Si no lo tienes, te lo inventas.

Si lo que has vivido te limita, invéntate recuerdos más útiles.

Lo que digo en este artículo es sólo una teoría basada en aprendizajes y experiencias. Creo que PNL tiene algo parecido, pero no estoy seguro.

Mi teoría es que hay recursos internos (fuerza de voluntad, esperanza, seguridad, confianza, etc ) que había adquirido en mayor medida si hubiera vivido ciertas cosas que podrían haber sido reales.

Por ejemplo, una persona puede ir con más seguridad a su primera entrevista de trabajo si hubiera tenido la experiencia de ser admitida en algún otro momento. Es algo que podría haberle pasado y podría haber sido real. No hablo de imaginar que has estado en Marte, sino que te ha pasado algo perfectamente posible, una vivencia que si no la tienes es casi por azar.

(re)vivir esa experiencia puede ayudarle a ganar la confianza que necesita, del mismo modo que escuchar una canción en concreto puede motivarlo.

Es como tomar un relato o una frase de esas que tanto gustan sobre superación personal, motivación, alegría de vivir, etc… pero más potente porque es tuyo

Si puedes ir a la entrevista escuchando una música motivadora para subir el ánimo ¿Por qué no rememorar un recuerdo que has creado por ti mismo?

Creo que esto es, en cierta forma, más real que confiar en un “seguro que lo consigues” de tu mejor amigo porque eso no ha sucedido y puede que no suceda. Sin embargo, las sensaciones de “recordar” vívidamente una vivencia sí son reales.

Creo que se puede hacer el ejercicio de recordar (cada uno a su manera, de forma más o menos conceptual) lo que necesitaríamos haber vivido para tener ahora los recursos necesarios para poder hacer lo que queremos y sabemos que podemos hacer.

¿Cómo se haría esto?

Como dije al principio, estoy trabajando en ello, pero mi hipótesis actual gira entorno a los siguientes pasos:

1. Identifica qué recurso necesitas o querrías tener más marcado (autoestima, pasión, alegría, optimismo …)
2. Busca en tu historia los momentos y vivencias que crees que hacen que no tengas suficiente de eso que quieres.
3. Identifica vivencias totalmente diferentes y que no interfieran en tu realidad actual que podrías haber vivido.
4. Utiliza tus recursos para imaginarlo lo más real que puedas.
5. Fíjate en lo que sientes en tu cuerpo y las emociones que notas.

 Creo que llegados a este punto, podríamos buscar algo que nos recordara después esta situación. Tal vez una canción, un olor, un gesto, una palabra. Algo que nuestros sentidos puedan asociar y nosotros podamos reproducir para generar estas sensaciones por asociación.

Otra opción puede ser, después del paso 5, sintetizar el recuerdo en algo muy breve. Una especie de icono recordatorio, algo que con imaginarlo ya nos sirva para revivir las sensaciones desde la memoria.

Los nuevos recuerdos deben ser cosas que sean compatibles con nuestra situación actual y que no modifiquen nuestra historia, sólo nos sirvan para aportar algo de intensidad a ciertos recursos internos.

Por ejemplo, un joven quiere tener más confianza en sí mismo para atreverse a hablar con alguien. Se siente inseguro, entre otras cosas, porque nunca lo han aceptado en un trabajo. Podría recordar aquel momento en que tuvo una entrevista normal y le dijeron que cumplía todos los criterios, pero no pudo incorporarse aun sabiendo que era válido. Eso no cambia su vida, no estaría ahora en otro lugar diferente, pero tendría más confianza en sí mismo. No importa el motivo por el que no pudo ser contratado, lo importante es que pasó la entrevista.

Creaginación

Insisto en que esto es sólo una teoría, así que no puedo dar más información. Creo que una conversación que siguiera los estándares del Coaching Realista podría servir para encontrar el recuerdo adecuado y realizar el proceso de revivir y recordar de forma limpia.

Igual lo llamo “Creaginación” ¿Quieres probar?

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