Scones

Los scones son unos panecillos británicos, originarios de Escocia, un poco dulces, que suelen servirse en el desayuno o con el té de la tarde. Las formas son variadas. Los hay triangulares, cuadrangulares o circulares. Se abren por la mitad y se untan con clotted cream y mermelada. La clotted cream es una nata coagulada, con materia grasa del 55% procedente de los condados de Devon y Cornwall. En España es difícil adquirirla. Yo sólo la he encontrado de momento en la tienda Sabores del mundo en Madrid. Pero seguiré buscando más opciones porque es realmente deliciosa y los scones no están igual de ricos sin ella. Lo mejor de esta receta es sin duda su facilidad y rapidez, en media hora tenéis unos maravillosos scones suaves, mulliditos y recién horneados. Vamos con ella!

♥ Ingredientes:

•  225 gr. de harina
• 1/2 cucharadita de levadura
• 1/2 cucharadita de sal
• 55 gr. de mantequilla fría
• 25 gr. de azúcar
• 150 ml. de leche
• 1 huevo batido + 1 cucharada de leche para pintar

Echar en un bol la harina, la levadura, la sal, el azúcar y la mantequilla cortada en daditos. Mezclar con las manos, aplastando los trocitos de mantequilla un poco con los dedos hasta obtener una masa arenosa. Hacer un hueco en el centro y echar la leche poco a poco mientras se va mezclando y se va añadiendo harina de los bordes.

Cuando estén todos los ingredientes integrados, pasar la masa a una superficie enharinada y estirar con un rodillo. Con un cortador de galletas de 5 cm. de diámetro cortar 8 scones de 1’5 cm. de alto, reutilizando la masa sobrante para los últimos. Colocar en una bandeja preparada con papel vegetal y pintar con el huevo con leche. Hornear 10 minutos a 220º y 4 minutos más a 170º. Servir tibios con mermelada y clotted cream, acompañados de un té.