Revista Coaching

Siempre he sido una fiel defensora de no etiquetar a la g...

Por Stern @nesuispasjuliet
Siempre he sido una fiel defensora de no etiquetar a la g...
Siempre he sido una fiel defensora de no etiquetar a la gente, de no incluirlos en grupos que deban describirlos como personas por unas cuantas características, pero hay ocasiones, que por mucho que se intente evitar esas etiquetas, no hay más remedio que incluir a ciertas personas en ellas.
Y hay un tipo de gente, un grupo concreto que encajan en un gran grupo, en el que me voy a focalizar hoy.
Aquellas personas molestas que hacen cualquier cosa para llamar la atención y que no contentas con eso, poseen tal trastorno de la personalidad, o más bien de falta de ella, que se convierten en unos acosadores clonadores. Como una especie de "chupacabras" de personalidades.
Camuflan sus carencias con sonrisas demasiado anchas como para ser reales, con gritos cuando hablan y con una obsesión enfermiza en ser el centro de atención, en que todos sepan quienes son, en que siempre haya alguien que hable de ellos.
Se acercan sigilosamente, con cuatro palabras amables y cinco sonrisas de buena gente; se acaban acercando cada vez más, peligrosamente, invadiendo el espacio personal, ya no físico, si no psíquico y anímico. Y cuando te tienen cerca de la red, te van cortando mentalmente a cachitos. Un poco de aquí, un poco de eso...un peinado similar, un querer viajar a los mismos lugares, un " a mi ahora también me gusta esto", un gustarte la misma persona, un " me gustas tanto como eres que me gustaría ser como tú"...
Te copian, te absorben, te deshacen para rehacerse ellos, para intentar igualarte y después superarte.
Son depredadores de personalidades, ladrones de identidad, anuladores de otros. Eclipsan, destacan, te intentan derribar si no lo consiguen, hablan a las espaldas, son venenosos y dañinos.
 Yo tengo el magnífico placer de tener una ( Hola acosadora!) que no se dará por aludida si lee esto, que seguirá en su mundo de yupi y con su misión de crearse a si misma, como una Marilyn pero sin la gracia, con esa espontaneidad más falsa que verdadera, más planificada que un guión, tejiendo su tela, intentando que otros caigan en esas mentiras que fabula para ser quien no es ( y lo peor es que acabará siendo la primera en caer en esas propias invenciones).
Así que nada... puedes seguir con esa actitud de copia-pega, que lo único que consigues es hartar a la gente y hacer que acabemos pensado en que eres un poco perturbada mental y esas cosas que suelen salir en las películas de miedo.

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