Revista Aventura

Senderismo e higiene: gel higienizante.

Por Manil

Soy el pequeño de cinco hermanos, y como en toda familia numerosa a cada uno de nosotros nos dio por una afición diferente. A mi hermano el mayor le apasionaba el fútbol, mi hermana Mamen pasaba horas con los juegos de lógica y las manualidades, a mi otra hermana le apasionaba la arqueología y mi hermano Paco (el más cercano a mí por edad), tenía alma de científico. Y a mí, no sé por qué, me dio por obsesionarme con los mapas y los libros de aventuras.

Senderismo e higiene: gel higienizante.Quimicefa. Fotografía: aquellamaravillosainfancia.com

Esa cercanía en edad hacía que yo pasase horas detrás de él, siendo en alguna ocasión incluso conejillo de indias de sus experimentos (ojo, que llegó a convertirme en una ocasión en la versión infantil de la antorcha humana, anécdota esta que si se lo pides, seguro que mi hermano te la cuenta). Como no podía ser de otro modo, unas navidades, mi hermano recibió  de regalo de reyes su ansiado Quimicefa (ojo, la caja más pequeña, que ya te he dicho que éramos familia numerosa y las cosas llegaban para lo que llegaban). 

Recuerdo con cariño aquellas largas tardes encerrados en la habitación, haciendo experimentos de los que aún soy incapaz de entender como sobrevivimos, y que hoy, escribiendo esta entrada, me han venido a la memoria.

Te voy a invitar a que saques esa alma inquieta de científico que llevas dentro para solucionar un problema que los senderistas (y la población en general), estamos sufriendo en los últimos tiempos.

La mayoría de los que practicamos senderismo llevamos años usándolo, ya que en la práctica de nuestro deporte estamos expuestos a tocar con las manos (y rozar con nuestra ropa y equipo), piedras, bajo matorral, ramas, troncos de árboles, terrenos arenosos, etc… que son el ecosistema ideal para infinidad de gérmenes (bacterias, virus, hongos y protozoos).

Senderismo e higiene: gel higienizante.
Obviamente, en la montaña no encontramos servicios dotados de jabón y agua corriente para lavarse las manos correctamente antes de almorzar o comer  (con suerte igual en algún área de recreo podemos encontrarnos una fuente). Lavarse las manos en un río  o en una corriente de agua es algo que tampoco debemos hacer, ya que forma parte de nuestra responsabilidad el evitar la contaminación de las aguas mediante el uso de detergentes, pero de esto ya hablaremos otro día.

Esos gérmenes que somos conscientes que vamos acumulando mientras caminamos por la montaña y la falta de recursos en el medio natural para lavarnos correctamente, ha hecho que la mayoría de nosotros nos hayamos acostumbrado a llevar siempre en nuestra mochila una botellita de gel higienizante.

Fue este pasado domingo, justo cuando paramos a almorzar en la senda que transcurre por la Mallà Verda (a las faldas del Cavall Bernat), cuando saque mi botellita de gel para lavarme las manos y vi alarmado el poco contenido que le quedaba.

Senderismo e higiene: gel higienizante.
Cavall Bernat desde la Creu del Cardenal. Fotografía: Manil Raga

No hace falta que te diga que debido a la situación actual es complicado encontrar una tienda, comercio o farmacia donde poder comprarlo, así que pensé que pronto tendría que buscar una solución alternativa para mantener los gérmenes a ralla.

Pero, de una manera providencial, nuestro querido amigo Miguel Esteban (amo y señor de las ondas, conductor del programa de radio El Despertador y al que le gusta tocar la bocina como si no hubiera un mañana), compartió a través de una famosa red social un vídeo de cómo hacer en casa este preciado recurso. El vídeo lo ha hecho un farmacéutico, (no te lo puedo compartir por haberme sido imposible conseguir localizar al autor y pedirle la autorización), ha servido de guía para la elaboración de este post.

¿Qué necesitamos?

