Ser periodista un año más

Hoy hace un año que inauguré este blog. La intención era, como dice en su portada, compartir una “nueva mirada a los medios de comunicación en donde prime la reflexión y el análisis sobre la comunicación y el tratamiento que los medios hacen de los mensajes que emite”.

No sé si lo estoy consiguiendo o no,  pero un año después tengo la satisfacción de, por lo menos, intentarlo. Todo el que hace un blog sabe de las dificultades que tiene sobre todo mantener regularidad. Las numerosas obligaciones de cada uno hacen que el blog se convierta en el hijo menos atendido. Todos los que somos los pequeños de la familia lo entendemos perfectamente.

Sin embargo las motivaciones continúan muy despiertas, como desde el primer post. El periodismo para mí, después de la familia y el Real Madrid, faltaría mas, está a la cabeza de lo que me mueve, de mis intereses. Creo que soy un privilegiado y que, como yo, los que han elegido este oficio lo son. A muchas personas les ha tocado ser protagonistas de la historia. A otras, ser espectadores. Y a otros, los periodistas, contar esa historia para que los espectadores la entiendan.

El periodismo permite, para mí, lo primero ser vigilante. Vigilante de los poderes. Vigilante de lo que pasa. Vigilante de la vida. Si el periodista no existiera (como ocurre en los países totalitarios) el poder abusaría, maltrataría. Por eso, el periodista, aún jugándose la vida en muchas ocasiones, relata en primera persona estos abusos para que las sociedades avancen, sean justas y solidarias.

Ciertamente, la verdad es la bandera del periodista y ciertamente, muchas veces en nombre de ella se han cometido atropellos por parte de los periodistas pero, creo sinceramente que es una profesión sana, que es una profesión viva y que, casos excepcionales aparte, ha vivido y relatado hitos que han permitido colaborar en el crecimiento de la sociedad.

Mi compromiso es seguir hablando de periodismo y de periodistas. De comunicación y de mensajes. De verdad y de manipulación. Porque sigo manteniendo los mismos propósitos que marqué el 11 de marzo de 2014 y que os quiero recordar:

“Este blog nace con el propósito de analizar no tanto los mensajes que aparecen en los medios como de servir de plataforma de análisis de esos mensajes, de la forma en que se transmiten, los recursos que se utilizan y las intenciones que hay detrás.

Pero quiero ir más allá. Quiero, desde este medio, lanzar un grito de colaboración con la profesión periodística. Por eso, desde el principio ofrezco reflexión en torno a un tema cada vez más actual y polémico. ¿Quién puede ser periodista?” 
Por eso quiero renovar mi compromiso para servir de plataforma de análisis de los mensajes que nacen en los medios de comunicación. Servir de plataforma para entender quién dice qué y cómo lo dice. Porque sólo entenderemos la verdad de los medios si somos capaces de saber quién nos lo cuenta.

Y, por supuesto seguir defendiendo a este maravilloso oficio y a sus protagonistas, los periodistas. Pero los PERIODISTAS con mayúsculas. Aquellos que tienen la formación, las herramientas y los valores necesarios para ser creíbles notarios de lo que ocurre alrededor nuestro y alrededor del mundo.

Así pues, sigamos un año más. Ojalá, entre todos crezcamos y dignifiquemos al mejor oficio del mundo.