Revista Aventura

Senderismo y frutos silvestres: Los Madroños

Por Manil

Tengo clavado en la memoria el momento en el que tuve el placer de probar por primera vez el fruto del madroño. y aunque no te lo creas no hace tanto años (en eso de comer madroños perdí la virginidad ya madurito).

Como no podía ser de otro modo fue haciendo senderismo por la Comunidad Valenciana (concretamente por el término de Montesa) a finales del año 2009, mientras que Otilio (del Centro Excursionista de Montesa y gran amigo de nuestra compañera Fina) nos guiaba por el Barranc de la Fos y la Font del Melo en una de nuestras famosas rutas de test.

Madroños maduros
Madroños maduros

De repente en el sendero, delante de nosotros, apareció un árbol (¿o debería decir arbusto por su altura y complexión?), personalmente no era la primera vez que lo veía, pero como Adán tentado por Eva a comer la manzana, sucumbí a probar el fruto que me ofrecía Manuel. Era redondo, pequeño, rojo y resultó ser muy sabroso. Si te planteas si las batallitas con las que introduzco algunos de los post son ciertas, te espera al final del artículo una sorpresa con colorcillo vintage que da fe de que aquella fue “mi primera vez”.

Desde aquella primera vez reconozco que cuando camino en diciembre por nuestras montañas siempre albergo la esperanza de encontrar algún madroño con sus frutos al alcance de mi mano.

Escribo esta entrada a sabiendas de que puede que esta vez sea yo el que resulte ser un poco Eva (o tal vez un poco Manuel) al enseñarte cómo son, dónde están y alguna cosa más sobre ellos que quizás no sabías.

El madroño (Arbutus unedo)

Madroño en flor.
Madroño en flor.

Vamos a empezar desde el principio, llamando al madroño por su nombre, y como no sé desde dónde estas leyendo este post, te contaré cómo lo llaman también en otros sitios.

En castellano al madroño también se le llama alborocera, aborio, alborto. En catalán cirerer d’arboç, alboix, llipoter o cirerer de pastor. Gallegos y portugueses se refieren a él como madronheiro, ervedeiro, morongueiro o morote.

Si sales a hacer senderismo fuera del territorio nacional te interesará saber que en Francia lo conocen como arbousier unédo, en Inglaterra te verás tentado o tentada por el arbutus o strawberry tree, en Holanda verás un haagappelboom o un aarbeiboom y si caminas por Alemania será el erdbeerbaum o el sandbeerbaum el que te tiente con sus frutos rojos.

Características

Árbol pequeño o arbusto de hoja perenne, perteneciente a la familia de las ericácias, de crecimiento lento y que alcanza rara vez más de cinco metros, siendo su altura habitual comprendida entre los dos y los tres metros.

Sus hojas son ovales, dentadas, coriáceas y brillantes.

Las flores se agrupan en pequeños racimos y poseen una corola de color blanco rosado o verdoso.

Su fruto es una baya globulina algo rugosa y velluda, de color rojo en su estado maduro, que llega a ese estado tras pasar por distintos tonos de amarillo y naranja. La maduración de su fruto se produce en diciembre, pero ese proceso es muy lento (2 años) y hace que convivan en él el árbol el fruto y la flor.

Hábitat

Madroño, flor y fruto. Fotografía de Pablo Alberto Salguero
Madroño, flor y fruto. Fotografía de Pablo Alberto Salguero

El madroño vive en áreas de media montaña de la zona sur de Europa occidental y de la cuenca mediterránea hasta Asia occidental y norte de África.

Puedes encontrarlo escondido, mezclado y casi diría yo, agazapado entre matorrales, alcornocales y encinares. Crece en suelos ligeros y húmedos, al abrigo del sol directo.

Prácticamente te podrás topar con ellos, o mejor dicho, con él, ya que a este árbol no le gusta vivir en sociedad y tiene tendencia a la dispersión, lo que hace raro que puedas encontrarlos en grupo.

Si practicas senderismo por Valencia seguro que has subido al Garbí, cuya cima está prácticamente tomada por ellos, encontrando una gran densidad de los mismos, algo muy poco común (y si no has subido aún, ya tienes otro aliciente para hacerlo).

