Revista Comunicación

¡Se acabó Universo de A!, ¡hasta aquí hemos llegado!

Publicado el 28 diciembre 2015 por Universo De A @UniversodeA

¡Se acabó Universo de A!, ¡hasta aquí hemos llegado!

Todo en esta vida tiene un final, todo tiene que acabarse algún día… y a Universo de A, este blog, le ha tocado ahora, algún día tenía que ser, y no veo yo porque no va a ser hoy, ¡no iba a durar siempre, vamos digo yo, y no hay mejor momento que el ahora! (muy especialmente cuando de concluir algo se trata).

En fin, ante tal suceso, algunos se alegrarán, otros llorarán (los menos) y a una gran mayoría le será completamente indiferente; y para que negarlo, yo estoy entre estos últimos.

Bueno, no del todo, la verdad es que estoy harto de escribir aquí, a veces me da la impresión de que vivo para eso: voy a un sitio, escribo sobre ello; hago algo, escribo sobre ello; respiro, escribo sobre ello… ¡qué agobio!, ¡paso más tiempo redactando que viviendo!, ¡me ocupa tanta parte de mi vida que ya no tengo tiempo suficiente para escribir sobre algo que no sea escribir porque es lo único que hago!… y sería muy absurdo publicar un artículo sobre lo que supone escribir y vivir para escribir… ¡madre mía!, ¡pero sí es precisamente lo que estoy haciendo en este momento!; lo dicho, necesito un cambio vital, y eso pasa por la desaparición definitiva de este blog absorbente que me roba la vida, ¡no puedo más!.

Pues eso, que ya está bien, y además, ¿para qué estoy haciendo esto?, ¿de qué me sirve?, ¿al final que utilidad tiene?, ¡ni qué me pagaran por ello!, se ha convertido más en una obligación que en otra cosa; y además me aburre redactar artículos larguísimos que nadie lee, ¿y para qué?.

La verdad es que, visto con perspectiva, soy incapaz de darme cuenta de que gracia le podía encontrar a dedicarle tanto tiempo a esto… y no siendo capaz de dar con ninguna respuesta satisfactoria, la resolución y consecuencia es más que obvia y lógica.

Reconozco que hubiera querido llegar a la década de existencia, pero ya no resisto más, ¿y qué necesidad tengo de aguantar esta tiranía insufrible para nada?, pues eso, que se acabó: ¡fin, c’est fini, finish, finito!.

En fin, pues nada, adiós para siempre (lo siento, pero despedidas sentimentaloides y lacrimógenas, no) y… ¡uff, pero qué alivio estoy sintiendo al saber que estoy escribiendo, por fin, el punto y final!, ¡qué felicidad inconmensurable!.

¡Se acabó Universo de A!, ¡hasta aquí hemos llegado!

¡¡¡Inocente, inocente!!!, ¡feliz Día de los Santos Inocentes!

¡Se acabó Universo de A!, ¡hasta aquí hemos llegado!
¡Se acabó Universo de A!, ¡hasta aquí hemos llegado!

¡Siempre había querido hacer esto, pero nunca me acordaba!; la verdad es que yo no suelo gastar muchas inocentadas en este día (me pillan pronto), pero siempre me ha gustado que sea algo tan general, y que hasta los medios de comunicación se presten a dar informaciones absurdas y distorsionadas, como una especie de divertida evasión de un día… ¡y yo no quería ser menos!.

¿A todo esto, a nadie le llama la atención que se conmemore una fecha tan trágica (la orden de Herodes de hacer matar a todos los niños menores de dos años) de una forma tan insolente e irreverentemente frívola?, la verdad es que no deja de ser algo a reflexionar….

Además, lo cierto es que aquel final de Universo de A de hace tantos años me dejó buen sabor de boca, con lo cual, siempre quise volver a hacerlo, preferiblemente en versión cómica… ¡la verdad es que siento la tentación de anunciar todos los años en esta fecha en fin del blog!; aunque habrá que valorarlo, porque cuando sea de verdad, nadie se lo va a tomar en serio….

No sé, quizás esto de publicar algún artículo absurdo el 28 de diciembre, día de los Santos inocentes, se acabe convirtiendo en una tradición en el blog… ya veremos como evoluciona, pero me gusta la idea.

¡Y sí, todo era una broma, Universo de A celebrará su década tal y como está previsto y nada de lo escrito arriba del todo era cierto! (aunque lo dicho no deja de sentirse a veces como una parodia muy exagerada de la realidad, para ser sinceros).

¡Y ni se os ocurra intentar gastarme una inocentada que ya veis que estoy prevenido!, ¡no pienso hacer ningún caso a nada hasta que pasen las doce de la noche del día de hoy!.


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