Peregrinación de San Nicasio
Nicasio era ateniense y se cree que fue discípulo de Dionisio de Areopagita convertido al cristianismo por San Pablo,
erróneamente confundido con Dionisio patrón de París. Los areopagitas atenienses eran Jueces miembros del areópago o tribunal superior de la antigua Atenas.
Nicasio no conoció a San Pablo y viajó a Roma a finales del siglo I. El Papa San Clemente le envió a predicar a la Galia después de nombrarle obispo de Rouan. Esta ciudad era una de las más prósperas de esa provincia romana.
Peregrinó por gran parte de Francia dirigiéndose hacia Rouan, pero nunca logró llegar. En el camino iba convirtiendo a un gran número de personas e hizo grandes milagros.
Entre estos destaca la victoria sobre un dragón igual que hizo después en el siglo IV San Jorge, que también murió decapitado.
Ese dragón tenía aterrorizados a los vecinos de la región de Pontoise, (que es una ciudad y comuna francesa situada en el departamento de Valle del Oise, en la región de Isla de Francia al norte de la actual París).
También logró la expulsión de una caterva de demonios que moraban en una caverna en esa misma zona normanda.
Algunos acontecimientos que sucedieron a Nicasio y a sus fieles discípulos, (Escubículo que era sacerdote, la hermana de este y Quirino que era Diácono) dieron que hablar.
Según el antiguo relato de un monje de la abadía de San Audoeno, (que se llamaba así por haberse enterrado el obispo de Rouen San Audoeno en una iglesia dedicada a San Pablo), los tres evangelizaron la región de Vexin.
Apresamiento y muerte de San Nicasio
El gobernador romano de Lutecia Fescinino (que fue un precedente de la ciudad merovingia, que es la antecesora de la actual París, en tiempos del emperador Domiciano) mandó apresar a Nicasio, Escubículo y a Quiríno.
Salió con cien soldados en busca del obispo y sus compañeros. En el pueblo de Scamnis los detuvieron, mientras rezaban con unos aldeanos en la plaza mayor.
Los encerraron en las mazmorras (allí lograron cristianizar a algunos de los sirvientes y soldados del gobernador) y quisieron obligarles a dejar sus creencias y a venerar a Marte, pero ante su negativa fueron martirizados hasta que finalmente se ordenó su muerte por decapitación en la ciudad de Scamnis, hoy Écos.
El 11 de octubre Nicasio, Quirino y Escubículo fueron llevados a la plaza de Scamnis que está cerca de la ribera del rio Epte. Allí fueron decapitados.
Cuenta la tradición católica que Nicasio acudió con una mitra y un palo como bastón. Cuando lo decapitaron se agachó, cogió su cabeza con sus propias manos y comenzó a correr. Atravesó sembrados, ascendió colinas y cruzó ríos, hasta que llegó a Gasny que estaba a una decena de kilómetros, situada en la región de Alta Normandía.
No sabemos si fue como fruto de la pérdida de la cabeza o por agotamiento, cayó al suelo y exhausto depositó su cabeza en el lugar donde después se alzaría un templo en su honor y memoria.
La versión mas creíble es que con toda seguridad los restos de los santos decapitados fueron arrojados como alimentos de fieras y alimañas para mayor escarnio y advertencia para los que negaran la religión oficial de Roma.
Parece ser que algunos cristianos capitaneados por una joven llamada Piencia y por un sacerdote pagano convertido al cristianismo llamado Clair de Beauvais, robaron los despojos y los enterraron en lugar seguro, donde con el paso del tiempo se construyó un templo y el priorato benedictino de San Nicasio que llegó a alcanzar un gran apogeo económico porque San Nicasio siguió obrando milagros después de su muerte.
Milagros del Santo
En el siglo XI encontraron lo que creían que eran los restos del santo. Para comprobar que eran Santos se decidió quemarlos, y milagrosamente no sólo no ardieron las reliquias,… ni tan siquiera se chamuscó el paño que las envolvía.
