Revista Viajes

Ruta en moto por Toledo, Cáceres y Avila

Por Oscar Oscar López Castedo @oscarcastedo

Si disponéis de unos días libres para dedicarlo a vuestra pasión, la moto. Si además formáis parte de un grupo motero, os gusta viajar solos, o si eres afortunado y a tu pareja le apasionan las dos ruedas, estoy seguro de que esta ruta te cautivará. Se puede hacer durante un fin de semana, aunque es bastante paliza, o también puedes alargarlo 3-4 días de manera que puedas explayarte más en los diversos pueblos que se atraviesan.

Son casi 600Km, atravesando 4 provincias, cruzando embalses y la Sierra de Gredos.

Guadalupe

Guadalupe

La ruta comienza en Madrid, saliendo por la A-5 hacia Talavera de la Reina (cuna de grandes pilotos como A. Bautista). Este recorrido en sí es aburrido, son kilómetros por autovía donde la atención ha de fijarse en los más que probables atascos que se crean. Así que cuidadosos con las distancias de seguridad y haciéndonos visibles ante los coches.

Una vez llegamos a Talavera nos desviamos por la N-502 hacia el sur, dirección Alcaudete de la Jara y Belvis de la Jara hasta La Nava de Ricomalillo. En ese punto, salimos de la carretera nacional que aunque más divertida que la autovía, con buen asfalto y curvas amplias y abiertas, aún no llega a mostrarse como una carretera que examine en profundidad a tu montura y habilidad.

Cogemos la CM-411 hacia el oeste y en Campillo de la Jara la carretera provincial empieza a exhibirse. Las primeras insinuaciones de curvas cerradas darán paso a un paisaje seco y de vegetación baja, con curvas divertidas y enlazadas.

Después de pasar el Puerto de San Vicente, cruzamos a la provincia de Cáceres por la EX-102, a partir de aquí ya se disfruta de continuos cambios de rasante, subidas y bajadas, ahora las curvas y la exigencia empiezan a subir de nivel y la moto rompe con la rutina. Una sucesión de curvas entrelazadas y cerradas nos acercan a nuestro destino, el pueblo de Guadalupe.

Monasterio de Guadalupe

Monasterio de Guadalupe

Guadalupe. Este pequeño pueblo de la provincia de Cáceres esconde un tesoro, el Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, del s. XIV declarado Patrimonio de la Humanidad. Aquí los Reyes Católicos celebraron la audiencia con Cristóbal Colón para otorgarle los recursos económicos y materiales que utilizaría durante su proyecto hacia las indias que le llevó a descubrir un nuevo continente. Os recomiendo comer en el Parador, tiene menú a un precio razonable, además de la carta (que es más cara), con un amplio comedor y con unas instalaciones que os sorprenderán y servirán para relajar el cuerpo después de kilómetros de carretera.

Es fácil hacer noche en alguno de los pueblos de la zona, aunque también se puede volver a Talavera donde la oferta hotelera es más abundante, y esta fue nuestra opción.

Salimos de Guadalupe hacia el norte por la EX-118, a los pocos kilómetros hay un mirador al lado izquierdo de la carretera, desde el que se puede divisar todo el pueblo. Esta carretera ofrece curvas y más curvas con algunos tramos entre bosques. En Castañar de Ibor proseguimos por la CCV-713 una carretera más relajada, con rectas y curvas abiertas que finalmente nos llevan a cruzar el Embalse de Valdecañas. Aquí se presenta uno de los mejores momentos y vistas de toda la ruta, cuando se baja hacia el embalse y se combinan en el mismo encuadre el embalse y las montañas de la Sierra de Gredos conjuntamente con un cielo azul intenso, fantástico.

Nos incorporamos de nuevo a la autovía A-5 para finalizar el día en Talavera. Cena para reponer energías y descanso en el hotel Oasis. Con habitaciones limpias, ordenadas y bien equipadas nos proporcionaron un deseado descanso. El hotel ofrece parking que negociamos para guardar todas las motos a un precio de 8€.

Subida a Sierra de Gredos

Subida a Sierra de Gredos

Al día siguiente, después de recobrar energías tras un desayuno en condiciones, salimos hacia el norte desde Talavera. Por la carretera CM-4132 llegamos a Segurilla. Desde ahí, seguimos por la TO-1280 en dirección hacia la Sierra de Gredos. Carretera con buen asfalto y divertidas curvas, además de largas rectas que permiten disfrutar del paisaje. Siguiendo este camino volvemos a cambiar de provincia y Comunidad Autónoma, nos metemos en Avila y la TO-1280 se cruza con la N-502. La carretera nacional cruza el río Tiétar y llega a Ramacastañas. Ya estamos a las faldas de la Sierra de Gredos y podemos divisar las formaciones montañosas y bosques que aseguran diversión para nosotros y nuestras máquinas. Seguimos por la C-501 hasta el pueblo de Arenas de San Pedro, bonito y coqueto, merece la pena desconectar de la gasolina, las curvas y la velocidad por un instante y relajarse en alguna de las terrazas del pueblo. También dispone de una variada oferta de rutas de senderismo y montañismo, turismo activo y naturaleza.

Subida a Gredos

Subida a Gredos

Seguimos hacia el este por la AV-923 hasta enlazar de nuevo con la N-502 que ya nos llevaría a atravesar la Sierra de Gredos, pasando por el Mirador. Aquí podréis desfogar a vuestra máquina, la moto os pedirá que la manejéis con suavidad en las curvas y con decisión en las frenadas. Si habéis estado en los Alpes, y subido a varios de sus puertos (Alpe d’Huez, Stelvio, etc.) esto será coser y cantar.

La Sierra es fantástica, un tesoro de la naturaleza y aunque es un Parque Regional merece todas las bendiciones para ser Parque Nacional. Una vez atravesada, nos dirigíamos hacia el final de la ruta, por la AV-903 hasta su conexión con la AV-902 en Burgohondo. Aquí disfrutaréis de curvas y más curvas por una carretera estrecha pero con buen asfalto. La AV-902 discurre paralela al río Alberche hasta llegar al Embalse de Burguillo.

Embalse del Burguillo

Embalse del Burguillo

Merece la pena parar, descansar y disfrutar contemplando el embalse, una sensación de relajación tremendamente agradable. Durante los fines de semana de verano, o primavera avanzada, cuando llega el buen tiempo, este embalse es zona de veraneo de los madrileños por lo que es fácil que os encontréis un atasco por la carretera nacional.

Desde ahí, siguiendo la N-403 hasta San Martín de Valdeiglesias y desde ahí por la M-501 cruzando Pelayos de la Presa, Navas del Rey, Chapinería, y entrar en Madrid por Boadilla del Monte.

Después de una excitante ruta en moto, por uno de los innumerables parajes y alternativas disponibles en nuestro país, ahora simplemente está en vuestra mano, es vuestra decisión salir a estrujar vuestras monturas. Con cuidado, concentración y gas!!!


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