Safari de Jardín – Dysticus marginalis

Safari de Jardín…por César del Campo de Acuña

Entomólogos aficionados, adictos a los documentales y amigos del reino animal sean una vez más bienvenidos a Safari de Jardín, la sección dedicada a ese ejército de criaturas de pequeño tamaño que nos rodean y que cumplen una función crucial en nuestro ecosistema. En esta ocasión, nuestro protagonista es un escarabajo con aspiraciones de nadador olímpico que se debate afanosamente en masas de agua dulce durante los meses de otoño (al menos en la zona en la que yo vivo). Como no podía ser de otra forma les hablo del Escarabajo Buceador o Dysticus marginalis.

Reino: Animalia.
Filo: Arthropoda.
Clase: Insecta.
Orden: Coleoptera.
Suborden: Adephaga.
Superfamilia: Dytiscoidea.
Familia: Dytiscidae.
Subfamilia: Dytiscinae.
Tribu: Dytiscini.
Género: Dytiscus.
Especie: D. marginalis (Linnaeus, 1758).

Como cada otoño, cuando llega la estación de lluvias en la zona en la que resido, un ejército de coleópteros de entre los 27 y los 35 milímetros de longitud aproximadamente, se apoderan del espacio aéreo y de los charcos que la lluvia va provocando. Me refiero a los escarabajos buceadores, unas criaturas que desde que las descubrí en un fascículo del coleccionable Bichos de Planeta de Agostini, me ha resultado fascinante por que cada año me topaba con ella de manera invariable. Descubiertos y clasificados por el científico, naturalista, botánico y zoólogo sueco Carl Linnaeus en 1758 (el mismo año en el que catalogo al Escarabajo rinoceronte europeo o Oryctes nasicornis y nueve años antes de que clasificara a las Messor barbarus) los D. marginalis destacaron desde un principio por su sorprendente capacidad subacuatica. Este coleóptero (una de las 10.300 especies que tenemos en la península ibérica) es un consumado buceador y nadador capaz de aguantar bajo el agua un tiempo considerable a pesar de su tamaño.

Los Dysticus marginalis para sus inmersiones toman el oxigeno del agua y no del aire. Para respirar bajo el agua sube hasta la superficie y con la parte posterior de su abdomen rompe la tensión superficial del agua dejando así que el aire penetre por los espiráculos. Por otro lado además generan pequeñas bolsas de aire (una burbuja de aire) a modo de reservas que atrapan en los élitros. El escarabajo buceador sube entre 4 y 7 veces a la superficie por hora para continuar con sus labores subacuaticas que básicamente son hacer las veces del protagonista de la inmortal película de Steven Spielberg, Tiburón (1975) ya que el D.marginalis es un gran depredador. Sus poderosas mandíbulas (en comparación con su cuerpo), le permiten devorara a todo tipo de insectos e incluso a pequeños peces.

Una de las características más curiosas de su comportamiento es que aprovechan las noches para viajar volando de charca a charca. Los escarabajos buceadores utilizan el reflejo de la luna para encontrar nuevas balsas de agua estancada en las que encontrar hembras de su especie (diferenciadas de los machos por no tener ventosas en las patas) o nuevas zonas de caza. Desafortunadamente para ellos, muchas veces confunden el pavimento mojado al reflejo de la luna con charcas y por eso, al menos en la zona en la que yo vivo, es fácil verlos sobre el asfalto a cualquier hora del día andando con cierta torpeza. Por otro lado, afortunadamente para ellos, y más en un área minada de piscinas privadas, son extraordinariamente resistentes al cloro y a este tipo de sustancias. Puede que la sustancia repelente del agua con la que esta revestido su cuerpo (para ayudarles a nadar y bucear mejor y más rápido), les ayude con los productos químicos y por eso sean prácticamente invulnerables a estos.

En fin que los Escarabajos buceadores o Dysticus marginalis, son unas criaturas excepcionales, que como tantas otras de su aspecto y tamaño, tienen mala prensa. Un prodigio de la naturaleza, de la adaptación y de la supervivencia. En fin, una vez más, espero que hayan disfrutado con este artículo de la misma manera que yo redactándolo. Una vez más me despido parafraseando a David el Gnomo: tengan cuidado donde pisan…no sea que cometan una barbaridad.