En el siglo XII el santo se las ingenió para poner en evidencia al noble del lugar. Este ilustre señor había suspendido el derecho que la iglesia de San Nicasio en Gasny tenía en el mercado local y además no había cumplido varias de las promesas que había hecho a la parroquia.
Se dice que San Nicasio impidió que sus restos se sacasen en rogativa a pesar de utilizar para ello la fuerza de veinte hombres y otras tantas bestias. Solo se consiguió cuando el conde del lugar pidió perdón y subsanó todas sus arbitrariedades con la iglesia del santo.
Algunos de sus milagros fueron:
La curación de calenturas cuartanas (paludismo) a un joven belga, a otra mujer de una hemiplejía con tan sólo el roce de las reliquias, un anciano ciego recuperó la vista, otro joven sanó los huesos rotos de brazos y piernas e incluso curó a un niño que había nacido ciego, sordo y mudo.
El milagro del que más se habló fue el de una joven llamada Elena, cayó muerta de repente en la iglesia. El párroco dirigió una oración pidiendo auxilio a los santos mártires y cuando fueron a enterrar el cuerpo de la joven descubrieron que estaba viva y dando gracias a San Nicasio.
El Santo se le había aparecido y “después de mostrado el lugar lleno de delicias, le mandó que se volviese a la casa de sus padres”. También se cuenta el caso de que después de curar a una niña de una inflamación en los pies que le impedía andar, sus padres no cumplieron con la ofrenda anual que le prometieron al santo.
La inflamación volvió a los pies de la niña en el doble de su tamaño. Los padres arrepentidos volvieron a pedir al Santo y este repitió el milagro; parece que ya nunca se les olvidó el voto.
San Nicasio Patrón de Leganés
La advocación a este santo viene desde que Leganés era conocida por Legamar y se remonta al reinado de los reyes Católicos, después de la muerte de la reina Isabel I. Está argumentado en un documento encuadernado en pergamino que está custodiado por el ayuntamiento de Leganés y lo donó un particular.
En el documento se hace referencia a la constitución de la Cofradía de la Hermandad de San Nicasio para alejar las pestes que les asolaban. En este documento fechado el 16 de abril de 1600 señala que tenían como patrón a San Nicasio desde hacía 100 años.
La aldea había quedado diezmada por una de las muchas pestes que llegaban a Europa desde Asia y los vecinos solicitaron al Arzobispo de Toledo Francisco Fernandez de Cisneros que antecediera ante el Papa Alejandro VI (El Papa Borgia, en realidad Borja oriundo de Valencia)para tener un patrón al que rezar.
Construcción de la ermita
A principios del Siglo XVI se recibió la bula del Papa y se empezó a construir la ermita, pero tardaron cien años en terminar de construirla
A finales del siglo XVI los vecinos constituyeron la cofradía y el 25 de marzo de 1599 comenzaban a construir la segunda ermita a San Nicasio justo en las mismas tierras que la actual.
En 1600 hubo una gran peste, después un terremoto y una mala cosecha. En ese tiempo confirmaron como patrón a San Nicasio y terminaron la nueva ermita, ya que la anterior era muy humilde.
En el libro de cuentas de la cofradía aparecen los gastos de la construcción entre 1601 y 1701. En 1600 Diego Muñoz y Pedro Mocete que eran los responsables de la Hermandad iniciaron las obras y duró la construcción hasta bien entrado el siglo XVIII.
La actual ermita se construyó entre 1775 y 1787 poco antes de que Ventura Rodríguez falleciese.
Ventura Rodríguez tizón fue un gran arquitecto del siglo XVIII que hizo obras tan singulares como el Monasterio de Silos, La catedral de Granada, Osma, Cuenca, Jaén, Lerma, Toledo, Boadílla, Covadonga,,, y la ermita de San Nicasio de Leganés.
