Revista Maternidad

Rompiendo estereotipos

Por Pedsocial @Pedsocial

 

Más sobre modelos de familias

Foto de portada por: El secretario

 

Más sobre modelos de familias

Que Rick Santorum se haya apeado de la lucha por la nominación del Partido republicano (GOP) en las elecciones primarias de ese partido a la presidencia de los Estados Unidos de América (del norte) igual está lejos de este blog de Pediatría social. Pero no están tanto las referencias continuas de este político sobre la defensa del modelo tradicional de familia.

El señor Santorum, católico practicante y padre de una numerosa familia, mantiene una idea de la familia 'tradicional', un modelo culturalmente limitado a unas circunstancias sociales muy concretas. Quizá sí que sea 'tradicional¡, pero muy seguramente limitado en el tiempo y en el espacio.

El modelo occidental de familia 'nuclear' carece de predominancia en la historia y en la geografía. Amplios períodos históricos y una considerable diversidad geográfica lo muestran. Y probablemente también de ventajas significativas, más allá de la autocontemplación y autosatisfacción. Ni siquiera los modelos que han podido ser la familias de máxima representación como son las familias reales, de las instituciones monárquicas, responden a ideales recomendables. Las monarquías de la historia, que basan su pervivencia en factores biológicos como la procreación de herederos, no se han distinguido precisamente por mantener una familia 'nuclear'. Más bien al contrario, han prevalecido los intereses puramente biológcos de concebir varones a la estabilidad de las reales parejas. Mal modelo.

Otra cosa es que para la especie, la especie humana que, según Eudald Carbonell aún no hemos llegado a ser, la procreación en pareja tenga sus ventajas filogenéticas. Pero nos da la impresión que eso sólo resulta válido para cuando la pervivencia de la especie, a la vista de la tremenda mortalidad infantil, podría depender de la multiplicidad de hijos.

La defensa de la familia tradicional, biparental, heterosexual, prolifica y estable parece justificarse en si misma, sin tener en cuenta que muchas de las lacras que todos lamentamos se producen precisamente en su seno; la más llamativa es la de la violencia doméstica que, por estúpidamente obvio, no va a tener lugar en la familia monoparental. O, igualmente, el divorcio.

Los pediatras, y en realidad toda la sociedad, debe esmerarse en la defensa de las familias monoparentales del mismo modo que las familias tradicionales. Y, en cualquier caso, evitar contradicciones como cuando en las consultas de los CAPs y los servicios de Urgencias se exige 'un solo acompañante por niño'.

X. Allué (Editor)

Enhanced by Zemanta


Volver a la Portada de Logo Paperblog