Revista Coaching

Seis años: Un propósito que merece el esfuerzo

Por Elgachupas

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Tal día como hoy de hace seis años nacía este blog. ¡Cuántas cosas han pasado desde entonces! El último hito hace apenas cinco meses, que regresé a vivir a España después de una larga “temporada” residiendo en México.

Sentado ante el ordenador, en el despacho del piso donde vivo en Madrid desde agosto, mientras me tomo unos días de respiro antes de seguir difundiendo la efectividad personal en las aulas, me he puesto a evaluar el camino que he recorrido durante estos últimos diez años. Desde el día en que me topé con un libro titulado ”Organízate con eficacia”, en las estanterías de una conocida librería de México, pasando por aquel 30 de septiembre de 2009 en que publiqué el primer artículo de este blog, mi primer taller de productividad personal hace ya un par de años, hasta el día de hoy.

Lo que empezó siendo simple curiosidad por el método de David Allen se fue transformando poco a poco en afición, luego en pasión y, finalmente, en un modo de vida que me ha permitido cumplir mi propósito vital enterrado durante mucho tiempo, y que finalmente salió a la luz gracias al coaching. Todo se fue dando de manera orgánica. Tan claro fui viendo en cada momento cuál era el siguiente paso que, mudarme de país —el último de eso pasos hasta ahora—, supuso algo natural, y hasta divertido.

Releyendo parte del material que he publicado durante los últimos años, me doy cuenta de la evolución que he experimentado, especialmente cuando veo la cantidad de posts que se siguen publicando en la blogosfera hispana actualmente, con visiones tan simplistas sobre asuntos tan importantes relacionados con la efectividad personal. Y no me malinterpretéis, no lo digo como crítica, al menos no como crítica destructiva, sino porque me veo reflejado en esos mismos posts cuando releo mis trabajos iniciales. Quizá los años dedicados al estudio y experimentación —de los que he dado buena cuenta en este blog—, y la perspectiva que te da formarte como coach profesional, hace que sea inevitable esta percepción.

Sin duda, de iniciar el blog en estos momentos, el enfoque sería muy distinto. Casi me da vergüenza leerme a mí mismo cuando llamo método de productividad personal a algo como Autofocus o ZTD –Zend To Done–, o intentando “enseñar” cómo encontrar tu propósito de vida con recetas de andar por casa, fruto tanto de la buena fe como del total desconocimiento. Son temas tan serios, que pueden llegar a marcar tan profundamente la vida de una persona, que aún hoy me siento un poco culpable por haber frivolizado con ello. Bueno, al menos tengo el consuelo de que esos deslices —creo— me han permitido al final llegar a donde estoy ahora, que es ciertamente un lugar más elevado.

Aun así, como nómada del conocimiento o knowmad, soy consciente de que todavía me queda muchísimo por descubrir y aprender. Es el precio socrático que uno debe pagar por ganar experiencia y conocimiento.

El camino no ha estado exhento de altibajos, momentos de muchísima actividad —aún hoy no logro explicarme cómo fui capaz de publicar a un ritmo de 5 posts semanales durante los primeros meses—, y rachas de auténtico cuasi-abandono debido a tener el foco —el marido de la foca, como le gusta decir a mi buen amigo y maestro Antonio José Masiá—, puesto en otros asuntos.

Al final, después de todos estos años, he llegado a la conclusión de que la productividad personal de verdad, esa que Peter Drucker denominó efectividad del “trabajador del conocimiento”, es un asunto tan serio, y que puede tener un impacto tan profundo en nuestra sociedad durante los próximos años, que bien merece el esfuerzo de seguir escribiendo y publicando, a pesar de lo que supone a veces vencer a la vorágine del día a día.

Hoy, seis años después, hago público mi propósito para los años que están por venir: ofrecer una fuenta fiable y precisa de información para quienes buscan una forma mejor de hacer las cosas. Y luchar de buena fe contra la difusión de ideas poco fundamentadas o carentes de rigor en lo que a efectividad se refiere, por muy bienintencionadas que sean. Creo sinceramente que no hacerlo es una irresponsabilidad, un flaco favor que le estamos haciendo a esa gran cantidad de organizaciones y personas que están buscando honestamente soluciones reales para afrontar los retos que nos plantean la vida y el trabajo del siglo XXI.

Espero contar con vosotros y seguir construyendo este espacio juntos. Porque como siempre digo, nunca hubiera llegado hasta aquí si no hubiera sido por vuestro apoyo.

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