Pascual Madoz en su diccionario geográfico de 1850 afirmó que en Leganés existía una sólida y bonita capilla que era de Ventura rodríguez. En una referencia documental aparece en las Relaciones del obispo de Toledo Lorenzana, en 1780, se dice que el lugar “tiene voto de guardar el día de señor San Nicasio que votaron los antiguos de él por la pestilencia que un tiempo dicen haber habido”.
En el documento se dice que en la villa del señorío del marqués de Astorga, Conde de Altamira y Marqués de Leganés existe una ermita de San Nicasio Mártir, obispo de Rouen, cuya fiesta se celebra el día once de octubre y cuya construcción se debe a Ventura Rodríguez.
Se derribó la construcción que tenía mas de 150 años. El Maestro Ventura tuvo como ayudante a Antonio Machuca y Vargas arquitecto formado en la Real Academia de Bellas Artes. Se construyó la ermita sobre un asentamiento acuífero y se compró piedra caliza.
En los planos que hay en la catedral de Jaén hay algunos datos sobre la ermita de Leganés. Los planos fueron variando según iba levantándose la construcción. Se eliminaron zócalos, gárgolas, se redujo y acható la cúpula y se redujo también el pórtico de entrada. Asimismo se eliminó una torre del campanario por su alto precio.
El proyecto de Ventura se presentó al Marqués de Astorga en 1772 en su casa de la calle Leganitos en Madrid. Eran cinco folios y el diseño de seis figuras. Su estilo está entre el Barroco y el neoclasicismo.
Se parece como dos gotas de agua a la iglesia de San Marcos de Madrid que también fue un proyecto de Ventura Rodríguez cuando ostentaba el título de director general de la Academia de San Fernando.
Esta iglesia está situada en la madrileña calle de San Leonardo, 10, antes calle de San Marcos, frente al lateral derecho del Edificio España, si bien es dos siglos anterior al rascacielos
La ermita de San Nicasio de Leganés es de cruz griega con los extremos de la cruz rematados con un pórtico de fachada con un frontón triangular. En el interior una gran cúpula donde pendía una lámpara.
Hay cuatro pares de pilastras coríntias y ventanales que dan al exterior. Sobre el tambor central y la linterna hay un pararrayos con una cruz. Mas tarde se edificaron dos pequeñas construcciones junto a la ermita que sirven en la actualidad para la oficina de la parroquia y para la sacristía.
Los héroes del 2 de mayo de Leganés
En el santuario están enterrados Julián y Leandro los hermanos Rejón que eran dos agricultores de Leganés que fueron unos de los héroes del 2 de mayo de 1808 que fueron estandartes de la rebelión de Leganés contra las tropas francesas de Napoleón.
Estos vecinos siguieron la proclama del alcalde de Móstoles Andrés Torrejón. Lucharon en Carabanchel y cuando volvieron a su pueblo, donde fueron apresados por las tropas francesas que estaban en el cuartel de la localidad.
El general del Regimiento de Húsares que tenía el mando del cuartel de Saboya, construido por Sabatini mandó que los maniataran cuando iban a renovar sus salvoconductos para viajar a Madrid y les fusilaron después.
A estos dos hombres-héroes del 2 de mayo los dieron sepultura primeramente en el cementerio parroquial de la iglesia de San Salvador de Leganés y después sus restos se trasladaron en 1902 a la ermita de San Nicasio ya que intercedió para que esto fuese posible unos de los descendientes llamado Marcelino Rejón que presidió la hermandad de San Nicasio a finales del siglo XIX
No se sabe como se logró hacer los pagos de los gastos de la obra y de los honorarios del arquitecto Ventura Rodríguez al no quedar ningún documento que lo atestigüe, aunque parece ser que quien promovió las obras fue el marqués de Leganés, junto con varios miembros de la hermandad del santo y el Ayuntamiento.
Hay una estatua en honor de San Nicasio en las cercanía de la iglesia de San Salvador que fue realizada por Miguel Zapata.
El arte de la historia, san Nicasio Obispo y mártir
Asociación de cronistas oficiales
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