Servicio médico del HEMS atendiendo a un accidentado en montaña.
El senderismo está de moda; periódicos, revistas, publicaciones electrónicas, noticiarios e incluso alguna emisora de radio se han dado cuenta de ello y ponen cada vez más a mano la información sobre rutas y propuestas senderistas.
A mí me parece estupendo, ya que eso ha hecho que el público en general mire hacia el monte de una manera distinta, y de paso, que mis amigos “no montañeros” (que haberlos haylos) ya no me vean como un bicho raro, pero por desgracia, esas propuestas tentadoras raramente van acompañadas de consejos reales sobre seguridad y normas para una correcta progresión por montaña y hay muchos riesgos de esta modalidad deportiva.
Prueba de ello es el aumento de accidentes de senderismo que requieren de actuaciones de los servicios de emergencias (de los que si te has fijado, también hacen eco los mismos medios de comunicación).
Hace unos meses dediqué mi entrada semanal a las diferentes maneras que tenemos para pedir auxilio en montaña, y allí ya te explicaba la importancia que tiene el tiempo que se tarda en recibir la ayuda para minimizar las consecuencias del accidente.
Pero precisamente la montaña no pone fácil el acceso inmediato de los equipos de emergencias, haciendo casi obligatorio en los casos más críticos el poder trasladar por aire esa necesaria ayuda, siendo indispensable para ello el empleo de helicópteros.
Y para hablarte de helicópteros y emergencias, le he pedido a nuestro amigo Ramón (socio del club, compañero de caminatas, expiloto del HEMS y amigo) que te cuente cómo y de qué manera debes actuar si por alguna de aquellas te ves en la necesidad de que uno de ellos tenga que acudir en tu ayuda.
Si has caminado con nosotros alguna vez seguro que estás ahora mismo poniéndole cara a Ramón, pero para ponértelo más fácil he decidido poner una foto suya (aunque a mi me da que tendrás que leer el artículo hasta el final para reconocerle).
¿Cuándo acudirá el helicóptero a una emergencia?
Que acuda el helicóptero a una emergencia depende de varios factores, siendo el principal la urgencia y gravedad de la misma.
Todo empieza con la llamada al 112, en la que deberás exponer la situación de la emergencia y aportar con la mayor precisión posible la localización del accidentado. Enviar la localización desde tu teléfono móvil o si es posible facilitar las coordenadas geográficas será la manera más eficaz de hacerlo.
En el caso de que no haya opción de enviar ayuda terrestre o si esta fuera a llegar demasiado tarde, es posible que entonces pasen el aviso al helicóptero.
Pero debes tener en cuenta que si el aviso del accidente se produce a última hora de la tarde o un día de mala climatología, el helicóptero tampoco podrá acudir en tu auxilio.
Facilitando la llegada al helicóptero.
Una vez hemos dado el aviso al 112 intentaremos facilitar el aterrizaje del helicóptero en las proximidades del accidentado, buscando una zona que reúna los requisitos necesarios para ello.
Concretamente, en la Comunidad Valenciana, el modelo de helicóptero que opera el servicio HEMS (Helicopter Emergency Medical Service) es el Agusta 109E.
Este helicóptero mide desde la punta de pala hasta la cola casi 15 metros, por lo que si sufres un percance en nuestra comunidad, tendrás que buscar un punto de aterrizaje que al menos tenga una superficie despejada de 30 metros de diámetro.
Pero Ramón además indica que el lugar elegido deberá reunir las siguientes características:
- El suelo debe estar horizontal. Podría tener un poco de inclinación pero sin estar en la ladera de la montaña.
- La superficie donde se ha de posar el helicóptero ha de estar compactada para que no se hundan las ruedas. No pueden haber materiales sueltos que puedan levantarse por la acción del rotor del helicóptero al aterrizar. El bajo matorral, si está firmemente sujeto, no supondrá un problema.
- La zona ha de estar libre de obstáculos (como cables de alta tensión, telefonía, etc…) y sin árboles altos en las lindes.
- Las sendas de aproximación no deben tener obstáculos.
- Si es posible, acercar al herido a una zona de fácil evacuación.
