Revista Videojuegos

Rockeros de los jueguitos: ‘Rob Hubbard,el compositor más grande’

Publicado el 14 diciembre 2016 por Ludopharmacos @ludopharmacos

Hoy vamos a retomar una sección que teníamos medio abandonada, por no decir que estuvo cajoneada cual proyecto parlamentario. Pero a pedido de la gerencia, y específicamente del segundo gerente, es decir, el señor Eugenio Krupa, me veo obligado a retomar esta hermosa y original sección. Y como el pedido viene directamente de él, el hombre del cual vamos a hablar tiene mucho que ver con las elecciones personales de Eugenio. Sabido ese que ese crápula es un enfermizo adorador de la más maravillosa computadora-consola de todos los tiempos. Me estoy refiriendo, por supuesto, a la inigualable Commodore 64.

Entonces, el homenajeado de hoy será un astro de la música, un monstruo de los teclados cósmicos de la Commodore 64, el increíble:

ROB HUBBARD

Rockeros de los jueguitos: ‘Rob Hubbard,el compositor más grande’

De esta bestia musical diremos que nació en el 55′, en Inglaterra y que siempre tuvo inquietudes musicales. Tocaba instrumentos desde los 7 años y en algún momento de su vida fue a un colegio musical. Antes de ponerse a laburar para Commodore, el buen Rob se la pasaba de parranda, de bar en bar, tocando con sus amigos y jugandose cuanto fichines podía. En algún momento del año 83′ entró de lleno en la industria de los videojuegos, transformándose quizás en el mayor compositor de todos los tiempos.

Antes de meternos de lleno con la cuestión de la obra de este buen hombre, me gustaría mencionar algunos aspectos referidos a la máquina bajo la cual produjo casi toda su obra. La Commodore 64, como todos sabemos, es por lejos la mejor computadora de todos los tiempos por un montón de cuestiones que ya hemos mencionado. Pero ahora hablaremos del apartado musical, en la medida que mis capacidades lingüísticas lo permitan.

Para los años en que la Commodore era la reina, no había absolutamente ninguna máquina capaz de reproducir sonidos tan inigualables. Esto se debía a que la máquina podía reproducir tres canales de sonidos. Esto a simple vista parece muy pobre, pero si a eso le sumamos que además tenía cuatro clases de ondas de sonidos, y que en cada canal se podían utilizar más de una onda… las posibilidades eran muy grosas. Hasta la salida de las placas de sonido de AdLib, no había absolutamente ninguna posibilidad de competencia. Todas estas cosas y más referidas a cuestiones técnicas son bien explicadas acá.

En el 85′, Hubbard se acerca a Gremlin Software y le muestra la magia que sabe hacer. Luego de realizar música para algunas demos y juegos educacionales -de los cuales no tenemos registro certero-, Rob participa en el apartado sonoro del juego de plataforma Thing on a Spring:

Inmediatamente las revistas especializadas y la critica se posaron sobre Hubbard: había nacido una estrella que jamás se apagaría. Esto se debía a lo que mencionamos anteriormente: Rob exploto al máximo las posibilidades de los tres canales, mezclando las cuatro ondas y poniéndolas al mismo tiempo en más de un canal, generando la sensación de una máquina que reproducía muchos más canales y notas de las que realmente podía.

El proceso de composición, tengo entendido, no era sencillo. Rob se sentaba y escribía la música en las clásicas partituras musicales. Pero luego debía traspolar eso al lenguaje-máquina de la Commodore. Para esto, mientras escribía las notas, anotaba además un número hexadecimal que se correspondía con el sonido en el driver de sonido. De esta forma, ‘convertía’ ese número al lenguaje máquina de la placa de sonido o algo así, realmente todo esto escapa demasiado de mi pobre y absurda comprensión.

Rob participó en infinidad de juegos tirando magia y notas alucinantes para nuestras atosigadas mentes. Su aporte fue inmenso, pues gracias a él, la música en los jueguitos comenzó a tomarse en serio, y de hecho, el apartado sonoro comenzó a fusionarse con el juego. Ya era imposible que la música no tenga cierta correspondencia con lo que estábamos haciendo. Repasemos entonces alguno de los grandes éxitos de este muchacho:

También en el 85, a Rob Hubbard le encargaron la conversión de la música del Commando de Arcade para la hermosa Commodore 64:

Desde el 85′,año en que comienza a laburar profesionalmente, al 88′ -año en que es fichado por los asquerosos de Electronics Arts–  Hubbard participo en la creación de la música de al menos…70 juegos para la Commodore.

Grandes éxitos del buen Hubbard fueron, por ejemplo, piezas musicales como Monty on the Run

También el Thundercats, que, entre nosotros, es casi el motivo de este posteo, solo que a Eugenio le tocara hablar del jueguito:

La increíble orquesta de One man and his droid

Que acá es comparada en versión orquestada, es decir, con varios tipejos tocando instrumentos:

Y así podríamos estar todo el día mostrando cada uno de los distintos juegos en los que tiro magia Rob. Sobretodo aquellos increíbles títulos de Commodore 64.

