Los partidos políticos españoles se han unido a la obsesión europea de reabrir el debate de la eutanasia a raíz de la repercusión mediática y social que hay en Holanda, Bélgica o Luxemburgo...
España carece a día de hoy de una ley específica sobre eutanasia, pese a que más de la mitad de los españoles (según el CIS) se muestra partidario de regular esta práctica e incluso el suicidio asistido, que sí esta penado en nuestro país.
En España el debate de la regulación de la eutanasia o muerte asistida nunca se ha cerrado del todo, aunque la ley data de 1995 se ha ido suavizando con los años, dando paso a la ambigüedad legal de la que dependemos hoy. Actualmente se tienen en cuenta las jurisprudencias previas, debido probablemente a la aceptación social de conductas tipificadas, que son reconocidas por los profesionales.
Por otro lado, desde 2002, la Ley Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en Materia de Información y Documentación Clínica permite a los pacientes españoles dejar por escrito el tipo de cuidados y tratamientos que quieren recibir de no estar en condiciones de manifestarlos.
Casos famosos
Los casos más famosos son el de Ramón Sampedro el primer ciudadano en España en pedir el suicidio asistido, y al que le fue denegado, aunque finalmente murió envenenado ayudado por su amiga Ramona Maneiro que fue juzgada y absuelta por falta de pruebas aunque cuando prescribió el caso admitió haber cooperado.
También está Pedro Martínez a quien le suministraron la sedación asistida para poner fin a 34 años de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
El caso más nuevo es el de Andrea, la menor gallega de 12, que sufría una dolencia degenerativa irreversible, que falleció en octubre de 2015 después de que sus padres lograran por vía judicial que no se le prolongara artificialmente la vida.
Debate político
Los partidos políticos se han unido a la obsesión europea de reabrir el debate de la eutanasia a raíz de la repercusión mediática y social que hay en Holanda, Bélgica o Luxemburgo, países donde la eutanasia es legal y se ha generalizado a casos que poco tienen que ver con enfermedades terminales, sino a padecimientos menores como el autismo, la depresión o incluso el desengaño amoroso.
Aunque los profesionales de la sanidad y las sociedades médicas especializadas insisten en que la eutanasia no tiene nada que ver con el ideal de una "muerte digna", los partidos políticos insisten en ofrecer la muerte como solución al dolor, en vez de promover leyes que beneficien los cuidados al final de la vida y ser atendido por médicos especializados en Paliativos en todos los hospitales públicos.
El PSOE de Pedro Sánchez ya avanzaba en campaña electoral que se comprometería a poner en marcha una ley de "muerte digna". Si llega al gobierno, Sánchez pretende abrir un debate sobre la eutanasia para tratar de aprobar una ley con el consenso de otros partidos. Aunque con algunos matices, Carmen Martínez Ten, médico y número dos del PSOE en la Asamblea, aseguraba que, a diferencia de Podemos, ellos no quieren "despenalizar" sino "regular" estas actuaciones profesionales y que los médicos tengan seguridad jurídica.
La diferencia a la que se refiere Martínez Ten con Podemos es que el partido que lidera Pablo Iglesias se ha mostrado más claro en este aspecto y pretende imponer una "ley de disponibilidad de la propia vida" y defiende la despenalización de la eutanasia. En esa línea también se mueve Izquierda Unida, que defiende la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido.
Ciudadanos por su parte, ya abordó la práctica de la eutanasia en su programa electoral y busca una legislación "que regule que las personas sean ayudadas a morir en caso de enfermedad no tratable con consecuencia irreversible de muerte o siendo paciente en fase terminal". Hacen hincapié en casos "cuando el dolor no se pueda controlar".
Por último, el Partido Popular siempre se ha mostrado en contra de la práctica eutanásica, cuando Podemos hizo una proposición de Ley para que la Comunidad de Madrid instara al Gobierno central a despenalizar el llamado "suicidio médicamente asistido", el PP afirmó que marcaría una línea roja muy concreta. Sin embargo en los últimos meses el gobierno de Mariano Rajoy no ha querido hacer declaraciones al respecto.
Convertir la eutanasia en una práctica ordinaria
El médico y catedrático de la Universidad de Navarra, Gonzalo Herranz ha explicado para AciPrensa el peligro de que la eutanasia se vea como una práctica normalizada en la sociedad. "Si un médico sucumbe a la idea de que es correcto profesional y éticamente poner fin a la vida de uno de sus enfermos, no podrá dejar ya de ofrecer ese 'remedio' por el resto de su vida. Más aún: encontrará cada vez más razones para hacerlo".