En otras ocasiones, en terrenos más escarpados, es posible que un primer helicóptero más ligero y equipado con grúa, sea el encargado de trasladar al accidentado hasta las proximidades del HEMS o hasta una ambulancia. Pero aunque estos helicópteros sean más ligeros, también necesitan unos requisitos mínimos de espacio para poder maniobrar con seguridad. Un ejemplo de este tipo de actuación es la que podrás leer en estas noticias: Rescate extremo a dos montañeros en Huesca. y rescate de un excursionista en el paraje de la Cova Negra (Xàtiva).
Comunicándonos con el piloto.
Si el piloto ha recibido bien las instrucciones para llegar hasta ti, habrá un momento en que tendrás a la vista el helicóptero. En ese momento deberás facilitar las cosas para que te vea cuanto antes.
Colocaos en la zona elegida para el aterrizaje y haced gestos y espavientos hasta que observes que has sido avistado.
El piloto hará las maniobras que considere necesarias hasta estar seguro de cómo ejecutar la aproximación y el aterrizaje.
A partir de ese momento sólo deberá quedarse el “señalero” en la zona. El señalero es la persona encargada de indicarle al piloto la zona elegida para aterrizar. El resto del grupo tendrá que permanecer reunido lejos de la zona de aproximación y aterrizaje.
La comunicación con el helicóptero será unidireccional, es decir, tu podrás darle indicaciones al helicóptero pero difícilmente podrán contestarte o podrás interpretar su respuesta.
Para hacerlo usarás tu cuerpo, colocándote en un lugar visible y lejos fuera del área de aterrizaje del helicóptero.
Señales internacionales de petición de socorro:
- De pie y en forma de Y: Sí, necesito ayuda.
- De pie con un solo brazo levantado: No necesito ayuda.
- Tumbado en el suelo con los brazos extendidos: Necesito ayuda médica.
Es muy importante que las conozcas, no sólo para pedir ayuda, sino también para no realizarlas de forma inconsciente (por ejemplo, saludar a un helicóptero se parece demasiado a pedir ayuda).
Otra cosa interesante que puedes hacer para facilitar el aterrizaje es proporcionarle al piloto los datos de viento de la zona. Cuando el viento es notable, el helicóptero tiene que aterrizar en la dirección contraria al viento.
Ramón cuenta que los pilotos tienen sus truquillos para saber la dirección del viento, pero toda ayuda se agradece porque no siempre es fácil.
Para hacerlo, puedes preparar varios trozos de cinta de plástico de unos 1,5 metros. Lo ideal es usar la cinta que se utiliza para delimitar las obras o alguna similar, pero como me imagino que en una situación de emergencia no la tendrás a mano (ni la llevarás en tu mochila), pero puedes elaborar unas haciendo tiras las bolsas de plástico que lleves.
Agarrándolas de los extremos, te situarás de espaldas al viento con los brazos extendidos, abiertos y en alto (si abres ligeramente la piernas ganarás estabilidad). Así las cintas ondearán delante de ti, convirtiéndote en el “señalero” y facilitándole al piloto apreciar la dirección del viento, además de saber que frente a ti se encuentra el punto elegido para el aterrizaje.
En terreno nevado (con nieve en polvo), deberás pisar la nieve para que no se levante ventisca y evitar así que la tripulación del helicóptero pierda visión.
Acercándonos al helicóptero.
Cuando el helicóptero esté aterrizando, además de dejar libre la zona donde va a tomar tierra, debes saber que el viento provocado por las hélices puede proyectar piedras, tierra y otros materiales sueltos hacia ti, por lo que debes protegerte la cara y los ojos principalmente. Lo mejor es que te gires y le des la espalda al helicóptero.
Una vez el helicóptero haya aterrizado deberás esperar a que el rotor esté parado y algún miembro de la tripulación te indique que puedes acercarte.
La aproximación la harás siempre por donde pueda verte la tripulación, y nunca por una zona que esté más elevada que el aparato.
Como pasa con los buenos amigos y las cosas de la vida, Ramón y yo estamos de acuerdo en muchas cosas, en otras no tanto, pero hay un asunto en el que coincidimos: Los dos esperamos que nunca tengas que poner en práctica lo que en este post te hemos contado.
Y por cierto, llegados a este punto y para que no sigas esforzándote en ponerle cara a Ramón, he decidido compartir una foto del día que fuimos a la base del HEMS de Castellón a preparar parte de este artículo.
Espero que este artículo te haya resultado interesante y la próxima vez que vayas a la montaña recuerda atarte bien las botas y no olvidar tu botiquín personal.
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