Revista Cultura y Ocio

Searching for Sugar Man

Publicado el 27 marzo 2013 por David Pérez Vega @DavidPerezVeg
Searching for Sugar Man Aunque este blog se llama Desde la ciudad sin cines, nunca he recomendado una película en él. Hoy es el día.
Ya he comentado alguna vez que en mi tiempo libre no sólo me dedico a leer y escribir. Veo también muchas series televisivas anglosajonas, escucho música, y voy al cine (y me relaciono con otras personas). La verdad es que desde que me aficioné al formato de las series, con episodios de unos 45 minutos de duración, ya apenas veo películas en casa; pero sí lo hago en el cine, al que suelo acudir, al menos, una vez cada dos semanas. Llegué a tener un periodo en mi vida en el que iba hasta tres veces a la semana al cine, cuando estaba buscando trabajo y tenía algo de dinero ganado en un premio de poesía.
Mi novia había oído hablar de un documental, que a mí no me sonaba de nada. Y el sábado pasado fuimos a los cines Verdi de Madrid a ver, en versión original subtitulada, ese documental, una película sueco-británica titulada Searching for Sugar Man, que retrata la búsqueda, a finales de los 90, de dos fans sudafricanos -de Ciudad del Cabo- de Sixto Rodriguez. Rodriguez es un artista de la canción norteamericano del que no tienen casi ninguna noticia, y con el que sin embargo han crecido. Las canciones de Rodriguez, nos cuentas a cámara los fans sudafricanos, fueron un soplo de aire fresco en el congestionado mundo del Apartheid. En un país en que no había televisión porque se considera comunista, Rodriguez canta una canción llamada The Establishment blues y uno de los dos fans -Stephen 'Sugar' Segerman o Craig Bartholomew Strydom, no recuerdo cuál de los dos. Esta información la estoy sacando de la wikipedia- nos cuenta que él no sabía lo que significaba Establishment hasta que lo escuchó en aquella canción; o en I wonder Rodriguez habla explícitamente (para la época y el lugar) de sexo. Los discos de Rodriguez estaban prohibidos en Sudáfrica, razón de más, nos cuentan, para que todo el mundo quisiera tenerlos, para que se grabaran en cinta en los años 70 u 80. Rodriguez es un símbolo en Sudáfrica, pero apenas saben nada de él. Incluso se comenta que tras sólo sacar dos discos se suicidó en el escenario; quemándose a lo bonzo, según unos, o pegándose un tiro en la sien, según otros.
Searching for Sugar Man
Segerman, cuyo apodo familiar Sugar, se debe a la canción Sugar Man de Rodriguez, y su amigo Strydom deciden buscar a Rodriguez. Y como dos detectives salvajes sudafricanos empiezan a preguntar a las discográficas que distribuyen sus discos en el país, lo que les conduce a la empresa californiana Sussex Records. En Estados Unidos se intentan entrevistar con el que fue el dueño de la compañía en los 70 del siglo XX, un señor mayor que se enfadará bastante cuando los detectives salvajes empiecen a preguntar por el dinero que las compañías sudafricanas le enviaban a su compañía, y del que al parecer nunca supo nada Rodriguez ni su familia. Más de medio millón de discos de Rodriguez se han vendido en Sudáfrica, estiman. Además como estamos en 1998 y ya existe internet, Segerman y Strydom han creado un foro sobre Rodriguez. En un cartón de leche, como si fuese un niño perdido, estos dos adolescentes cuarentones, han colocado la foto de su ídolo. La foto de un ídolo que piensan que está muerto, un ídolo de juventud misterioso y esquivo. A través del foro de internet, alguien, que dice ser la hija de Rodriguez, contacta con ellos. Segerman no acaba de creérselo; puede que le estén tomando el pelo. A la una de la noche en Sudáfrica recibe una llamada. Su mujer toma el teléfono. Se lo alcanza: Rodriguez está al aparato. Segerman, un hombre que ha crecido con el sobrenombre de Sugar por una canción de Rodriguez, no puede creérselo. Debe ser un engaño. Toma el teléfono. Lleva décadas escuchando esa voz. Es él. Rodriguez está al aparato.
Searching for Sugar Man
Esta es la escena clave de la película. Segerman ha encontrado a su ídolo, sus pesquisas de detective salvaje han dado sus frutos; y aún así no acaba de creérselo. Todo parece una broma. El que está al otro lado del teléfono no puede ser Rodriguez, porque para él es como si Elvis Presley estuviese al otro lado del teléfono. En Detroit, ciudad natal de Rodriguez, la escena también es confusa. Un hombre de unos sesenta años, que en su juventud sacó dos discos de música rock-psicodélica-fokl, un hombre que es hijo de un inmigrante mexicano y que era obrero de la construcción cuando grabó sus discos, un hombre que no tuvo éxito en el difícil mundo de la música, y que volvió a ser trabajador de la construcción, está recibiendo la llamada de alguien cuyo sobrenombre proviene de una de sus canciones, alguien que le está diciendo que el Sudáfrica es más famoso que Elvis Presley. Rodriguez tampoco acaba de creérselo, alguien está gastándole una broma. Y la idea abstracta del ídolo, del artista, flota entre ambos a través del océano Atlántico. Rodriguez no es un artista fracasado, es un artista que no encontró su público, aunque este sí que existe. Rodriguez no es un artista porque nadie compró sus discos en su propio país y tuve que ser un obrero de la construcción. Rodriguez sí es un artista porque en un país del sur de África sus canciones fueron himnos generacionales. Y Rodriguez y su familia vuela a Sudáfrica, y no pueden creer que en el aeropuerto les estén esperando cuatro limusinas. Los sudafricanos tampoco acaban de creerse que quien viene a visitarlos sea la leyenda de Rodriguez, y algún periodista piensa que esto sólo puede ser un montaje. Y Rodriguez, treinta años después de pensar que era un artista fracasado, por fin toca para su público. No le tiembla la voz. Artista y público se han encontrado. Él es un obrero de la construcción en Detroit y también es una estrella de rock en Ciudad del Cabo. Obrero y público no acaban de creerse que él sea en realidad Rodriguez. Cuando vuelva a Detroit, los amigos de trabajo de Rodriguez tampoco podrán creerse que él es en realidad el Rodriguez que muestran los recortes de periódico que ha traído de su viaje a Sudáfrica.
Hacía mucho que no me emocionaba tanto en el cine. Y la verdad es que he de decir que en muchos tramos de la película pensaba que se trataba de un falso documental. Lo que estaba viendo en la pantalla no podía ser real. Rodriguez no podía ser en Sudáfrica más famoso que Elvis Presley o igual de conocido que The Beatles. La entrada de la wikipedia en inglés me hace ver que tenía razón, que cuanto menos había un poco de manipulación en la película, porque se ocultaba más de un dato relevante (mejor no lean antes de verla la entrada de la wikipedia en inglés sobre la película).
Y la pregunta que más me interesa es ¿alguien en España había oído alguna vez hablar de Rodriguez? Yo desde luego no. Y posiblemente la historia anterior no me hubiera emocionado tanto si la música de Rodriguez, que era la banda sonora del documental, no me hubiera parecido tan buena. Duele pensar que Rodriguez no triunfó, en los Estados Unidos de los 70, entre otras cosas, por ser de origen hispano y por ser pobre. El documental se abre con Segerman conduciendo por una carretera sudafricana cercana a la costa, que al principio yo pensé que era californiana, y en el coche suena Sugar Man, el primer tema del primer disco de Rodriguez, Cold Fact. Sugar Man es un clásico instantáneo, una canción de rock psicodélico setentera que habla metafóricamente de las drogas al nivel del Hotel California de The Eagles. Una canción que los marines americanos destinados en Vietnam deberían haber coreado como un himno, pero que no lo hicieron. Dejo aquí la letra de la canción y el enlace a youtube:
SUGAR MAN
Sugar man, won't you hurry
'Cos I'm tired of these scenes
For a blue coin won't you bring back
All those colors to my dreams
Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man met a false friend
On a lonely dusty road
Lost my heart when I found it
It had turned to dead black coal
Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man you're the answer
That makes my questions disappear
Sugar man 'cos I'm weary
Of those double games I hear
Sugar man, Sugar man, Sugar man, Sugar man,
Sugar man, Sugar man, Sugar man Sugar man, won't you hurry
'Cos I'm tired of these scenes
For the blue coin won't you bring back
All those colors to my dreams
Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man met a false friend
On a lonely dusty road
Lost my heart when I found it
It had turned to dead black coal
Silver magic ships you carry
Jumpers, coke, sweet Mary Jane
Sugar man you're the answer
That makes my questions disappear

