Revista Coaching

Sé egoista

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

Sé egoista

Ya lo sé, ser egoísta no parece un consejo muy apropiado en fechas navideñas. Además, a nadie le gusta que le califiquen de "egoísta". En su acepción más común, una persona egoísta es una persona vanidosa, demasiado preocupada en su propios intereses para pensar en el de los demás.

Sin embargo, la palabra egoísmo tiene su origen en teorías filosóficas que hablan del interés en uno mismo como la base del comportamiento moral. El egoísmo moral o ético es una doctrina ética que afirma que la única forma moral de obrar es en nuestro propio interés. Incluso cuando ayudamos a otras personas, debemos hacerlo para obtener algún beneficio o ganancia. Se le da un valor fundamental al individuo. Cada persona debe velar por su propio bien.

El egoísmo racional es una tesis parecida que, de un modo más objetivo, apunta que la búsqueda del propio interés es siempre racional. La búsqueda de la propia felicidad es el más alto propósito moral de nuestra vida.

En definitiva, estas teorías niegan en cierta forma la existencia del altruismo. Hagas lo que hagas, el último fin de la acción es tu propio bienestar. Cuando das una limosna a un indigente, buscas un placer personal en última instancia: sentirte mejor persona, la satisfacción de aportar algo a la sociedad, etc.

Por supuesto, como en toda cuestión filosófica, hay argumentos a favor y en contra de todo esto, que no voy a entrar a comentar. Mi intención es presentar el término de una forma más amplia, para que veas que ser egoísta no es tan malo como se entiende popularmente (no confundamos egoísmo con egocentrismo, que es la incapacidad de ponerse en el lugar de otras personas).

El egoísmo es necesario. Muchas veces actuamos de una manera que no queremos, simplemente para evitar que nos tilden de egoístas.

Piensa que es el ego el que te proporciona la voluntad necesaria para mantener la atención en tus objetivos.

Es el ego el que evita las distracciones emocionales, enfría tus reacciones en caliente, y te lleva a tomar las decisiones correctas.

Es el ego el que te permite perder peso, ahorrar dinero y utilizar eficazmente tu tiempo.

El egoísmo consciente te ayuda a decir no a los demás, algo fundamental para poder construir tu propia vida. Además de reforzar tu autoestima y confianza en ti mismo, aprender a decir no tiene otros beneficios que puedes leer aquí.

Así que sé egoísta... incluso en Navidad.


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