Pero sucede que todos los artistas tienen una obra maestra, un magnum opus, la pieza maestra, la figurita más difícil de todas, la más querida y hermosa. Así como Stephen King tiene la saga de La Torre Oscura, Joyce tiene su Ulises y Black Sabbath, Paranoid, Rob Hubbard tiene la música del Knucklebuster, un juego que salió en el 87′ para el cual nuestro amigo creo una melodía continua de unos… ¡17 minutos! Es una cosa de otro planeta que no tiene comparación con prácticamente nada:

Esta pieza musical es una locura y debería ser estudiada como lo que es: una obra maestra de la música contemporánea. Como bueno, casi absolutamente todo lo que hizo Rob Hubbard.

Llegado el 88′ se hincho las bolas de las empresas que publicaban juegos para Commodore y los parásitos de Electronics Arts se lo llevaron a Estados Unidos, donde siguió tirando magia, transformándose en el primer compositor profesional a tiemplo completo que la empresa contratase.

En una entrevista le preguntan:

¿Cómo es un día típico de trabajo tuyo para componer musiquita?

Que preguntas pelotudas que hacen siempre, che. Me levanto a las 10:00 AM, trabajo en casa porque no soporto las multitudes, le pegó derecho hasta las 4:00 PM, corto hasta las 7:00 PM que me quedo mirando boludeces en la tele y le pego derecho hasta las 5 de la matina. Y así todos los días.

El tipo es muy zarpado. En otra entrevista cuenta como hizo la música del Commando:

Antes de rajar de la oficina viene el jefe y me dice: ‘Tenes que hacer la música del Commando’. Me puse a escucharla e inmediatamente me enchufe con mi Commodore a ver qué salía. Cuando me di cuenta, eran las 8 de la mañana, la gente estaba entrando en la oficina de nuevo y yo ya había sampleado todo en mi Commodore. A las 10 de la mañana estaba en casa rascándome el higo.

Así trabajan las estrellas absolutas como Rob Hubbard: las ideas se les escapan por todos los orificios del cuerpo. No como nosotros, que debemos hacer verticales, saltos y rezarle a cuánto santo se nos ocurra en las noches de Luna llena, para ver si nos iluminan un poco

De su etapa laburando para Electronics Arts, mencionaremos solo dos sagas. Una, por ser increíblemente fantástica. Rob creo la música -y cuando digo música deben recordar que también se refiere al apartado sonoro en general- de la saga de los Strikes:

La otra saga archi conocida, pero no jugada por mi, es la de Skate or die! y simplemente la mencionó porque al emularla, hará unos cuantos años atrás, me voló la peluca la intro del Skate or die 2! con su voz falopa sampleada gritando el titulo del juego:

Pues bien, el alucinante de Rob siguió componiendo música hasta el 96′ más o menos y luego dejo de hacerlo, al menos en los jueguitos.

Más este no fue el fin de su carrera, claro esta. Los astros inigualables solo hallan el retiro cuando sus cuerpos abandonan este miserable planeta. Así que Rob siguió haciendo de las suyas, pero esta vez, de la mano de una banda. Una de las que tocan instrumentos de verdad, con gente y toda la bola. El proyecto musical es harto conocido, yo lo había escuchado en incontables ocasiones pero no sabía de la existencia de este astro, estoy hablando de:

PRESS PLAY ON TAPE

La banda se dedica a hacer versiones en vivo de los clásicos de los jueguitos. Muchos de ellos de Commodore. Pero son más que nada mundialmente reconocidos por haber recreado una de las más maravillosas versiones en vivo de la música del Monkey Island. Es con esta hermosa pieza musical que los conocí:

Nos vamos despidiendo ya de esta hermosa sección que tanto nos gusta pero habíamos olvidado. Gracias a estas investigaciones uno se mete aun más por las canaletas de los videojuegos, desde aristas que quizás a veces no saltan a la vista tan fácilmente. Además esto nos sirve para demostrar algo que ya sabemos, que repetimos constantemente y que no tenemos ningún inconveniente en volver a decir: los videojuegos son una expresión artística, tanto como cualquiera de las artes clásicas, y para eso estamos nosotros, los ludopharmacos, que nos plantamos contra los estúpidos de siempre, con nuestra bandera pixelada que nos muestra ningún color,porque como dijo un gran poeta los colores están hechos para otras cosas, no para banderas; pero que si muestra píxeles, pues eso si nos representa.

Los dejamos, entonces, con una foto más actual de nuestro querido Rob y un hermoso compilado de la internet con sus mejores éxitos dentro del maravilloso mundo de Commodore:

Rockeros de los jueguitos: ‘Rob Hubbard,el compositor más grande’

Hasta luego,

Esteban


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