Rubí - Kerstin Gier

Editorial: Montena
Páginas: 368
ISBN: 9788484416661
Precio: 17,95€

Rubí

Todo parecía indicar que la portadora del gen de los viajes en el tiempo era su prima Charlotte, tan inteligente, educada y repelente como todas las niñas bien. Sin embargo, un buen día Gwendolyn siente vértigo y al cabo de unas horas percibe que el mundo a su alrededor ha cambiado y se parece sospechosamente a la ambientación de una película histórica. Así es como Gwen pasa de ser una chica normal a convertirse en Rubí, la última viajera en el tiempo que debe llevar a cabo una importante misión: visitar a los viajeros de otras épocas para pedirles que la ayuden a descubrir un misterioso secreto. No será fácil, pues algunos de ellos se niegan a colaborar por motivos extraños.
Por fortuna, Gwen no está sola en sus viajes: la acompaña Gideon, un atractivo joven de dieciocho años que también puede desplazarse a otras épocas, con la diferencia de que él recibió la preparación adecuada desde pequeño y no le llegó todo de sopetón como a nuestra protagonista. Estar al lado de alguien que sabe lo que se hace resulta tranquilizador, pero cuando te tratan como a una niña y hacen gala de prepotencia la relación entre ambos puede volverse un poco irritante.

Mi opinión

Sin duda el gran atractivo de esta novela son los viajes en el tiempo: el tema rebosa originalidad y no cae en los eternos clichés de la literatura juvenil actual (un universo mágico por descubrir, vampiros, ángeles, chica pánfila que se enamora de chico misterioso…). Además, aquí la protagonista es Gwen, una adolescente que está al corriente de la existencia de los viajes en el tiempo y no necesita atarse a un galán para conocer mejor este mundo. De hecho, al principio su relación con Gideon no es buena y por este motivo la trama romántica no tiene tanto peso como en otras novelas, al menos en este primer libro.
La autora ha plasmado perfectamente los saltos en el tiempo: describe brevemente la recreación y la indumentaria de la época en cuestión, y a partir de ahí va al grano con las acciones que los personajes deben llevar a cabo. Los viajes no resultan confusos ni aburridos; aunque no hayáis leído nada parecido no debéis preocuparos porque no vais a tener problemas para acostumbraros a ellos. Ha sido un acierto hacer que Gwen esté al tanto de los viajes pero no haya recibido la formación correspondiente: así evitamos pasar por la típica fase de descubrir lo que se cuece pero a la vez las cosas se narran de una forma asequible para el lector, pues que de algún modo estos viajes son tan nuevos para nosotros como para la protagonista. También merece una mención la recreación de la ciudad de Londres, sencillamente exquisita.
Las cualidades del libro no terminan ahí: además de las visitas a otras épocas en sí, hay una trama en torno a los viajeros y la misión que deben llevar a cabo. En esta primera novela todavía no se sabe mucho al respecto; no obstante, se hace patente que Kerstin Gier ha elaborado una interesante jerarquía entre las personas vinculadas a los viajes que a bien seguro dará mucho juego en las próximas novelas. Malos, traidores, buenos camuflados de maldad… Nos esperan muchas sorpresas con esta trilogía, tiene material de sobra para construir una historia de las que vale la pena leer.
En lo relativo a los personajes, destaco que Gwen es una chica normal, y cuando digo normal quiero decir que tiene expresiones típicas de los adolescentes, le da pereza estudiar, ha llevado ortodoncia y viste con un uniforme nada glamuroso. A veces las novelas juveniles pecan de crear una protagonista demasiado inteligente y sosa, o bien se decantan por una extremadamente sexy y valiente. Aquí la autora se ha tomado la molestia de ponerse en el lugar de una joven de dieciséis años cualquiera para dar credibilidad a la historia (siempre dentro del contexto fantástico), un aspecto que para mí dice mucho a su favor. Además, la joven está acompañada por un amplio repertorio de secundarios bien caracterizados que le dan su toque particular al libro: desde la madre y los hermanos de Gwen, que al igual que ella son muy normales, a la repelente prima Charlotte, pasando por una tía abuela mística, una mejor amiga inocente y encantadora, unos científicos peculiares y unos familiares fugitivos. Valoro mucho que los caracteres no estén estereotipados y no me recuerden a otras obras del género, cosa que ocurre con demasiada frecuencia hoy en día.
El estilo es sencillo y directo, con abundante diálogo y ciertos toques de humor. Atrapa desde el principio y lo devoré en solo tres días. Me parece una opción perfecta si buscáis una lectura evasiva y fresca para pasar un rato de lo más entretenido.
Pero no es oro todo lo que reluce: Rubípeca de ser una primera parte demasiado introductoria. Lo que plantea está muy bien, pero en todo momento he tenido la sensación de que estaba leyendo el preámbulo de una historia que todavía tiene que explotar más. Todos los libros tienen que pasar por esta fase, pero hay trilogías cuya primera parte tiene más chicha que esta, por decirlo de alguna manera. De todas formas, esto también tiene sus ventajas: al terminarlo tienes unas ganas enormes de leer Zafiro, el segundo volumen (su publicación prevista para febrero de 2011), que promete ser más interesante que Rubí porque entraremos rápido en materia y no necesitaremos pasar por la fase de aprender cómo funcionan los viajes en el tiempo. En cualquier caso, si dentro de un tiempo deciden reeditar la trilogía en edición de bolsillo, recomiendo que junten los tres libros en un solo volumen. Estoy segura de que no resulta nada difícil leerlos del tirón.

