Revista Coaching

Siete claves para comprender las exigencias del liderazgo en nuestro tiempo

Por Juan Carlos Valda @grandespymes
El modo en que nos han enseñado a pensar, razonar, comprender, ya no es suficiente para tomar decisiones sabias.../... No nos enseñaron a darle sentido a un mundo caótico, o a una red mundial interconectada de actividad y relaciones... (Meg Wheatley, Liderazgo y la nueva ciencia).

Francia elige a un presidente cuya formación no forma parte de los partidos tradicionales. EEUU elige a Trump, un advenedizo en la política y polémico empresario, cuestionado incluso en el partido al que representa. La fragmentación política y social en España es un hecho. El Reino Unido sale de la Unión Europea. ¿Es todo esto malo?

La actividad económica es profundamente sensible a los cambios sociales y geopolíticos. El management como ciencia dedicada al estudio del comportamiento directivo tiene una corta historia y está en constante revisión. Y el liderazgo está entrando en una fase de redescubrimiento de su papel en las empresas. La aceleración de los cambios, finamente detectada por Einstein en los años 20, ya nos advertía de que no era posible resolver los problemas desde el nivel de conciencia desde el que se habían creado. Es preciso un nuevo nivel de conciencia, un nivel superior.

Hay que hablar del liderazgo, del liderazgo que se espera. En este contexto y en este momento las fortalezas del líder no se generarán desde el poder, sino desde la autoridad e inspiración, aunque esto ya se sabía. Y sí, sabemos que lo líderes saben lo que hay que hacer, el problema, Drucker dixit, es que siguen haciendo lo mismo. Y siguen haciendo lo mismo porque más o menos creen que les funciona.

Pero eso ya no vale hoy. Ahora sí recibimos los golpes y pagamos los precios de un liderazgo inefectivo. Aquí traigo siete desafíos que deberás tener presentes si quieres acercarte al perfil de un líder del siglo XXI.

1. La práctica consciente del liderazgo, desde la perspectiva del autoconocimiento.

No se trata de ser un buen líder, los hay a patadas. Se busca al líder completo. Hablamos de un acto subversivo, conectarse con el ser-líder que se es realmente. No se define el líder por las expectativas en torno a él. Es un líder de acción que es expresión de un propósito interno. Desapegado de la aprobación y validación externa, experimenta la libertad y la creatividad, que funcionan como elementos inspiradores para un liderazgo con propósito, con visión, generador de confianza (empowerment) y centrado en las relaciones. Procedente del contenido de la acción, el líder entra en la relación verdadera con el ser, experimenta la veracidad de su forma esencial, justifica el sentido de su valor, y le da cabida en la propia vida. La verdadera esencia del liderazgo la expresa con precisión Jung: Prefiero ser un individuo completo antes que una buena persona.

2. Entorno VUCA, volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad para explicar el mundo.

Es lo que es hoy. No sale el concepto VUCA por el capricho de un analista. Responde a la necesidad de explicar el contexto y momento actuales, y cómo nos afecta a todos. El papel de un líder pierde suelo y asideros. Hay que tomar decisiones aceptando que no se tiene toda la información, y aceptando que no podemos prever los resultados con el nivel de acierto con que los figurábamos en décadas anteriores. Un buen líder podría no aceptar esa responsabilidad, un líder completo la asume. Para un líder completo el fracaso en sí no es una catástrofe, pero la incapacidad para aprender del mismo sí lo es. Un líder efectivo se distinguirá de los otros por su capacidad resiliente. Anticiparse al cambio será la cualidad más estratégica.

3. La transformación digital nos obliga a redefinir los negocios, los procesos, los productos y los servicios.

Es obvio que genera nuevas oportunidades de desarrollo, de innovación, que exigen de una reformulación permanente de los procesos y de los modelos organizativos. El papel del liderazgo es crucial, pues es responsable de la visión y de la inspiración. Y debe liderar consciente de que el suelo se mueve bajo sus pies, que hay que descubrir posibilidades que no podemos imaginar. Es un liderazgo para buscar algo que no se sabe todavía qué es.

4. La inteligencia colaborativa, las relaciones son la clave, la inteligencia social.

Un factor ineludible pasa por la generación de un modelo colaborativo articulado, consciente y definido en sus procesos. Tradicionalmente, las personas de una organización eran parte de un sistema jerárquico de decisiones unilaterales, modelo que sigue vigente en la actualidad en una amplia mayoría de empresas. La colaboración requiere de metodología, de roles, de tecnología social. El líder debe articular esos procesos desde la confianza, con creatividad y capacidad de seducción. La inteligencia colaborativa se constituye como una competencia estratégica.

5. Confianza y empowerment, no podemos construir colaboración sin confianza.

Si dirijo desde el control, desde la autocracia, si me enfoco en las tareas, no creo las condiciones para la colaboración. Cómo líder, tengo la responsabilidad de crear condiciones para la participación. No me reportan, son socios de negocios, y vivimos y compartimos la responsabilidad. Esa es la cultura organizativa separada de la jerarquía, la autogestión genuina. Un éxito para la productividad y la sostenibilidad que se obtiene dando mayor libertad de acción e iniciativa al equipo, lo cual significa hacer que la gente libere el poder y la creatividad que tiene por sus conocimientos y experiencias. Sólo un líder completo, dispuesto a negarse a sí mismo (soltar el control), creará esas condiciones.

6. Obsolescencia de los modelos organizativos.

Hablamos de los nuevos paradigmas organizacionales (Laloux) y la plenitud de la participación colectiva. Abrazar la disrupción organizativa es una tarea planteada desde la visión. Una cultura organizacional viejuna, y lo digo con toda la intención, está predeterminada por el corto plazo, algo fácilmente observable en sectores como la banca o los seguros. Se hace necesario impulsar un modelo organizativo más transversal, con un tejido colaborativo más autónomo que despliegue la creatividad y la capacidad de resolución de sus miembros, haciéndoles responsables de sus resultados, pero también de sus procesos y políticas. Un buen líder teme la pérdida del control sobre las tareas, un líder completo se responsabiliza de soltar el control y, desde la confianza y autoridad, crea espacios para el desarrollo de sus equipos.

7. El cambio, el verdadero reto del siglo XXI.

La piedra angular sobre la que ha edificarse el nuevo paradigma. Algo al alcance de muy pocos. Impulsar el cambio para ir a no sé dónde, es la palanca de cambio que transformará el mundo. Sólo los líderes con un enfoque claro en la visión, en la productividad sostenible, con autenticidad, con un claro sentido del logro y centrados en las relaciones, serán quienes se atrevan a saltar sin red. La confianza es la red de seguridad. Es la franca seguridad que inspira el acceso a la confianza. Sólo un líder completo aceptará un desafío de tan profundo calado.

Fuente: https://www.linkedin.com/pulse/siete-claves-para-comprender-las-exigencias-del-en-perez-ayrault


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