'Se acabó lo que se daba…o no'. El 21 de diciembre termina el mundo

Imagen: espacial.org Ya no queda prácticamente nada. El próximo viernes 21 de diciembre se acaba el mundo según consta en las predicciones del calendario Maya. Un ‘almanaque’, a buen seguro, carente de imágenes sugerentes como las que adornan el Calendario Pirelli o algún que otro anuario con protagonistas semidesnudos lanzado por una buena causa como  vemos año tras año.Ante una fecha tan inminente y coincidente con la Navidad yo he optado por no comprar los regalos aún, no vaya a ser que al final estos muchachos tuvieran razón y me hicieran gastar un dineral para que luego los presentes navideños ardieran y se perdieran en las entrañas de la tierra. Además tampoco veo lógico pagar mis deudas antes de esa fecha; todos los recibos los he devuelto con una nota en la que se puede leer: “se pagará éste recibo si el mundo sobrevive al 21 de diciembre”.Pero… ¿y qué pasa si realmente termina el mundo? Nos libraremos del Fondo Monetario Internacional, de Angela Merkel, de la Prima de Riesgo, de Standard & Poors y hasta del Gobierno de España y su afán de establecer políticas de austeridad. Claro que también nos quedaríamos sin ver un bonito amanecer, un bello cielo con su luna llena y hasta echaríamos de menos a nuestra suegra…bueno, eso no, me he pasado.¿Y sí nuestro mundo continúa tal y como hiciera después del cataclismo anunciado por el “Efecto 2000″ e incluso otras predicciones previas? Seguiríamos sufriendo todo lo anterior, inclusive los comentarios hacia nuestra persona de la maldita suegra. Así que visto lo visto, ¿qué prefiere usted? ¿Qué caiga un meteorito sobre la tierra? ¿qué queden unos pocos y comience una nueva era tal y como pasó con los dinosaurios? ¿O que siga todo tal cuál?No se moleste en contestar porque es tanta la suerte que tenemos los humanos que seguro que una gran roca espacial y una tormenta solar termina con la mayoría de nosotros y acaban sobreviviendo los del Fondo Monetario Internacional, la Angela Merkel, los de la Prima de Riesgo, los de Standard & Poors, los amigos del Gobierno de España y hasta nuestra suegra.Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…