La Levenseindekliniek (Clínica para Morir), la primera institución privada holandesa dedicada a la eutanasia lleva cuatro años abierta y con listas de espera. A un médico de familia le piden una eutanasia cada dos o tres años. El sufrimiento psíquico, difícil de evaluar objetivamente, se recoge en la ley, siempre que no tenga su origen inmediato en una afección física. Los psiquiatras, por su formación, suelen abordar las demandas de muerte como una llamada de socorro del enfermo. Como en la eutanasia para enfermedades físicas, es preciso agotar las posibilidades de mejorar su estado. Además, se exige lucidez, seguridad y un padecimiento insoportable.
El facultativo consulta con dos colegas independientes, uno psiquiatra, antes de proceder. Con la demencia se tiene muy en cuenta la demanda voluntaria de morir efectuada antes de caer en ese estado. Se analiza para saber si el afectado consideraba que su vida, sin memoria y dependiente, sería inaceptable. El criterio médico aquí es decisivo. Los informes de todas las eutanasias practicadas se remiten a cinco comisiones regionales que las evalúan a posteriori. En caso de duda interviene la Fiscalía General del Estado.
En Bélgica por ejemplo lo que comenzó siendo una ley tolerada se ha establecido como una práctica sistemática sin control. " Las peticiones de eutanasia son un trámite ordinario, no hay castigo para nadie y hay una sensación de inseguridad en parte de la población", así lo afirma la Comisión de Control de Bélgica, como publica Vida Digna.
La comisión se refiere a que ya hace falta sufrir un estado terminal o dolores indescriptibles, sino que por enfermedades secundarias como depresión, autismo, anorexia, vejez o incluso por un desengaño amoroso se puede acudir a un doctor para que administre un fármaco que acabará con ese "dolor".
En febrero de 2014, Bélgica se convirtió en el primer país del mundo que autorizaba la eutanasia para menores sin límite de edad. El número de casos de eutanasia ha ido aumentando progresivamente desde los 24 del año 2002 hasta más de 1.800 en 2013. De estos, medio centenar (alrededor del 3% del total) corresponden a casos de sufrimiento psicológico insoportable, aunque en este apartado se incluyen también demencias como el Alzheimer.
La ley belga autoriza la eutanasia para los casos de "pacientes que se encuentran en una situación médica sin salida y de sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable que no puede aliviarse y que es el resultado de una afección accidental o patológica grave e incurable". La petición debe formularse de manera voluntaria, sin presión exterior, repetida y reflexionada y debe estar supervisada por dos médicos. Cuando la muerte no es inminente se exige consultar a un tercer médico y dejar transcurrir un mes entre la petición y la ejecución de la eutanasia.
¿Qué opina la sociedad española?
El politólogo Ignacio Sánchez Cuenca destaca que "cuando las democracias tienen que tratar problemas morales, los políticos pueden pensar que a fin de evitar conflictos es mejor dejar pasar tiempo". Asegura que el caso español es una "anomalía" y que nuestra sociedad es "excepcionalmente madura" en la aceptación de este tipo de problemas sociales. Lo demuestra con los datos recogidos por el CIS del año 2009, en donde un 95% de los españoles están "totalmente de acuerdo" o "bastante de acuerdo". Un porcentaje "casi imposible de reunir" en debates públicos sobre otros temas.
La Asociación Federal de Derecho a Morir Dignamente apuesta por "implementar una política sanitaria y de formación basada en la Promoción de la Salud que oriente y racionalice las actuaciones del Sistema en favor de la autonomía del individuo, garantizando, en el último extremo, el derecho de la persona a disponer de su propia vida y a tener una muerte digna que debe ser garantizado por el sistema sanitario".
Por ello proponen "la derogación del artículo 143 del Código Penal que considera delito la eutanasia y el suicidio asistido y elaboración de una ley reguladora. Se procederá a un diseño de un documento de voluntades anticipadas único para todo el territorio nacional y a simplificar y unificar el procedimiento administrativo para su cumplimiento y registro. Incorporación del documento de voluntades anticipadas al historial médico de todos los pacientes, accesible fácilmente para el personal sanitario desde cualquier centro médico del territorio nacional. Se establecerá la obligatoriedad por parte del personal sanitario y de familiares de cumplir la voluntad del paciente en los términos expresados en dicho documento".
Fuentes: VidaDigna- AFDMD -
Imágenes :Vía Google
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