Secretos de alcoba

Voy a confesar un secreto inconfesable, hoy aquí, ahora, en este, vuestro blog: estoy perdida, loca y rematadamente enamorada de la fotografía de “boudoir”.

A mí, que acostumbro a fotografiar florecillas y frutas, arbolitos, tazas, mares, verdurillas y colorines y cucharas… A mí, que no acostumbro a fotografiar personas, porque conociendo la técnica, me falta la práctica; porque soy tremendamente tímida y aún no he encontrado la manera de relacionarme con otro ser humano a través de una cámara de fotos. A mí, me vuelven loca las fotografías de féminas ligeras de ropa, las poses suaves y sensuales, femeninas, bellas, las sábanas envolviendo curvas, las sonrisas cómplices y los ojos pícaros. Me vuelven loca las imágenes que demuestran que cualquier mujer, sin tener en cuenta su talla, su peso o su estructura, puede ser tremendamente bella, seductora y segura de sí misma.

No es fotografía de desnudo, no es fotografía erótica, y mucho menos pornográfica (aunque he visitado páginas en internet supuestamente de fotografía de “boudoir”, que harían enrojecer al más pintado ¡Y no soy ninguna mojigata!). La fotografía de “boudoir” no obliga, invita, no muestra, sugiere, no tiene como principal objetivo complacer al espectador, pero sí a la protagonista misma, hacerla sentirse guapa, especial y única.

Para citar algún estupendo ejemplo (aunque hay muchos, sobre todo muchas más), podéis acudir a algunas de las fotografías de Christina Greve, y como no, a una de las grandes del boudoir, la norteamericana Christa Meola. Y si os interesa mucho el tema, en Pinterest existen multitud de bellos tablones con ideas de fotografía de boudoir. Uno de estos tablones es el de una servidora, y si os apetece pinchando en este enlace podréis visitarlo. Espero llenarlo, muy pronto, con imágenes hechas por mi. De momento, ha picado una maravillosa incauta, a la cual haré fotos en breve (¿Verdad? Y tú sabes quien eres…)

¿Alguien más se anima? Será un secreto…