En bioética, es frecuente escuchar argumentaciones que tienen un cariz científico:
en efecto, muchas cuestiones de ética tienen una base que la ciencia puede aclarar.
Sin embargo, se ha comprobaodo que la argumentación científica seduce cuando incluye
jerga del lenguaje de las neurociencias, y especialmente cuando esta información es simplificada o reductiva.
Esto explica en
buena medida el éxito de iniciativas de neuroeconomía, neuroética, etc., y debe
tenerse en cuenta al leer trabajos de bioética.