Revista Cultura y Ocio

'Sayonara Mio' de Tabuji Ichikawa

Publicado el 02 enero 2012 por Carol
'Sayonara Mio' de Tabuji Ichikawa 
Título: Sayonara, Mio (Ima, ai ni yukimasu)Autor: Takuji IchikawaEditorial: Alfaguara (2011)Año de publicación: 2003Páginas: 256
Precio: 16 euros
Cuando Mio murió, pensé que quien haya hecho nuestro planeta debió de hacer otro al mismo tiempo en algún lugar del universo. Sería el planeta al que van las personas cuando mueren. Ese planeta se llama Archivo.
Mi primera reseña del año pertenece, como va a venir pasando durante un tiempo, a una lectura del año pasado, son unas cuantas las que se me han quedado en el tintero, pero que poco a poco irán apareciendo por aquí. Este es uno de esos libros que con tan solo ver la portada y leer estas primeras líneas iniciales, apetece leer. En un principio pensé que iría en la misma dirección que otras novelas de éxito japonesas como Cosas por las que llorar cien veces de Kou Nakamura o Un grito de amor desde el centro del mundo de Kyoichi Katayama, pero no. A pesar de que Sayonara, Mio narra una historia triste no lo hace con ese tono amargo y trágico que usan las dos novelas que he nombrado. La gran virtud de esta novela es que trata la muerte y los sentimientos que esta provoca en los que se quedan de una manera muy tierna y serena. El autor, el tokiota Takuji Ichikawa, ha sabido aunar la sencillez de la escritura que suele definir a los autores japoneses, grandes dosis de ternura y algo de fantasía, para construir una pequeña fábula urbana y actual, cuya moraleja es ni más ni menos, que las cosas más pequeñas son las más importantes, que cada pequeño gesto diario, cada caricia, beso o simplemente mirada de los que amamos son lo más precioso que tenemos. Quizá algún día perdamos todo eso, pero hasta entonces, hay que regodearse y disfrutar de ello como si fuera la última vez que podamos hacerlo. Takuji Ichikawa ensalza lo esencial de la vida y crea con ello una novela de sentimientos, personajes y amor, tanto el de una pareja como el de padres e hijos.
En todas esas expresiones sencillas como "Buenos días", "Buenas noches", "Qué rico está esto", "¿Has dormido bien?", es donde reside el amor.Me dije que eso era lo que significaba ser una pareja.Pero en aquellos momentos no lo comprendí.
Takkun y su hijo de seis años Yuji tratan de salir adelante como pueden tras la muerte de Mio, esposa y madre respectivamente. Aunque no hay grandes exteriorizaciones del dolor que les causa la pérdida, pues ya ha pasado un tiempo desde esta, Takkun es incapaz de cumplir la promesa que le hizo a su mujer de cuidar de su pequeño y seguir adelante. Ambos van siempre con la ropa llena de manchas, la casa es un desastre y Yuji tiene que ocuparme muchas veces de más cosas de las que debiera. A todo esto hay que sumarle la gran cantidad de fobias que tiene Takkun, un treintañero bastante despistado y dejado, por ejemplo, no puede entrar en el cine, ni puede recorrer grandes distancias porque los trenes, aviones y autobuses le dan pánico. Cada vez que se enfrenta a una situación difícil, su corazón parece a punto de estallar. Un día, durante el primer día de la estación de lluvias, se produce el milagro mientras ambos pasean entre las ruinas de una fábrica de sake en medio de un bosque. Allí, de la nada, aparece una mujer que es exactamente igual que Mio, aunque no tiene ningún recuerdo. Mio había prometido a Takkun que regresaría el primer día de la estación de lluvias para comprobar que todo les va bien, algo a lo que este se aferra, a pesar de que no haya cumplido su promesa.

'Sayonara Mio' de Tabuji Ichikawa

Takuji Ichikawa


Una novela como veis a medio camino entre la fantasía y la realidad, de hecho, el único elemento fantástico es la repentina aparición de Mio, que debería estar muerta. Todo lo demás es relativamente normal a partir de ese hecho insólito, la novela se centra en las relaciones entre los tres personajes y en el tema recurrente de la necesidad de seguir adelante cuando perdemos a un ser querido, aunque en principio parezca imposible. Como digo, la novela no se recrea en temas tristes o en transmitir al lector un sentimiento desesperado, al contrario, con un tono incluso un tanto ingenuo y dulce, asistimos a la pérdida de Takkun y Yuji y su intento por salir adelante con o sin Mio.

'Sayonara Mio' de Tabuji Ichikawa

Cartel de la película estrenada en 2004 y basada en la novela


Algo en lo que suelen fallar la mayoría de las novelas, incluso aquellas escritas por grandes autores, es a la hora de hacer hablar a los personajes infantiles. Normalmente se tiende a hacerles hablar y actuar como adultos o como a "un niño muy maduro para su edad", algo que me parece un gran fallo. Sin embargo, en ese sentido Sayonara, Mio ha sido toda una sorpresa, el pequeño Yuji es un niño como lo son los de la realidad, de hecho habla como un niño, repite las cosas mil veces, pregunta mucho, se equivoca y se comporta como un niño pequeño. De hecho, al haber conseguido retratar a un niño real, el autor ha conseguido que empaticemos en seguida con este personaje, es un verdadero encanto. Como suele suceder con la narrativa japonesa contemporánea las alusiones a la cultura occidental son continuas, por lo que si no estáis habituados a leer literatura japonesa, no os preocupéis, porque esta novela se sigue a la perfección, tan solo los nombres de los personajes y algunos pequeños detalles nos sitúan en Japón, por lo demás es una historia que podría suceder en cualquier parte del mundo. La cultura occidental impregna toda la novela y se hacen continuas alusiones a películas como Momo o La historia interminable, a la serie de televisión Expediente X, o a personajes como Woody Allen, Charlie Brown o Snoopy.

'Sayonara Mio' de Tabuji Ichikawa

Portada de la edición anglosajona


Como Takkun decide escribir una novela sobre su mujer, vamos conociendo poco a poco su historia, cómo coincidieron desde muy pequeños en clase y cómo se enamoraron y fueron construyendo sus vida juntos. El libro es una delicia, se lee muy rápido, contiene muchos diálogos, es dinámico y muy corto. Sin embargo, hay un pequeña pega que quiero ponerle, y es el final. Todo parecía encaminado hacia un final muy determinado, y en el último momento hay un giro que no me ha gustado nada, aunque claro, eso ya son gustos y percepciones muy personales, pero es que la nueva explicación de por qué está allí Mio, tratando de ser más racional dentro de la irracionalidad de todo, no me ha acabado de convencer. A pesar de ello, es una lectura ligera que os recomiendo para pasar un rato agradable, no es una novela que vayamos a guardar para siempre en la memoria pero es bonita y está bien escrita, trata con mucha delicadeza un tema duro como es la muerte de un ser querido, sin grandes dramas y es perfecto para comenzar a leer a autores japoneses contemporáneos.

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