La portada original, más bonita.

En cuanto al aspecto externo de la novela, tengo que ponerme dura: el diseño me parece bonito, pero el tono plateado y los corazoncitos no reflejan en absoluto el contenido (entre otras cosas, porque en este libro hay poco amor y la frase promocional —Cruza las fronteras del tiempo y encuentra el verdadero amor— puede llevar a engaño y alejar a posibles lectores). Me declaro fan de la colección Ellas de Montena, tienen títulos bien escogidos y hasta ahora no me han decepcionado nunca, pero no me cansaré de repetir que el nombre de la recopilación no se adecúa a lo que ofrece: los libros pueden ser leídos tanto por chicas como por chicos. Tal vez las sagas Medianoche y Eternidad tienen un corte más romántico, pero novelas como Embrujo y Rubí van más allá de eso y me parece una lástima que su público potencial se limite a las chicas adolescentes (porque no nos engañemos, su apariencia es muy ‘de nenas’). He hablado de este tema con varios chicos y todos coinciden conmigo, incluso alguno que leyó Embrujo reconoce que si no llega a ser por las reseñas de la gente jamás se habría fijado en un libro con semejante portada y lomo. Me temo que con Rubí ocurre algo parecido y, a pesar de que no doy demasiada importancia a las cubiertas, en este caso me apetecía comentarlo.
Por último, Kerstin Gier se une a mi lista de autoras alemanas a las que hay que seguir la pista. Como ya comenté en mi opinión de La novia maldita, este país tiene propuestas interesantes y valdría la pena que las editoriales prestaran atención a su oferta de libros en lugar de limitarse al mercado anglosajón, que sin duda goza de mayor popularidad. De momento, los cuatro libros juveniles de autoras alemanas que he leído (Embrujo, Los hijos de Ahiris, La novia maldita y Rubí) me han gustado mucho, así que os recomiendo que les deis una oportunidad aunque de entrada no sean títulos tan sonados como otros.

En definitiva…

Pienso que Rubí puede gustar mucho a los amantes de las distopías futuristas y los temas fantásticos que están tan de moda. Su gran baza son los viajes en el tiempo, un elemento novedoso y original que otorga identidad propia a la trilogía y hace disfrutar al lector a través de una historia entretenida y cuidada en los detalles. Los personajes inspiran cariño y no cuesta nada sentir empatía hacia la protagonista, que por una vez no peca de ser sosa ni excesivamente endiosada. Una lectura apta para chicos y chicas, que os dejará con unas ganas terribles de leer la segunda parte. He dudado entre ponerle un 7,5 o un 8, pero finalmente me he decantado por la primera nota porque estoy convencida de que Zafiro brillará más.
Mi valoración: 7,5/10