Revista Diario

Si no nos apoyamos entre nosotras... nadie lo hará

Por Sandra @sandraferrerv
Si no nos apoyamos entre nosotras... nadie lo haráSi Hobbes afirmó rotundamente en su famosa frase que el hombre es un lobo para el hombre, podríamos especificar también que la mujer es una loba para la mujer. O al menos en algunos casos concretos. De hecho, muchas veces a lo largo de la historia las mujeres han frenado y coartado los derechos y anhelos de otras mujeres. Yo que soy un poco inocente, pensaba que esto estaba superado y que al menos las mujeres habíamos creado una red de solidaridad que hacía que nos apoyáramos las unas a las otras. Pero hay momentos en los que pierdo la fe en el mundo.Ayer por la tarde mi marido me envió la referencia de un blog con este bonito mensaje: Para que veas lo bien que lo haces. Mi marido me apoya y se enorgullece en privado y en público de que dé el pecho a mi hija y en el pasado a mi hijo. Por eso me envió esta bonita entrada del blog Me crecen los enanos: ¿Qué es la lactancia materna prolongada? Su autora lanzaba una simple y creo que sin mala intención, pregunta acerca de lo que considera la gente "lactancia prolongada". Entre los muchos comentarios encontré algunos que realmente eran ofensivos. Llegar a catalogar la lactancia materna más allá de un cierto tiempo como algo vicioso tanto para la madre como para el hijo me dejó helada. Según la RAE, vicio, en su primera acepción, significa  Mala calidad, defecto o daño físico en las cosas, y vicioso, Que tiene, padece o causa vicio, error o defecto. Vamos, que dar el pecho se considera, por parte de ciertas personas, algo erróneo o incluso defectuoso. Esta no es la única vez que oigo o leo este tipo de barbaridades. En la crianza de los hijos hay dos temas muy espinosos: el colecho y la lactancia materna. Y digo yo, ¿por qué? La verdad es que no lo sé pero levantan verdaderas ampollas. Lo más triste de todo es que somos las propias mujeres las que criticamos a otras mujeres debilitando así la fuerza que podríamos tener si fuéramos todas a una. Y con esto no quiero decir que todas criáramos, alimentáramos y cuidáramos a nuestros hijos de la misma manera, sino simplemente que aprendiéramos a compartir y respetar nuestras experiencias individuales y defender, por encima de todo, nuestro derecho a la maternidad. Como ya escribí hace unos días en la entrada Buenas madres y malas madres, todas las mujeres somos buenas madres en tanto en cuanto queremos lo mejor para nuestros hijos. No creo que debamos calificar de viciosa a una madre que da el pecho ni de irresponsable a otra que da el biberón. Me gustaría creer que las mujeres podemos ser realmente aliadas y confidentes aunque no pensemos las mismas cosas. Me gustaría creer que las mujeres de la foto que ilustra este post no son sólo modelos, sino que representan la amistad verdadera y sincera entre mujeres. Espero que algún día sepamos vivir en paz y aprender a respetarnos unas a otras. Entre otras cosas porque si partimos del principio que nuestros hijos aprenden de nuestro ejemplo, mal ejemplo les estamos dando. 

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