Revista Opinión

Si usted no es curioso no se moleste en leer esta nota: Los Códices

Publicado el 04 octubre 2015 por Diariocubano

Y así se echaron un universo de información histórica de los habitantes de diferentes etnias mexicanas. El poder conocer sobre estas hermosas culturas se perdió en la incultura y falta de respeto por parte del invasor.

En la Universidad de Leiden el arqueólogo Ludo Snijder está trabajando para lograr su doctorado que se concentra en un códice mixteco. Los códices son libros prehispánicos, manuscritos, realizados antes de la invención de la imprenta. El Museo Nacional de Etnología, que está también en Leiden, le ofreció un salón para que el público pudiera ver lo que estaba haciendo. Sus estudios están dirigidos a los materiales que utilizaban los indígenas para elaborar sus imágenes, pictogramas, más que a la historia que cuentan, en las que aparecen, entre otras, figuras de seres parte humana y parte animal que nuestros curita de la época concluyeron que eran representaciones del demonio.

Yo no sé si usted, eventual lector, sabe que un animalito llamado cochinilla, al secarse y molerse da el color rojo, uno de los más perdurables en estos códices.

Se me olvidaba mencionar: De los miles de códices de las distintas civilizaciones que habitaron lo que hoy es México, solo quedan 20 en el mundo, entre ellos 2 en la Universidad de Oxford, uno de ellos utilizado por Ludo para su trabajo. Nuestro futuro doctor nos atendió con gran profesionalismo para indicarnos los materiales de los diferentes colores: el azul tiene su origen en una flor, el amarillo un tipo de pasto que crece en los árboles, y así fue desgranando una multitud de detalles. Nos mostró como se hacía un códice –ver You Tube- pintando sobre la piel de un animal.

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Sentados en un cafecito en el norte de Italia, precisamente en la bella ciudad de Cesena, pequeña, limpísima. El día se prestaba para darle imágenes a lo que íbamos a ver.

-Su excelencia – secretario del representante en Roma de Napoleón- , miembros de la curia desean hablar sobre la orden del emperador de que todos los bienes de la Iglesia pasarán a manos del Estado y sus ciudadanos.

-Decidles que les aconsejo no osar discutir una orden del código civil imperial. Las águilas de los estandartes de nuestro emperador podrían molestarse.

El expreso servido en una hora matinal y fresca se acabó. Era el momento de caminar a una cita donde se abriría otra puerta del conocimiento: los Códices que una vez pertenecieron a una biblioteca privada, eran amarrados con cadenas a las bancas de un sitio de lectura. La explicación racional de este amarre es que los temas quedaban en su sitio, lo que quiere decir es que cada libro-tema permanecía en un sitio, la idea no era evitar que se los robaran. En este caso, los códices son libros de más de 500 años encuadernados de una manera especial. Grandotes, pesados, llenos de dibujos. Se encuentran en la Biblioteca Malatestiana. Algo muy especial. La persona que nos atendió, con una sonrisa y un deseo por complacer nuestra curiosidad, nos abrió sitios donde normalmente no puede entrar el público. La entrevista fue toda en italiano, yo convencido que es solo cambiar el acento y listo ya hablo el idioma: “va vene, prego, grazie”. Gran error, pues nuestra guía cuando hablaba de historia yo pensaba que estaba describiendo las bancas de madera, pero al fin convergieron las situaciones y yo en mi español italianizado, y la compañera que sí habla italiano, me iba aclarando: “No Aparicio, no está hablando de esto sino de lo otro.”

Experiencia enorme para los curiosos. Yo no sabía que existían los Códices ni la ciudad de Cesana, ni la bellísima biblioteca y mucho menos que la Italia del 1800 tenía un sector de su población en contra de la Iglesia y que Napoleón, como estaba de acuerdo en la división Iglesia – Estado, decretó que los bienes de la Iglesia pasaron a otras manos. Estábamos a acostumbrados a que los Papas tenían que ser italianos: fervor, compromiso, oración y el resto de cursilería envenenada.

La visita terminó con una nueva enseñanza. El día, en ese norte de Italia, nos dejó la sensación de lo importante que es ser humildes en pensamiento para dar espacio a aprender. Perdonen el comentario pues mi arrogancia es infinita. Pero ese día me toco agacharme.

El You Tube es suficientemente claro.

Que tenga un domingo amableEnrique Aparicio Smith –

Via:: Colombia


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