Bueno, ¡no! No es que el frontman de The Cure haya ido a un centro para pincharse botox en vena, se trata de una metáfora aplicable a su carrera. Y es que el precursor del nihilismo adolescente se ha vuelto a colar en la mente y -lo que es más importante- en el corazón de los teenagers de la mano de Crystal Castles.
¡Bien por el señor Smith, sí señor! Su voz en el tema de los canadienses, “I’m Not In Love”, demuestra que quien tuvo, retuvo, y que cuando tienes dos dedos de frente gótica puedes evitar acabar dando recitales en los geriátricos para ser estrella más rutilante de los dance clubs.
Aunque a mí, lo que más gracia me hace de Robert Smith es su vetusto odio africano por Morrissey, por el morbo que da ver a dos divas añejas en lucha de barro. La cosa se remonta a un malentendido de los 80, cuando a Mozz le preguntaron que a quién de todos los apellidados Smith de la época dispararía y, claro, al “Big Mouth” se lo pusieron a huevo para incluir en la lista al pobre de Robert, que le devolvió el dardo llamándole cunt. Pero lo que me da ternura es que el inocente de Smith cree que si le preguntaran ahora a Morrissey ya no diría eso, cuando la realidad es que el “Charming Man” le ha dedicado peores epítetos como payaso fofo y llorón.
(via Lost Single)
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