Revista Opinión

Sabiduría de los viejos

Publicado el 28 septiembre 2018 por Jamedina @medinaloera

Sabiduría de los viejos
Disfruto ahora la maravillosa obra “De la Naturaleza de las Cosas” del poeta y filósofo latino Tito Lucrecio Caro, quien vivió 50 años antes de Cristo, es decir, hace más de dos mil años.Ciertamente, esta obra la había leído ya hace más de 20 años, pero me asombra que hoy le encuentro nuevos horizontes, característica fundamental de los clásicos, que siempre aportan novedades a los lectores.
Se adelantó a Colón 1,600 años
De Lucrecio se han dicho muchas cosas y otras han sido deliberadamente silenciadas a través de la Historia, porque se trata de un autor bastante polémico, aún en la actualidad.
Sin embargo, es evidente que él hace grandes aportaciones al pensamiento contemporáneo, empezando por el hecho de que descubre que la Tierra es redonda 1,600 años antes de que Cristóbal Colón lo demostrara con su viaje al hoy continente americano.
Y algo más sorprendente: Sostiene que existen mundos habitados en el Universo, aparte de la Tierra, algo que todavía muchos científicos tratan de averiguar a través de sofisticadas tecnologías.
En fin, Lucrecio es un tesoro para los lectores contemporáneos, a quienes no sólo informa sobre el origen de la vida, en base a sus acuciosas observaciones de la Naturaleza, sino también sobre la manera como acaban esta vida y todas las cosas del mundo.
El alma no es inmortal
Algo que contrasta con gran parte del pensamiento actual es lo que afirma Lucrecio acerca de las religiones, a las que considera simple mitología y leyenda, lo mismo que los dioses, a quienes no asigna valor sobrenatural alguno.
Asegura Lucrecio que el alma no es inmortal, sino que muere al mismo tiempo que el cuerpo. Y lo argumenta.
De hecho, no ve nada sobrenatural en el mundo; todo lo atribuye a la Madre Naturaleza, que desde el principio de los tiempos ha venido acomodando el desarrollo de la vida y la muerte.
Lo que más me extraña es que algunos de sus biógrafos digan que Lucrecio se suicidó a los 44 años de edad, increíble en alguien que entendía tanto la naturaleza de las cosas.
Revaloremos a los viejos
A lo que voy es que debemos revalorar a los viejos, ya que aquí y en otras partes del mundo se les denigra sólo por eso, sin entender que mucho tienen que aportar al conocimiento y desarrollo de la Humanidad.
En muchas empresas del país y del mundo no contratan a la gente de más de 40 años sólo por haber alcanzado esa edad, pero sin molestarse en averiguar si son capaces de desarrollar otras habilidades.
La gente de la tercera edad, igual que en las antiguas Grecia y Roma, tiene bastante que aportar al desarrollo humano, a la productividad misma.
En México, para no ir más lejos, en tiempos prehispánicos se respetó a los ancianos. Por eso los Consejos de Ancianos eran la máxima autoridad en los pueblos. una tradición lamentablemente perdida.
Mi mayor deseo es que este México, tan viejo pero tan joven, recupere el respeto a los viejos.

javiermedinaloera.com

Artículo publicado por el semanario Conciencia Pública en su edición del lunes 24 de septiembre de 2018.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas