Revista Educación

Señoras que queremos saber

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Señoras que queremos saber

-"¡Pero si tú eres muy joven todavía!" Esto es lo que me han dicho ya tres doctoras cuando les he preguntado por los síntomas de la premenopausia. Si con la sola mención de esta terrible palabra no han dejado ustedes de leer, sepan que tengo 42 años. Sí, bien, no me considero la anciana superviviente del Titanic, pero es que sólo he pedido información. Como si hubiera hecho una simple búsqueda en Google. Pero nada, oye, que de la menopausia sólo se habla cuando ya la tienes encima, al parecer. Como soy una cabezota pues me he puesto a realizar mi propia investigación de campo que, en este siglo XXI, consiste en meter la palabra tabú en el buscador más conocido y escoger un par de artículos y libros que me podían interesar.

Conclusiones: este proceso temido por las mujeres no aparece a partir de los cincuenta, porque resulta que los cambios en nuestros cuerpos pueden empezar a partir de los 40. Eso quiere decir que tenemos más de diez maravillosos años en los que podríamos aprender sobre las transformaciones que vamos a experimentar y no ir como peonzas, de médico en médico, ante cualquier comportamiento extraño en nuestros cuerpos. De hecho, en los libros que he consultado, algunos de publicación reciente, la queja de sus autoras es la misma: ¿por qué demonios nadie nos explicó antes que esto eran síntomas de la menopausia? Así que yo he iniciado mi propia cruzada y me dedico a preguntarle a los médicos con los que me encuentro por la menopausia y sus pasos previos, hasta ahora sin muchos frutos, la verdad, pero todo es empezar. También me he vuelto la loca de las hormonas para mis amigos y familiares, a base de datos, síntomas y reivindicaciones del término señora. Porque sí, hace mucho tiempo que enfrenté ese momento en el que un niño te pide en una plaza que por favor le tires la pelota con el temido "señora, por favor", delante. Tema superado. Ahora quiero llevar esa palabra con orgullo y, cuando me convierta en una señora menopáusica, también quiero hacer gala de semejante denominación y descargarla de la maldad intrínseca con la que el mundo te los lanza a la cara. Para ello, es fundamental estar informada y, si es con humor como en los libros que les recomiendo aquí, mucho mejor.

  • Premenopausia, de Mirella di Blasio, recomendado para quienes no tenemos ni idea de que existía este fenómeno y queremos afrontarlo con humor y buenos alimentos. Con consejos basados en la naturopatía y la homeopatía, si no se es seguidor de estas propuestas no importa, basta no leerlas, pero es ideal su estructura y reconocimiento de 35 posibles síntomas. Así ya tendrás tema de conversación con tu médico de cabecera.
  • Francine se desarregla, de Francine Oomen, las viñetas de esta señora ahora muy bien informada vienen muy bien para el combinado hormonal de risas y lágrimas. Sus personajes y dibujos aclaran muchos aspectos no sólo de la menopausia sino de la falta de información y los cánones educativos que nos han llevado a enfrentarnos de forma terrorífica con esta etapa de nuestra vida (olvídense eso sí de los mensajes de autoayuda tipo "es un maravilloso camino hacia la transformación").
  • Señora, de Ana Belén Rivero, creo recordar que no habla de menopausia pero es el libro ilustrado perfecto para superar el pavor a convertirse en una señora (circunstancia inevitable y, después de leer el libro, hasta deseable).

Y, tras estas lecturas, ya estamos más que preparadas para gritarle al mundo (incluso a quienes no tienen la menor intención de escucharnos), que somos orgullosas señoras que queremos saber qué pasó, pasa y pasará en nuestros cuerpos.


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