Así como comprar el gel higienizante es una misión imposible (el COVID-19 está haciendo estragos en los supermercados), comprar los elementos para fabricarlo en casa es mucho más sencillo. Para hacer tu propia solución hidroalcohólica necesitarás:

  • Alcohol de 96º: Una botellita de 250 ml. Esta será la base de nuestro desinfectante. Puedes adquirirla en supermercados, farmacias o droguerías.
  • Agua: Te harán falta unos 90 ml. El objetivo de añadir agua a la formulación es bajar la concentración de alcohol del 96º a unos 70º.
  • Glicerina: 25 ml. La glicerina la puedes comprar en supermercados, droguerías o farmacias. Es un producto ampliamente utilizado en cosmética para el cuidado de la piel, y se añade a nuestra fórmula precisamente para evitar que la piel se reseque al utilizar nuestro gel.
  • Una botella adecuada para hacer la mezcla, guardarla y poderla dosificar: Puesto que vas a preparar una cantidad mayor que la que llevas en la mochila, te aconsejo que reutilices una botella de jabón de manos (de las que llevan dosificador), y además, una vez hecha la mezcla, te rellenes una botella pequeña de 100 ml (de esas que te dejan subir en el avión), que será la que lleves encima.
  • Jeringuilla graduada o recipientes graduados para hacer las mediciones de los volúmenes a añadir de cada componente: Si no dispones de estos elementos, no pasa nada, siempre podemos usar elementos que tenemos en casa y de los que conocemos su volumen. Un vaso de chupito tiene un volumen de 30 ml (te puede servir para medir la glicerina), un vaso de agua tiene una capacidad de 250 ml. (un poco menos de la mitad te dará una cantidad cercana al agua que necesitas, o bien puedes añadir tres chupitos de agua). La botella pequeña de 100 ml también te puede ser útil para estos menesteres.

Senderismo e higiene: gel higienizante.

¿Cómo prepararlo?

La cosa es bien sencilla, sólo hay que seguir estos pasos:

1.- Vacía el contenido de la botella de alcohol en el recipiente con dosificador.

2.- Añade el agua para rebajar la gradación del alcohol y hacer así posible su uso tópico con seguridad.

3.- Por último, añade la glicerina. En principio añade los 25 ml. que nos recomienda el farmacéutico autor del vídeo, pero puedes añadir más si quieres ya que el objetivo de la glicerina es que no se te resequen las manos a aplicarte la solución alcohólica. 

4.- ¡Listo! Ahora ya puedes usar el dosificador para rellenar con tu gel hidroalcohólico casero la botellita que llevarás encima (la de los 100 ml), y por supuesto, lavarte las manos con ella.

¿Qué hago si no encuentro todos los ingredientes?

Es posible que no seas el único que conoce la fórmula ya que no es nada secreta, y por ese motivo no puedas encontrar alguno de los ingredientes que tienes que usar, o más concretamente, no encuentres la glicerina.

Si es tu caso, no entres en pánico, que aún hay una solución. Para ella, necesitarás:

  • Senderismo e higiene: gel higienizante.
    Alcohol de romero
    , 1 botellita de 250 ml: este alcohol esta especialmente formulado para su uso tópico, y su uso está muy extendido para dar friegas y masajes terapéuticos. Además, tiene un olor a romero que te hará recordar la montaña (o a nuestro amigo Antonio con su ramita).
  • Gel de Aloe Vera puro 100%: Hay muchas marcas en el mercado, aunque a mí me han recomendado usar el de la marca Babaria (y que conste que no me pagan). Este ingrediente ya cuenta con una buena cantidad de agua (con el que reduciremos el grado de alcohol), además de su componente principal, el Aloe Vera, se encargará de que nuestra piel no se nos reseque.

Y ahora, sigue estos tres pasos:

1.- Vacía el contenido de la botella de alcohol de romero en tu recipiente dosificador.

2.- Añade 125 ml de gel de Aloe Vera (es decir, en proporción de 1/2 con respecto al alcohol que uses).

3.- Ahora ya puedes rellenar tu botellita y hacer uso de gel higienizante con las fantásticas propiedades del Aloe Vera.

Muy pronto podrás aparcar estas recetas en el cajón del olvido y volverás a encontrar en el supermercado tu marca favorita, pero mientras que eso pasa, espero que estas dos opciones para hacer tu gel higienizante casero te hayan sido de utilidad.

Y no olvides usar el agua y jabón para lavarte las manos siempre que puedas (es más efectivo y mucho menos dañino para tu piel), dejando el uso del gel sólo para aquellas ocasiones en las que no puedas hacerlo con agua y jabón.

¡¡Ahh.. se me olvidaba!! Mi hermano, tras convertirme en la antorcha humana, no solo no se alejó del camino de la ciencia, sino que aún se dedicó a ello con más ahínco y no paró hasta convertirse en biólogo (menos mal que ya me pilló más mayor y no acepté ser su conejillo de indias, que si no ahora igual sería un híbrido saltamontes).

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