Le comparan con Bob Dylan, pero me parece que Rodriguez tiene mejor voz que Dylan. El domingo me compré sus dos discos en la Fnac de Callao, Cold Fact y Coming fron reality, y desde entonces los escucho insistentemente.
Dejo aquí el enlace a Youtube y las letras de dos canciones que no me puedo sacar de la cabeza:
CRUCIFY YOUR MIND
Was it a huntsman or a player
That made you pay the cost
That now assumes relaxed positions
And prostitutes your loss?
Were you tortured by your own thirst
In those pleasures that you seek
That made you Tom the curious
That makes you James the weak?
And you claim you got something going
Something you call unique
But I've seen your self-pity showing
As the tears rolled down your cheeks

Soon you know I'll leave you
And I'll never look behind
'Cos I was born for the purpose
That crucifies your mind
So con, convince your mirror
As you've always done before
Giving substance to shadows
Giving substance ever more
And you assume you got something to offer
Secrets shiny and new
But how much of you is repetition
That you didn't whisper to him too


CAUSE
Cause I lost my job two weeks before Christmas
And I talked to Jesus at the sewer
And the Pope said it was none of his God-damned business
While the rain drank champagne
My Estonian Archangel came and got me wasted
Cause the sweetest kiss I ever got is the one I've never tasted
Oh but they'll take their bonus pay to Molly McDonald,
Neon ladies, beauty is that which obeys, is bought or borrowed
Cause my heart's become a crooked hotel full of rumours
But it's I who pays the rent for these fingered-face out-of-tuners
And I make 16 solid half hour friendships every evening
Cause your queen of hearts who is half a stone
And likes to laugh alone is always threatening you with leaving
Oh but they play those token games on Willy Thompson
And give a medal to replace the son of Mrs. Annie Johnson
Cause they told me everybody's got to pay their dues
And I explained that I had overpaid them
So overdued I went to the company store
and the clerk there said that they had just been invaded
So I set sail in a teardrop and escaped beneath the doorsill
Cause the smell of her perfume echoes in my head still
Cause I see my people trying to drown the sun
In weekends of whiskey sours
Cause how many times can you wake up in this comic book and plant flowers?


Creo que estas tres canciones son algunas de las piezas musicales más tristes y hermosas que he escuchado en mucho tiempo.
Vayan al cine a ver Searching por Sugar Man. Escuchen la música de Rodriguez, el Bob Dylan latino que tenía mucha mejor voz que Bob Dylan.

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