«Sangre de horchata», de Luisa Castro

«Sangre de horchata, cariño. Solo te pido eso. Pase lo que pase hay que tener sangre fría. ¿Me harás caso?»

Desde su celebrado debut, en los años noventa, con la novela El somier, Luisa Castro ha ido componiendo, entre la narrativa y la poesía, una obra capaz de trascender tendencias y géneros merecedora de importantes premios en ambas disciplinas. Con voz potente y una prosa que se nutre de la lírica sin perder el pulso narrativo, Castro regresa con una nueva novela que, a través de los ojos de una adolescente y un insólito sentido del humor, relata la ruptura de una familia adinerada al filo que separa a la razón de la locura.

Historia elusiva en la que convergen, con naturalidad, la comedia y el drama, Sangre de horchata transcurre en una realidad contemporánea que la escritura de Castro distorsiona sutilmente hasta dotarla de un cierto cariz decimonónico. Entre herencias en disputa, palacios burgueses con habitaciones clausuradas y muros chamuscados, la autora construye una trama de secretos y mentiras, con un desfile de personajes excéntricos con matices dickensianos, albaceas, madres incendiarias y señores que esconden a sus cónyuges locas. La novela contiene más de un guiño a la tradición de las sagas familiares con matices románticos y las novelas de interior, y a escritores como Charlotte Brontë, Wilkie Collins o Henry James. Con un dominio del punto de vista que recuerda al de James, Luisa Castro nos sumerge en la mirada de su narradora para descubrir un mundo de engañosas apariencias en el que el interés se confunde con el amor y la rivalidad puede ser la antesala de una alianza, o viceversa. Al ritmo de una sucesión de enredos y episodios absurdos, la novela, sin embargo, lejos de agotarse en la pura comicidad, indaga con mucha sutileza en la locura, la pérdida de la inocencia y las heridas abiertas durante una infancia pasada a la sombra del abandono y de una madre que es, ante todo, una ausencia.

En las elipsis, los eufemismos y la reforzada subjetividad de un relato en primera persona que avanza a tientas, Luisa Castro encuentra, por otra parte, el modo ideal de narrar aquello que no se nombra ni, mucho menos, se comprende. Su protagonista se aferra a la escritura de un diario como si ese acto fuera una suerte de tabla de salvación en medio del caos de la disfuncionalidad familiar, pero la reconstrucción de su historia es, en definitiva, un ejercicio literario que orbita en torno a los hechos, exponiendo no una serie de verdades reveladas, sino las lagunas de sentido, opacidades y pequeñas o grandes contradicciones sobre las que se construyen las relaciones y se traman los aprendizajes.

La narradora de esta historia es Belén Alba, una chica de dieciséis años, intenta poner sangre fría en medio del caos de una familia que se desintegra. Acostumbrada desde muy pequeña a que su madre sea un fantasma materializado en esporádicas llamadas de teléfono, Belén preferiría que nada cambie en el palacio modernista que habita junto a su padre y su hermano. Pero la partida de Víctor, que siempre ha ejercido sobre ella un extraño magnetismo, y la llegada de Leonardo, seguida del regreso de su madre, trastocan un mundo que esconde más secretos de los que Belén sospecha. La buhardilla de la casa le presta el refugio necesario para escribir un diario en el que vuelca la historia de su familia.

Con Luisa Castro

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Con Luisa Castro

Belén tiene dieciséis años y vive en una casa de locos. Su padre, ya muy mayor y en silla de ruedas a causa de un accidente automovilístico, señala un horizonte en el que él ya no estará e insiste en empezar a organizar la enorme herencia que le corresponde. Su hermano mayor, Ricardo, pasa las horas encerrado en su habitación o fuera de casa, y parece saber cosas que a ella los demás le ocultan. Su madre es una figura errática que no vive con ellos ni los visita desde que, cuando sus hijos eran pequeños, sufrió un episodio que acabó en internamiento psiquiátrico. Alguna llamada telefónica con mala cobertura es la única prueba de que esa auténtica desconocida aún existe más allá de los muros de Villa Alba, el palacio modernista de Barcelona, propiedad de la familia, que con sus historias de incendios y locura es la comidilla preferida de las compañeras de instituto de Belén.

La llegada de Leonardo, el tutor asignado por el padre para los hermanos Alba, confunde aún más a Belén, que busca en vano una brizna de normalidad en su hogar. El hombre desplaza a Víctor, el abogado que durante años ha velado por la seguridad económica de la familia, y actúa con una desfachatez poco digna de un tutor. Su actitud parece más propia de quien desembarca con la intención de adueñarse de todo, comenzando por el contenido de la nevera. A la llegada de este misterioso personaje, le sigue la reaparición de la madre, que una mañana se presenta con absoluta naturalidad en Villa Alba para buscar a su hija y llevarla a conocer a su medio hermano y su segundo marido: el propio Víctor. Entre esta nueva familia, que aparenta recibirla con los brazos abiertos, y su padre, que de pronto anuncia que va a casarse con Leonardo, Belén asiste atónita al ambiguo accionar de los adultos mientras ellos traman sus intereses, amores, alianzas y rivalidades en torno a los Alba y su fortuna.

Las rupturas, los abandonos, las pérdidas, los amores clandestinos y algún escándalo de corrupción entre miembros de la alta burguesía abren el camino hacia el desenlace de una historia donde proliferan los secretos y las versiones contradictorias de los hechos. Entre la inocencia y la perspicacia, y siguiendo un consejo oído en la niñez, Belén procura preservar su sangre fría ante un entorno doméstico cuyas grietas, cada vez más anchas, son absurdos abismos por los que se escapa toda posibilidad de comprensión.

Lee y disfruta de un fragmento de la novela.

La autora:
Luisa Castro (Lugo, 1966) es poeta, columnista y novelista y escribe tanto en gallego como en castellano. Ha colaborado con medios como ABC, El País o El Mundo. Es autora de las novelas El somier (finalista del Premio Herralde), La fiebre amarilla, El secreto de la lejía (Premio Azorín), Viajes con mi padre y La segunda mujer (Premio Biblioteca Breve); del volumen de relatos Podría hacerte daño (Premio Torrente Ballester), y de poemarios como Los versos del eunuco (Premio Hiperión), Los hábitos del artillero (Premio Rey Juan Carlos) o Amor mi señor, entre otros. Actualmente dirige el Instituto Cervantes de Dublín. Sangre de horchata es su última novela.

El libro:
Sangre de horchata ha sido publicado por la Editorial Alfaguara en su Colección Hispánica. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 216 páginas.

Como complemento pongo un vídeo en el que Luisa Castro nos habla de su novela Sangre de horchata.

Para saber más:
Luisa Castro en Wikipedia.