San Carlos de Bariloche, El Calafate y Perito Moreno

San Carlos de Bariloche:
Dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi está la ciudad de San Carlos de Bariloche. Aquí todo gira alrededor de esas montañas impresionantes que se ven desde cualquier lado así Bariloche viene del mapuche y viene a significar “gente que vive en el lado opuesto de la cordillera”. No me doy cuenta que estoy en los Andes Patagónicos cuando veo que mi alojamiento está apenas a 5 kilómetros y me pongo a caminar tranquilamente. Tardo un par de cuestas y un buen rato en llegar a mi alojamiento empapada de sudor.

Se nota que estás en medio de un Parque Nacional cuando mires hacia donde mires la ciudad está rodeada de naturaleza y parece increíble que puedas casi tocar esas montañas al otro lado del lago. La zona centro de Bariloche ha tenido una gran inversión en servicios, hoteles y se considera uno de los lugares más importantes para la ciencia en América gracias al centro atómico de investigación y varios centros de estudios y empresas privadas. El problema es que los alrededores y las laderas de las montañas se han convertido en zonas marginales con grandes problemas sociales que han llevado a altercados con la policía y algunos abusos de poder. Aún así Bariloche es un lugar increíble para visitar donde puedes sentarte en un banco al lado del lago Nahuel Huapi, mirar las montañas que parece que pudieras recorrer el borde con el dedo sin moverte del suelo. O respirar aire puro y salir a caminar por los bosques, rodear los lagos y cruzar las montañas. Eso si no quieres ir a esquiar que parece ser la mayor inversión de la zona.

Después de un descanso de dos noches cojo un bus hacia El Calafate, son 28 horas de bus que se convierten en 30. Lo imagino terrible y aunque nunca bajamos más de 5 minutos no lo es tanto gracias a mi asiento reclinable de casi 180º y las cinco películas que ponen, incluyendo dos sobre la revolución cubana. Estoy en el asiento 25, el antepenúltimo de una fila de asientos únicos entre la ventana y el pasillo. Al otro lado están los asientos para dos personas donde la gente se levanta entre disculpas y perdones para ir al baño de la planta de abajo, estirar las piernas en el pasillo o beber agua de la máquina. En la planta de abajo hay más asientos, supongo que del mismo estilo. De vez en cuando se escucha un movimiento de agua venir de la parte de abajo como si recorriera el autobús de delante hacia atrás. Quiero pensar que es el agua de refrigeración o el bidón de agua potable. Por la ventana se puede ver como cruzamos zonas desérticas, un camión pasa levantando polvo como si fuera un Paris – Dakar por una carretera que se cruzará con la nuestra unos kilómetros más allá. Se ven pocos animales y muchas montañas.

El Calafate, Glaciar Perito Moreno:
El Calafate es un pueblo pequeño, enano, al lado de El lago Argentino. Pero lo que lo hace interesante es que está justo al lado del Parque Nacional los Glaciares donde hay 190 glaciares. Los más grandes y famosos son el Viedma (575 Km²), el Upsala (595 Km²) y el Perito Moreno (250 Km²).

El más impresionante es el Perito Moreno debido a su movimiento. Este glaciar cruza el Lago Argentino y a pesar de las constantes caídas del hielo en las paredes consigue avanzar y cerrar el lado dividiéndolo en dos. Es entonces cuando el agua se acumula haciendo crecer el lago hasta 25 o 30 metros. Debido a las filtraciones de agua entre el hielo se forma una especie de puente que acaba cayendo, dejando paso libre a las aguas del lago y repitiendo el ciclo. Este ciclo se repite cada 5 años de media aunque nunca se puede predecir exactamente cuándo será la siguiente ruptura.

El parque Nacional está a 80 kilómetros de El Calafate y se debe abandonar antes de las 10 de la noche así que para visitarlo sólo se puede alquilar un coche, taxi, vehículo privado o alguna de las excursiones que ofrecen en el pueblo. A medida que te acercas al Parque Nacional desde el pueblo se ve como la vegetación va cambiando, pasamos del desierto patagónico a bosques verdes. El precio de la entrada varía según lo guiri que seas, a más guiri más pagas y yo soy muy guiri. Pago 215AR$ y a cambio me dan una bolsita para los residuos, la entrada y un panfleto.

En cuanto entramos en el parque se nota el tono blanquecino del polvo de glaciar en las aguas y las montañas que nos rodean tienen los picos nevados. Cuando giramos una curva tenemos una primera visión del glaciar; una parte de hielo blanco y azul que se alza totalmente vertical sobre el lago como si se hubiese escurrido entre las dos laderas para llegar al lago Argentino y dividirlo en dos. La parte superior de la lengua es rasposa con miles de picos uniformes que reflejan la luz y el sol cuando consigue llegar.

No se ve el final del hielo al otro lado, en la frontera chilena escondido entre niebla y más montañas. Los picos de alrededor están nevados en su punta superior pero esto es como si el hielo quisiera bajar a saludar. La ruta en barco nos acerca a la pared sud y nos quedamos un rato casi tocando las paredes de hielo que en cualquier momento se pueden romper. Luego nos dirigimos a la pared sur donde están las pasarelas para observar tranquilamente el fenómeno de ruptura de las paredes. En el centro del glaciar este avanza 2 metros por hora pero la pared helada cede a la presión contra el agua del lago y se deja caer formando un estruendo de hielo, agua, un poco de tierra y turistas gritando. El agua se remueve, los trozos de hielo resurgen del fondo donde habían caído y el agua del fondo se eleva formando olas. Los tempanos quedan flotando y la pared que antes era blanca ahora deja ver un azul intenso. Entre ruptura y ruptura se escuchan lo que parecen petardos lejanos pero en realidad es hielo desquebrajándose poco a poco, empujando otros trozos de hielo y avanzando para, en algún momento, tocar la costa. Es verano, hace sol y aun así el viento es congelado.

El Calafate, Laguna Nimez:
Tocando el norte del pueblo está la laguna Nimez, una reserva natural a la que se puede acceder previo pago de 70pesos argentinos y donde se pueden observar todo tipo de pájaros aunque los más vistosos tal vez sean los flamencos rosas que hay en medio del lago.

También hay un viento increíble, tanto que tengo que luchar para mantener la cámara firme y aun así no consigo hacer fotos rectas. A pesar de mis tres capas de ropa, la mochila y la cámara no peso suficiente para el viento que me arrastra unos pasos hacia atrás o hacía el lado según le parezca, siento que si me dejara caer al suelo el viento me recogería y me llevaría volando a otro sitio. No lo intento por si acaso.

Los caballos andan sueltos por todos lados, tanto dentro como fuera de la reserva y los perros omnipresentes en toda la Patagonia parecen haber desaparecido. En la orilla del Lago Argentino el agua es verdosa mezclada con algunas plantas que crecen en la orilla mientras el centro tiene ese azul característico que ya reconozco como agua de glaciar. Hay cisnes de cuello negro, patos y decenas de pájaros diferentes que no se reconocer. El paseo es tranquilo y plano así que lo disfruto envuelta en una camiseta, un jersey, la chaqueta, el pantalón térmico y el pantalón convertible. Sí, soy una bola de ropa!