Revista Cultura y Ocio

Royal society

Por Antonio Antonio Campos

ROYAL SOCIETY
La más antigua y prestigiosa institución inglesa dedicada a la Ciencia fue fundada en 1662. Su primer historiador fue Thomas Sprat, obispo de Rochester quien, en 1667, publicó su libro The History of the Royal Society of London en el cual expone el programa de la Royal Society el cual consistía en admitir a los hombres sabios de todas las religiones (incluídos los “papistas” cuya actividad pública estaba prohibida por ley). Esta postura que hoy puede parecer hasta ingenua, era extremista en aquella época. Thomas Sprat manifestaba que sería deseable que todo hombre sabio tuviese dos religiones: una pública para respetar los usos sociales y otra interior para la intimidad de su corazón. Esta postura, que podría parecer cínica, debe encuadrarse en las respuestas posibles dentro de un cuadro de intolerancia debido a las guerras civiles, religiosas y dinásticas que sufría Gran Bretaña.
Es importante señalar que J.Theophile Désaguliers y otros miembros fundadores de la Gran Logia de Londres eran Fellows de la Royal Society.
En otro orden de cuestiones, se ha emitido la hipótesis que la Royal Society ha jugado un importante pero secreto rol en el pasaje de la Masonería Operativa a la Especulativa por medio de la introducción de un simbolismo rosacruciano dentro de la naciente Franc-Masonería Especulativa, la cual retomó y puso en práctica la propuesta del obispo Sprat acerca de la reunión de hombres de distintas religiones.
La hipótesis de un rol secreto  llevado a cabo por ciertos Fellows de la Royal Society en la transformación de la Franc-Masonería Operativa en Especulativa es plausible dado que dicha institución, en sus orígenes, distaba mucho de lo que hoy se considera una institución científica. En efecto, todo parece indicar que dentro de la Royal Society existía círculo interior de Adeptos rosacrucianos dedicados a las llamadas ciencias herméticas (astrología,alquimia y magia) las cuales constituían parte del bagaje de lo que se consideraba científico en el siglo XVII. Esta hipótesis no carece de bases documentales pues en el British Museum existe un folleto, fechado en 1726 y de V + 18 páginas, titulado The Grand Mystery or Art of Meditating over an House of Office, Restor’d and Unveil’d; After the Manner of the Ingenious Dr. S..ft. With Observations Hi storical, Political and Moral;......................Dedicated to the Profound Dr. W.....d....The Second Edition Corrected. London: Printed for J.Roberts. 1726. Price: 6d.
La parte principal del título puede traducirse como “El Gran Misterio o el Arte de Meditar” y en las páginas 9-10 del mismo se lee textualmente:
“Buen viaje, entonces, a aquellos grandes Genios, esos profundos Filósofos, para cuyo inmortal Honor, con increíble Labor y grandes Expensas de Tiempo y Pensamiento, revivieron y restauraron al Mundo este inestimable Misterio, este infalible Método de Conocimiento del interior de la Humanidad y el Futuro. Verdad es que, desde su revival hasta ahora, ha sido Posesión de unos pocos; algunos grandes Doctores y Compañeros (Fellows) de la Royal Society han sido las únicas personas iniciadas quienes, recelando que sus Criaturas-Compañeras (Fellow-Creatures)  pudiesen, en algo, ser tan sabios como ellos, tomaron recaudos para hacer de esta Ciencia un Secreto: pero como yo, que soy un adepto, pienso sin ninguna restricción cuando el Beneficio general  está en cuestión; Yo aquí propongo, si esto encuentra aprobación, publicar un Trabajo que poseo  por mí, en el mismo Volúmen, Papel y Letra, tal como fueran publicadas las Constituciones de los Franc-Masones  algún tiempo atrás; en las cuales están depositados, en un Método y Estilo fáciles y familiares, todos los Principios y Reglas de esta gran Ciencia, en la cual las personas de menores capacidades, Mujeres ancianas y niños, serán instruídos para descubrir los Pensamientos, Acciones, Fortunas pasadas o futuras, Estado de Salud y Longitud de Vida, de ellos o de cualquier otro...”
Este curioso texto posiblemente ayude a recrear cuál era el verdadero estado intelectual de la ciencia en el siglo XVII.

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