Se venden 30 autobuses de Tussam baratos

Esta mañana ha habido reunión de la mesa de contratación de Tussam. El asunto a tratar ha sido la venta de los treinta autobuses en perfecto estado para su uso que denunciaba este blog el otro día. Y la venta ha sido aprobada con los votos favorables de PSOE y PP, y en contra IU. Una vez más se ha llevado a cabo la representación teatral de la hipocresía cuando están en juego los intereses de los ciudadanos de Sevilla.

Quienes parecen incapacitados para ponerse de acuerdo y se muestran ante la opinión pública como dos polos diametralmente opuestos, no titubean ni un ápice cuando se trata de aplicar las políticas de recortes neoliberales o, como en este caso, poner en práctica el adelgazamiento hasta su extinción de la empresa pública.

Luego vendrán con los golpes de pecho de que apuestan a ciegas por la empresa pública y de calidad. Pura mentira. En estos asuntos los socialistas de Sevilla, capitaneados por ese alcalde insufrible que es Monteseirín, son exactamente iguales que la derecha más rancia de esta tierra, aquella que gustaba pasearse a caballo para ver al resto de los mortales desde un plano de superioridad.

La hipocresía de aprobar una mención en un pleno para luego desmontarla progresivamente y hacerla inviable con sus actos cotidianos demuestra el grado de moralidad que tienen estos representantes políticos. Sevilla no ha podido caer más bajo ni ellos saben ni siquiera por asomo lo que significa la palabra dignidad.

Se van a vender treinta autobuses de Tussam en perfecto estado de uso que han sido pagados a precio de oro por el bolsillo de todos los ciudadanos y se van a vender por una miseria. Seguro que alguien sacará un pingüe beneficio de esta operación. Como también estoy seguro que la incidencia que tendrá el dinero recaudado en las depauperadas arcas de la empresa será insignificante. Apenas si dará para pagar los postres de una de esas habituales comidas de trabajo.

Pero la vía libre a la venta sí que supondrá un revés importante para las aspiraciones de los trabajadores eventuales en paro, porque significa cerrarles la puerta en las narices, y para la prestación del servicio de transporte público de calidad que una ciudad como Sevilla merece. Estos son los políticos que tenemos en el Ayuntamiento y con esos mimbres se trenza el futuro de una ciudad universal.

Los medios de comunicación que tanto alardean de defender el patrimonio público de los sevillanos cuando de trabajadores se trata, deberían hacer un ejercicio de humildad y autocrítica y contar de qué manera una conjunción extraña de intereses contra natura está permitiendo la vergonzante despatrimonialización de una empresa que es de todos y que se ha sufragado con el dinero de todos los sevillanos. Pero no os preocupéis, porque no veréis la noticia reflejada en ninguno de ellos. Los titulares en estos casos se destinan para otras cosas más innobles.

Lo siento por Juan Espadas, porque entiendo que es la consumación de una zancadilla más a su carrera electoral escrita con la tinta indeleble de las pugnas e intereses internos. Y me asquea el declive de Monteseirín, quien al igual que Neron tras incendiar Roma, se refugia en la poesía buscando en la rima de las estrofas la reparación y el reconocimiento que no se supo ganar como alcalde. Lo dicho, Sevilla no ha podido caer más bajo.