Revista Diario

Romero cuestiona el "mito" de Evita pero estigmatiza y forma el mito de la militancia rentada

Por Julianotal @mundopario
"El historiador no es un juez, y menos aún un juez de horca y cuchillo" (Knowles)

Luis Alberto Romero rodeado de un montón de libros al pedo...



A ver: ¿cómo se puede esperar un analisis serio, desapasionado, de un historiador (supuestamente) consagrado cuando para cuestionar la "mitificación" de Evita, arranca con una chicana mitificadora y estigmatizante?
"Pronto la imagen de Eva Perón estará en los billetes de cien pesos en que reciben mensualmente el sueldo los jóvenes de La Cámpora empleados en alguna oficina estatal, cuya tarea consiste en aplaudir en los actos, escribir en los blogs, organizar "vatayones", escuchar, informar y también contribuir a la nueva versión del mito de Evita. Hasta ahora, cobrar el salario incluía una experiencia desagradable: enfrentarse con la imagen del detestado Roca, o en el reverso, con la del "ejército genocida". Desde ahora, el rostro de Eva reconciliará militantismo y prebenda".Es vergonzozo para una persona que está donde está sólo por "portación de apellido" y si su viejo viviera, y aunque no era peronista, llega a leer semejante argumentación se vuelve a morir...
Romero es tan gorila que, para defenestrar a Evita, termina hasta defendiendo a Perón 


Para saber por qué Evita todavía genera estos odios por parte de los sectores conservadores y gorilas, basta leer el artículo de Romero: Evita para ellos no se diferencia del resto de la "chusma" eso es evidente. Lo que es un orgullo para nosotros, para ellos es irracional. Pero claro, como Evita hizo carne el sentir popular es lógico que indigne a los radichetas depilados como Romero cuando dice "(ella) que le puso a la democratización un elemento reactivo, un tono plebeyo y agresivo que no afectó mucho la convivencia social pero dejó en la vida política una marca facciosa y consagró un igualitarismo radical, de corte jacobino, que a la larga tendió a desalentar la formación de cualquier elite del mérito". El odio de clase, la crispación lo generó el peronismo, lo generó Evita. Claro, a ellos se les pasa por alto el "Viva el Cancer", los bombardeos, la Fusiladora, la proscripción... son detalles, ¿no?Romero es tan predecible, tan gorila, que era evidente que saliera la critica hacia la Fundación Eva Perón:"La fundación manejó un presupuesto incalculable y no quedaron rastros de cómo lo gastó. Casi anticipó lo que con el tiempo llegó a ser nuestro Estado: una caja misteriosa y un cúmulo de prebendas discrecionales. Si Perón fue un constructor de Estado, con criterios universales y generales, Evita fue un vendaval que avanzó arrasando los cimientos estatales que Perón creaba. No es fácil hacer un balance. Habría que poner en un platillo los millones de beneficiarios de la Dama de la Esperanza y en el otro platillo otros tantos millones de potenciales beneficiarios del fallido Estado de Bienestar. Unos lo vivieron; los otros no habían nacido, pero lo pagaron".Perdonenme, no se puede ser tan hijo de puta! ¿No quedaron rastros de la obra de la Fundación? en principio, porque un grupo golpista de retrógrados e inadaptados denominado "Revolución Libertadora", destruyeron no solo cualquier imagen de ella y de Perón, sino también su obra.Acaso, los miles y miles de testimonios de personas abandonadas históricamente (que en los noventas serán calificados como "pobres estructurales") no cuentan? Mirá Romero que no era gente ni de La Campora, ni del Evita, ni nada. Eran tan pueblo como ellos, pero que les faltaba todo. La explicación es que a Romero le revienta ese "modelo", "matriz de desarrollo" que impulsó el peronismo, tan distinto al vanagloriado "desarrollismo" que deja de lado la inclusión social como elemento fundamental."Perón fue un líder plebiscitario. Recibió un mandato popular para combatir al antipueblo y construir un país justo, libre y soberano. Valoró la importancia del combate, pero imaginó al final una comunidad organizada, en la que los desencuentros cesarían y el pueblo, encuadrado en sus corporaciones y bajo la tutela del Estado, resolvería sus conflictos. Evita, en cambio, no fue una mujer de Estado. No se preocupó por la armonía final ni por la arquitectura política. Alimentó permanentemente el conflicto, sin dejar el menor espacio para la integración de quienes eran declarados enemigos del pueblo. Quizás esto fuera funcional al gran proyecto de Perón o quizá no".Para muestra no hay nada mejor que el fragmento citado: para Romero, ¿Evita boicoteó el proyecto de la "comunidad organizada"? De nuevo para defenestrar a Evita se olvida de los detalles, de los verdaderos enemigos que ella advertía y que fueron los golpistas en el 55. En el imprescindible libro póstumo "Mi mensaje" de Eva Perón, ella desde su lecho de muerte, denunciaba y anunciaba lo que se venía. Pero claro, para los falsos demócratas eso no alienta el consenso. Ocultan esa mentira democrática, porque en realidad cuando hay consenso, es porque el poder asegura un statu quo, se conservan los intereses de los sectores economicos, no hay transformación. Cuando hay conflicto, se está transformando políticamente y para ellos eso es autoritarismo, o en criollo, peronismo y ahora kirchnerismo...Hay cita que viene al pelo para terminar con tanta sarasa romerista que es de Edward Carr:"(...) los preceptos morales que aplicamos tanto a la historia como a la vida cotidiana son como cheques bancarios: tienen una parte escrita y otra impresa. La parte impresa consiste en palabras abstractas como las de libertad, igualdad, justicia, democracia. Son éstas categorías esenciales. Pero el cheque carece de valor hasta que rellenamos la otra parte, en la que se dice cuanta libertad concedemos a quién, a quiénes consideramos como nuestros iguales, ya hasta qué punto. La forma en que llenamos el cheque de una vez para otra es algo que depende de la historia". (Carr. E. ¿Qué es la historia?)http://www.lanacion.com.ar/1494765-eva-lo-que-el-mito-no-deja-ver

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