolos y grados para regresar a las formas de inspiración meramente constructivas... pero ello fue imposible, aquellas novedades habían entusiasmado y arraigado con fuerza en el colectivo masón; por ello se aceptó diferenciar ritos.

A mediados de 1786, las logias bajo jurisdicción del Gran Oriente de Francia recibieron manuscritos, emitidos por su Cámara de Grados, de un nuevo Ritual inspirado en las formas de los inicios londinenses de la Masonería (1717) y que a copia de aquella Masonería de inspiración (la Operativa) sólo contemplaba los grados de Aprendiz, Compañero y Maestro. Con el tiempo ello derivó en el Rito Francés o Moderno.


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