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Sesgos cognitivos: tipos y descripciones

Por Davidsaparicio @Psyciencia

Los seres humanos percibimos la realidad en función de diversos factores, incluyendo los sesgos cognitivos que son, en muchas ocasiones, responsables de la forma distorsionada en la que percibimos lo que nos rodea.

¿Qué son los sesgos cognitivos?

Los sesgos cognitivos no son más que atajos que utiliza nuestra mente, también se les conoce como prejuicios cognitivos. Este tipo de procesos se dan de manera inconsciente y tienen como cualidad ser automáticos.

Estos tipos de ‘atajos’ nos ayudan a reaccionar de manera rápida al momento de tomar decisiones y, aunque en apariencia son racionales, lo cierto es que se trata de todo lo contrario, ya que desafían por completo a la lógica si les prestamos atención.

¿Cómo influyen los sesgos cognitivos?

Según un artículo de Concha y colaboradores (2012), nuestra vida entera puede estar influenciada por los sesgos cognitivos, en tanto que nuestro cerebro utiliza estos atajos para responder de manera rápida a ciertas situaciones. Pero es necesario tener en cuenta que los sesgos cognitivos pueden llegar a afectarnos seriamente de forma negativa.

Las capacidades para la resolución de problemas pueden verse opacadas por los sesgos cognitivos, llegando a distorsionar la manera en la que se almacenan recuerdos, perdiendo gran parte de la fiabilidad de nuestra capacidad para recordar las cosas que hemos experimentado.

Pueden incluso llegar a afectar el desempeño a nivel académico o laboral de las personas y, en muchos casos, son un factor agravante de problemas como la depresión y la ansiedad (Castillo, Vilar, 2010). Así, estos atajos pueden llegar a afectar también nuestra vida personal y la manera en la que nos relacionamos con las demás personas.

“Somos incapaces de desentrañar la complejidad del mundo, así que nos contamos un cuento simplificador para poder decidir y reducir la ansiedad que nos crea que sea incomprensible e imprevisible.”, Daniel Kahneman.

Tipos de sesgos cognitivos

Desde que fueron descritos por primera vez en 1972 por los especialistas en psicología Tversky y Kahneman, se han logrado describir más de 100 tipos de sesgos cognitivos, número que parece seguir en aumento al dia de hoy, por lo que abordar cada uno de ellos resulta ser una tarea compleja.

Sin embargo, existen algunos prejuicios cognitivos que se presentan con relativa frecuencia en las personas. A continuación os describiremos algunos de ellos:

Sesgo de confirmación

Se trata de la tendencia a buscar información que valide aquello que creemos cierto. Este sesgo nos empuja a recordar, buscar y, en muchos casos, interpretar determinada información en función de que confirme aquello en lo que decidimos creer.

Efecto halo

Bajo este sesgo cognitivo tenemos tendencia a calificar de manera positiva a personas a las cuales hemos valorado anteriormente por cualidades buenas. Este tipo de sesgo es ampliamente utilizado como estrategia de marketing, al utilizar personas atractivas físicamente para tratar de vender algún producto o servicio.

Sesgo de anclaje

Este sesgo hace que nos ‘anclemos’ en determinada información, que generalmente es la primera que se nos presenta, haciendo que descartemos por completo lo que se nos muestra después. Esto provoca que no tomemos en cuenta otra información ni que la evaluemos de manera racional.

Aversión a la pérdida

Se trata de uno de los sesgos cognitivos más comunes en el que no evaluamos las situaciones en función de las ganancias que podemos obtener, limitándonos a un no actuar por miedo a una posible pérdida.

Nos enfocamos en lo que podemos llegar a perder, dejando pasar incluso muy buenas oportunidades de obtener ganancias.

Sesgo de observación selectiva

Este sesgo es muy frecuente cuando tenemos algo en mente y entonces nuestra atención se enfoca solo en ello, discriminando por completo el resto de la información. Por ejemplo, cuando una mujer está embarazada, es común que solamente se fije en otras mujeres embarazadas en la calle, ignorando por completo a las demás personas a su alrededor.

Efecto Forer

También conocido como efecto Barnum. Es la tendencia a identificarnos con la información que se nos presenta aunque la misma sea ambigua.

Un ejemplo perfecto de este efecto es lo que sucede con los horóscopos, que presentan información ambigua y a veces contradictoria; sin embargo, las personas deciden quedarse solo con la parte con la que se identifican.

Sesgo de status quo

Este tipo de prejuicios cognitivos limita la toma de decisiones de las personas, relegándolas a escoger sólo aquellas alternativas que no alteran en gran medida su vida actual. Es decir, escogen en función de mantener su vida sin cambios.

Prejuicio de retrospectiva

Bajo este sesgo tendemos a pensar que pudimos prever las cosas que ya sucedieron. Sentimos que era evidente poder determinar lo que iba a suceder aunque esto puede no ser cierto.

Sesgo de negatividad

Este sesgo hace que nos enfoquemos en las cosas malas de las situaciones o en la información negativa, obviando por completo las cosas positivas, abandonando totalmente la perspectiva neutral de la situación.

Efecto dotación

Se trata de un sesgo cognitivo que nos lleva a darle un valor superior a las cosas por el simple hecho de ser nuestras o de haberlas realizado nosotros mismos.

Este valor no corresponde con la realidad y suele ser más elevado de lo que debería. Este sesgo se suele ver en personas que venden cosas con sobreprecio solo por el hecho de ser elaboradas por ellas mismas.

Resistencia reactiva

Sucede cuando hacemos lo opuesto a lo que nos han recomendado, solo como una respuesta reactiva ante la percepción de algún tipo de amenaza.

También se puede presentar si se nos ofrece la libertad para elegir. Tomamos decisiones impulsivas que van en contra de lo que nos aconsejan.

Sesgo de riesgo cero

Bajo este prejuicio cognitivo limitamos nuestras acciones con la finalidad de limitar los riesgos al máximo. Puede producir una no acción con la finalidad de evitar riesgos.

Sesgo del punto ciego

Es un sesgo muy interesante y es que nos hace pensar que somos menos proclives a los efectos de los sesgos cognitivos de lo que puede llegar a ser la mayoría de las personas.

Y tú, ¿conocías estos sesgos? ¿Crees que los reproduces sin darte cuenta? ¿Qué impacto tienen en tu vida? ¡Te animamos a reflexionar sobre todo ello!

Referencias:

  • Castillo, M. D., & Villar, M. D. C. (2010). Mecanismos explicativos de los sesgos cognitivos en la ansiedad. In Ansiedad Interpsiquis 2010. 11 Congreso Virtual de Psiquiatría En: http://hdl-. handle. net/10401/1188.
    Concha, D., Ramírez, M. Á. B., Cuadra, I. G., Rovira, D. P., & Rodríguez, A. F. (2012). Sesgos cognitivos y su relación con el bienestar subjetivo. Salud & Sociedad, 3(2), 115-129. DOI: https://doi.org/10.22199/S07187475.2012.0002.00001

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