Historia

Historia Natural de Plinio, edición de 1489, Venecia.
Historia Natural de Plinio, edición de 1489, Venecia.

Plinio (claro, no podía ser otro), fue quien lo denominó por primera vez Arbutus, añadiéndole posteriormente a su denominación científica el término unedo (Andrés de la Laguna explica que ese término deriva de un de, “uno como yo”). Aunque esta designación se debe según él a lo insípido del sabor de su fruto y a las consecuencias de su ingesta que incitan a comer sólo uno. Que conste que yo estoy en total desacuerdo, que me parece un fruto delicioso, algo extravagante tal vez, y si como sólo uno no es precisamente por su sabor.

Dioscorides, médico y farmacólogo griego. Grabado.
Dioscorides, médico y farmacólogo griego. Grabado.

También Dióscorides lo menciona, diciendo que el árbol del madroño es semejante al membrillo, y que su fruto produce cierta aspereza en el paladar al comerlo (como si fuese paja), que no sienta bien en el estómago y acaba produciendo dolor de cabeza.

También conocido como madroñera o borrachín, por sus pequeñas dimensiones fue una planta ornamental muy difundida en Castilla y hasta no hace demasiados años aún podían verse algunos ejemplares en los parques de Madrid, pero el abandono y probablemente el alto índice de contaminación acabó con ellos.

La periodista Amelia Castilla describió cómo ya en el siglo XVI, los monjes benedictinos fabricaban licores de madroño, y el cocinero de Felipe IV preparaba uno especial para el rey que tomaba como tónico.

Escudo de Madrid
Escudo de Madrid

El madroño junto con el oso (realmente osa), apoyando sus patas delanteras sobre el árbol es el escudo de Madrid, y de todas las historias que hablan del origen de ese escudo, la más creíble es la que dice que fue elegido por el Concejo como escudo para diferenciar sus posesiones de las de la iglesia madrileña.

Propiedades y consumo

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Es cierto que el fruto del madroño es comestible, pero por su composición no se aconseja consumir más de una o dos piezas para evitar sufrir algún que otro mal momento. Ingeridos en grandes cantidades producen un efecto moderadamente narcótico y pueden irritar el tubo digestivo.

Los componentes principales del madroño son la arbutina,  la metilarbutina y la hidroquinona. La hoja del madroño es rica en taninos, lo que la hace poseer un efecto astringente.

Aunque sus indicaciones y propiedades médicas son similares a las de la gayuba por su contenido de arbutina, al ser mucho menor la concentración de esta sustancia en los madroños su poder antiséptico urinario también es menos efectivo. Si no tienes gayuba a mano puedes utilizar el madroño para tratar la cistitis y las infecciones urinarias bajas, aunque en cualquier caso lo mejor será que vayas al médico y te mande lo más adecuado.

El Dr. Josep Lluís Berdonces i Serra, en la Gran Enciclopedia de las Plantas Medicinales, recomienda el uso de las hojas y la raíz, tomado en polvo (3-5 gramos, varias veces al día) o en decocción (30 gramos por litro).

Manil con su primer madroño, Montesa, año 2009,
Manil con su primer madroño, Montesa, año 2009. Esa cara de felicidad lo dice todo.

A estas alturas estarás preguntándote por esa prueba fehaciente que te prometí al principio del artículo y que daba fe de que esa fue mi primera vez, y como has llegado hasta aquí te mereces ver la foto que inmortalizó ese momento.

Puede que después de leer este artículo tengas ganas de probar tu primer madroño, o puede que tengas un repentino interés por las propiedades medicinales de las plantas que habitualmente te encuentras cuando haces senderismo por la Comunidad Valenciana, por eso te invito a que consultes Senderismo, excursionismo y plantas medicinales y Árbol APP.

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Bibliografía: Gran Enciclopedia de la Plantas Medicinales, Dr. Berdonces i Serra, Tikal Ediciones; Atlas Ilustrado de las Plantas Medicinales, David Hoffmann, Susaeta; Botanica-online.com


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