Revista Opinión

Sexo y paro más allá de los 50

Publicado el 01 marzo 2016 por Alberto Garcia @ensurincon
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Ser mayor de 50 años y estar en paro no es incompatible con el sexo, tienes mucho tiempo y pocas prisas. Es morboso que no te llamen para una entrevista de trabajo, pero que te reclamen sexo una mujer. Que no la importe tu edad, pero si tus actitudes. Te descoloca al principio y te gusta al final.
Eres ya invisible para el mundo laboral, pero visible para el sexo opuesto. Ellas “ven” algo que a la empresa no la importa y que tú no dabas la mayor importancia. Lógicamente, hablamos de intereses diferentes.
Tampoco hay que engañarse, ni venirse arriba a lo tonto. Las mujeres entre 20 y 30 años no te ven, son ciegas a tus encantos. Estas… pero no te ven. Las de 40 te ven poco, con un solo ojo. Las de 50 con los dos y las de 60 o más con los tres ojos, en el caso de que el “tercer ojo” no fuera un concepto místico sino algo real. Ya no estas para todas, pero si para algunas. Aprovecha antes de estar para nada.
Tienes tu mercado, eres un producto todavía asequible para una determinada franja de edad. Eres senior, “vintage”, con una pátina de acabado que habla de otros tiempos y pone en valor tu propia antigüedad. Con los 50 eres una persona asequible, sin llegar a ser “low cost”. Te tomas tu tiempo, disfrutas del momento, intercambias opiniones, preguntas y escuchas. Eso gusta a las mujeres.
Estas para disfrutar y hacer disfrutar sin correr… en exceso. Sin prisas, pero sin pausas. Eres todo un señor que gusta dar y recibir, sin pedir nada ni preguntar después. Amor bajo demanda y cita previa, como te han enseñado en el paro. Sabes esperar y escuchar sin oír. Eso gusta a las mujeres.
La edad y el paro, también te ha enseñado para estar abierto a todas las opciones. Ya nada te puede sorprender ni asustar, es fácil que digas si a todo lo propuesto. Desde algo temporal a indefinido, una relación para horas, días e incluso años. Desde lo normal a lo raro, pasando por lo extraño, haces tuyas sus fantasías. Eso gusta a las mujeres.
Debido a tu situación, debes hacer de la carencia virtud y de la imaginación bandera. No te puedes permitir ni grandes ni pequeños dispendios, ni invitaciones ni regalos. Esto no gusta ya tanto a las mujeres, a no ser que se lo “compenses con creces”… siempre que ella acepte las “creces” (*) gustosa.
No desesperes. Te han vencido en el trabajo, pero todavía puedes presentar batalla en el sexo.
(*) Creces: aumento de volumen que adquiere algo, pasándolo de una parte a otra. Aumento, crecida, ventaja y exceso en algunas cosas.

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