Revista Ebusiness

¿Sabemos escucharnos?¿Sabemos comunicarnos?

Por Motivia @universomotivia

¿Somos capaces de comunicarnos, de escucharnos?

Últimamente le ando dando vueltas a la idea de que estamos más incomunicados que nunca. No en un sentido literal porque estamos rodeados de aparatitos para ello sino porque realmente no nos oímos, no nos leemos, no nos entendemos, ni siquiera pensamos antes de pulsar el temible “enviar”.

Será por mi propia experiencia vital y porque ha vuelto a mis manos uno de esos libros que marcan la vida, Momo, ¿Somos capaces de escucharnos?

Simplemente lanzamos mensajes en el momento, sin dejar, ni esperar que el interlocutor pueda participar en la conversación. Sentenciamos. Y venga, al que le toque recibir que se aguante. Y esto genera una ansiedad unida, en ocasiones, a un enfado mayúsculos.

Parece que las redes sociales nos han legitimado para ser auténticos espías de nuestras parejas y amigos, jueces y parte de cualquier cosa que acontece, dándonos una especie de súper poder para saber todo de todo y , evidentemente, tener siempre razón.

Esto se pone aún más peligroso, ya que nos falta mucha información para poder interpretar el mensaje, desde el espacio físico desde donde es lanzado hasta el tono de voz o la mirada.

Publicamos, mandamos información constantemente, hablamos, escribimos… Pero ¿realmente sabemos utilizar los canales por los que lo hacemos?

Hay palabras que es mejor decirlas mirando a los ojos, hay lágrimas o besos que se tienen que sentir y hay quejas que se tienen que escribir en una hoja de reclamación.

Y con esto, no pretendo crear un alegato en contra de Facebook , de los DM en Twitter, una carita sonriente en Whatsapp o un sticker en Line ( yo soy la primera que sin ellos, posiblemente, muchas cosas en mi vida no serían como son), simplemente que antes de lanzar cualquier opinión, cualquier crítica o cualquier ataque, pensemos.

No somos ni más ni menos, somos exactamente los mismos a un lado o al otro. Comportémonos igual que lo haríamos en el tú a tú.

La comunicación sigue siendo cosa de un emisor y un receptor no lo olvidemos.


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