Revista Maternidad

Si crees que no tienes suficiente leche... PIDE AYUDA.

Por Tenemostetas

Por Ileana Medina Hernández
Si crees que no tienes suficiente leche... PIDE AYUDA.
A partir de un comentario de una lectora,  que refleja dudas y estereotipos que aún tienen muchas madres, convierto mi respuesta en un artículo independiente.
¡Si crees que no tienes suficiente leche, PIDE AYUDA!
Hay grupos de apoyo a la lactancia, cada vez más en casi todas las ciudades. Busca el tuyo más cercano.
Hay profesionales de la salud bien informados sobre lactancia, cada vez más, y los que no lo estén, es porque no están actualizados científicamente, ¡BUSCA OTRO!
Hay muchísimos grupos en la red, blogs, foros de crianza, artículos de divulgación, que pueden ayudarte a obtener en primer lugar, la información necesaria. En este mismo blog, a la derecha, tienes un buen puñado de enlaces. No basta con la información, pero por la información se empieza.
Casi siempre hay muchas soluciones antes de concluir que no tienes leche, y antes de dar un biberón.
Casi todas las madres podemos tener suficiente leche. Los casos de hipogalactia real son muy pocos.
En primer lugar, ten en cuenta que las primeras semanas lo normal es que el niño esté mamando casi todo el tiempo. Como bien se explica en este artículo.
Muchas madres, POR DESCONOCIMIENTO, POR DESESPERACIÓN, O POR FALTA DE APOYO, o lo más común por las tres cosas a la vez, creen que el hecho de que el niño pida a todas horas significa que no tiene suficiente leche.
No. Es que la lactancia materna es así. Al principio, las primeras semanas, lo único que tiene que hacer la madre es estar disponible para el bebé TODO EL TIEMPO. No volver tras el parto a la misma rutina de actividad y de sueño que teníamos antes.
Si hemos tenido un parto respetado, si no nos han separado en ningún momento de nuestro bebé, si estamos embargadas por los picos más altos de OXITOCINA que la especie puede tener, si estamos en el planeta "mamá" llenas de oxitocina, prolactina, y de las hormonas del amor y de la felicidad, todo será todavía más fácil. Nuestro cuerpo responderá solo a esas demandas del bebé.
Lactar es como el sexo, es en realidad sexualidad femenina no coital: es abandonar la racionalidad, el tiempo, los relojes; las mediciones, las expectativas, miradas y opiniones ajenas; aparcar los prejuicios, los miedos, los esquemas mentales, y entregarte a tu bebé. "Hay que volverse un poco loca para maternar".
Las madres que no amamantan a demanda suelen tener más tiempo para hacer las cosas de la casa, atender visitas, y hacer "lo mismo de antes". No. El posparto es el momento de ser atendida, sostenida y apoyada, para nosotras poder dedicarnos a lo único imprescindible: nutrir a nuestro hijo.
Para eso, desgraciadamente en la sociedad actual, se necesita buscar información,  mimar nuestra autoestima,  articular formas de apoyo, cultivar nuestra paciencia, pedir sin reparos ayuda con el resto de las labores de la casa, tomar toda nuestra confianza en nosotras mismas... Y son esas cosas las que tenemos que buscar, preparar con tiempo, y propiciarlas LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO.
No somos sólo las madres, ES EL RESTO DE LA SOCIEDAD QUE TIENE QUE APOYAR A UNA MADRE RECIÉN PARIDA, para que encuentre el lugar, el silencio, el cariño, la ayuda, el respeto, la armonía y el tiempo necesarios para TENER SUFICIENTE LECHE.
La verdadera "ayudita" no es el biberón, es la ayuda de los demás que pueda permitirnos aumentar nuestra disponibilidad para que el bebé succione, y por tanto, que aumente nuestra producción.
El biberón no es la primera opción si tú quieres tener leche, como no es una opción de libertad estar enfermo, elegir no andar, usar una silla de ruedas, o extirparte un riñón, si antes hay otras vías que pueden curarte.
 
En la lactancia materna, esas vías pasan POR EL RESPETO, EL APOYO Y LA AYUDA DIRECTA DE LA PAREJA, DE LA FAMILIA, DE LOS PROFESIONALES SANITARIOS, DE LOS EMPLEADORES, Y DE TODA LA SOCIEDAD. Por eso, la leche materna es sanadora y fundamental para la salud, no sólo del bebé, no sólo de la madre, sino de TODA LA SOCIEDAD.
 
¡Ánimos a todas!


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