Sexy # 12: Comer & cocinar

¿Cocinar? ¿Las solteras cocinan? ¿Quiénes cocinan? Cocinamos todos aunque mal, creo, porque todos comemos, a todos nos gusta comer, o al menos lo necesitamos. Cocinar es difícil, parece fácil, pero no lo es. Ayer estuve buscando arroz. Si, arroz,   para una receta de arroz con pollo, la tradicional. No soy buena cocinando, pero lo hago, porque  eso de preparar tus propios alimentos,  posee un elemento sensual, y de independencia, de autosuficiencia que te sube la autoestima.
Mucha gente cocina para otros: maridos e hijos,  es rico comer acompañado, pero también es rico dejarse seducir por los alimentos, probar cosas nuevas, saborear diversas texturas, emborracharse de olores sugerentes, con o sin compañía, o lo que es lo mismo: cocinar para ti.
Comer es un ritual,   es más que una rutina. Sugiero comer poco, advierto que no soy especialista,  escribo como alguien que simplemente “come” y respira, a mi me va mejor comiendo poco y comiendo rico. Comiendo poco y variado, saboreando cada alimento con detenimiento. En Las francesas no engordan de Mirielle Giulano (un libro que todas deberían leer) se comentan muchos trucos para comer rico sin subir de peso, uno de los que recuerdo es ese, comer con detenimiento, degustar y no tragar. De igual modo me decanto por la variedad, más que por la cantidad, una comida rica aporta más saciedad y alegría, que una comida abundante y regular.
Hay alimentos insípidos, que te sirven, que funcionan muy bien en combinación con otros. He visto gente comiendo con desgano, por ejemplo, galletas integrales, ¿Alguien ha probado las galletas integrales con piña? ¡Que combinación deliciosa! Me encanta por ejemplo el queso crema bajo en grasa con mermelada, el pan de pita integral cubierto de esa mezcla es una razón para tener un orgasmo.
La comida es tan sexy, que muchos autores se han valido de ella para contar historias: “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel, Afrodita de Isabel Allende, Comer rezar y amar,  llevada al cine, por nombrar algunos, recientemente vi una película con la desaparecida Brittany Murphy: The Ramen Girl, donde una chica encuentra consuelo aprendiendo a preparar Ramen, una sopa con fideos o algo así. Esta cinta, que en el fondo motivó toda esta reflexión,  me hizo pensar, de nuevo, que eso de comer –y cocinar- puede salvar vidas en el cine y sobre todo en la realidad.


Publicado originalmente en Correo Cultural de Conarte.