Salpicón De Marisco

¡Cómo me gusta el salpicón de mariscos! Me transporta inmediatamente a Terrameiga, a la acogedora casa de mis primos gallegos, a aquellos largos veranos de la niñez con sabor a sal y a pescado.
Finita, la matriarca, preparaba unas inmensas fuentes de salpicón para comer, pues nos juntábamos en esa generosa mesa gallega, como mínimo, unas 17 personas. Con unas deliciosas empanadas de "xoubiñas" o sardinillas-¿se escribe así, Bea?-, carne o zamburiñas, un espléndido emperador en escabeche o un rape a la romana y unas ensaladas, se resolvía una comida ruidosa por las risas de todos, cálida y feliz.
A vosotras, Fina y queridas primas gallegas: Beatriz, Sonsoles, Almudena, Verónica, Natalia (y a María, claro, en mi memoria) y al atento y cariñoso José, os dedico esta entrada. Creo que incluso las conchas de vieira en las que os presento el salpicón proceden de esa maravillosa casa...

Para 8 personas:

• 2 patas de pulpo cocido (venden ya incluso las patas cocidas en los supermercados envasadas)
• 300 g de mejillones sin concha cocidos
• 300 g de langostinos cocidos
• 300 g de rape o de un pescado blanco
• 1 pimiento verde
• 1 pimiento rojo
• 1 cebolleta hermosa
• vinagre de calidad
• aceite de oliva virgen extra (AOVE)
• sal (y pimienta)

Se cuece en una cacerola con agua salada, unos cascos de cebolla y una hoja de laurel el pescado durante unos 5-8 minutos. Se escurre del caldo y se reserva mientras se enfría.
Se pica la cebolleta y los pimientos en brunoise (dados). Se sacan los mejillones de la concha una vez cocidos y se pelan los langostinos, también cocidos.
Se pone en una ensaladera o fuente grande el pulpo cortado en rodajas, el pescado troceado, los langostinos cortados en trozos, los mejillones enteros y las verduras crudas picadas.
Se prepara en un bol una salsa vinagreta poniendo tres partes de aceite por cada una de vinagre. Podéis hacerlo con una cuchara grande. Se agrega sal y pimienta (si se desea) y se bate con unas varillas hasta que emulsione. Se riega el salpicón con la vinagreta y se remueve bien el conjunto.
Se pone a reposar y a enfriar en la nevera y se degusta con un Albariño bien frío.