Revista Cultura y Ocio

Salud alimentos mediante...

Por Laideadedios

Los especialistas en la salud emocional explican que la depresión es un trastorno fácil de confundir con una personalidad melancólica, nostálgica o inclusive agresiva. Cuando se habla de depresión es necesario reconocer que en cada una de sus gamas, existe la constancia (desde mínimo seis meses) de la tristeza, el enojo reprimido, anhedonia (ausencia de placer) y una sensación de no estar estando.

Desgraciadamente hay ocasiones en que consideramos que estas sensaciones son razones de más para sentirnos avergonzadxs y vulnerables ante las críticas. Uno de los temores más constantes que los pacientes tienen siquiera antes de adentrarse a comprender su estado anímico, es el "qué dirán de ellxs y sobre su incapacidad de controlar sus propias emociones".

Sin embargo, para comprender realmente a este trastorno emocional es necesario verlo como una amalgama de factores. Es decir, tratar de analizar, como un observador lejano, cuáles son los eventos que pueden influir en nuestra salud mental. Es probable que estemos pasando por problemas para dormir, resintamos una alteración a causa de ciertos medicamentos, suframos de un dolor prolongado, de enfermedades como hipotiroidismo o cáncer, de estrés, de maltrato, de rechazo, de aislamiento social, de un duelo reciente, de un desequilibrio hormonal o neurológico, entre otros más.

Como vemos, la depresión puede tener varios orígenes y, por tanto, varios tratamientos. Es verdad que uno de los más conocidos es el apoyo farmacológico, sin embargo éste se usa principalmente cuando la depresión tiene origen orgánico (y no experiencial ni psicológico) o alcanza niveles psicopatológicos. En caso que los síntomas depresivos se deriven por otros factores, es posible recurrir a otros métodos; como por ejemplo, el de una dieta rica en serotonina.

La serotonina, neurotransmisor de la felicidad, placer y la recompensa, influye directamente sobre los estados depresivos así como en nuestros procesos de alimentación. Es decir que, si contamos con altos niveles de serotonina, nuestro deseo de comer harinas y dulces disminuye; por otro lado, si tenemos bajos niveles de serotonina, comenzamos a tener constantes deseos de dulces (para aumentar la presencia de este neurotransmisor en la sangre).

En caso de que los niveles de serotonina sean bajos y no desees engordar con tantas harinas y dulces, te compartimos alimentos que influyen en la producción de este neurotransmisor y, en consecuencia, nuestro estado de ánimo:



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